En 1953, siendo presidente, “se asignó a sí mismo una valoración de 10 goles de ventaja” en el pato
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Según cuenta la leyenda, la primera vez que se jugó al pato fue en 1610 durante la fiesta de beatificación de San Ignacio de Loyola, en el lugar en donde hoy está ubicada la Manzana de las Luces, en el barrio porteño de Monserrat.
“En aquella época no existían las reglas actuales, se jugaba con un pato de verdad y la misión de llevarlo hasta un punto determinado, que podía estar a veinte leguas del punto de inicio. En ese afán, un malón de gauchos se sacaba los ojos por quedarse con el ave y arrasaban con las chacras, las casas y todo lo que se interpusiera en su camino”, recordaron desde la Cámara de la Industria Nacional Equina (Camine).
Hoy, más de cuatro siglos después, el deporte nacional tendrá su momento de cierre de año: el próximo martes se jugará la final del 79º Abierto Argentino de Pato. A las 17, en la cancha 2 del Campo Argentino de Polo, se enfrentarán San Patricio y Los Montes LH. Asimismo, por el tercer y cuarto puesto, desde las 15, jugarán La Tribu contra Barrancas del Salado.
Según recordaron en la entidad, la reglamentación del juego llegó recién en 1910. “Una cancha delimitada, dos aros, una pelota con manijas de cuero y dos equipos de cuatro jugadores montados. Más tarde, en 1941 se creó la Federación Argentina de Pato con la finalidad de fomentar y difundir el deporte”, dijeron.
Pero lo más curioso, indicaron, fue que en 1953, el presidente de ese entonces, Juan Domingo Perón, “declaró al pato deporte nacional por decreto y se asignó a sí mismo una valoración de 10 goles de ventaja”. Contaron: “El general nunca tuvo oportunidad de justificar esa decisión adentro de la cancha”.
Según los cálculos de Guillermo Bracuto, presidente de la Federación Argentina de Pato, en la Argentina existen unos 1000 jugadores y cerca de 10.000 caballos de pato.
“El caballo de pato es el caballo de polo pero con otra doma. El que salió más alto y pesado, es ideal para el pato. Todos los jugadores de pato son gente de campo, productores agropecuarios o ganaderos, tamberos, peones, gente que tal vez se levanta al alba para ir a cosechar y a la tarde juega un partido de pato, y tiene 10 goles de ventaja. Es un deporte muy arraigado en el campo”, indicó.
Por su parte, Facundo Taberna, jugador de San Patricio y oriundo del partido bonaerense de General Las Heras, que además resultó muchas veces campeón del Abierto Argentino, dijo que “al pato puede jugar cualquiera, es un deporte que se adapta y como vas a caballo lo puede jugar alguien grandote, petiso, flaco, gordo”.
“Un buen jugador de pato tiene que ser inteligente, tener habilidad, un poco de fuerza, y sobre todo ser buena persona”, remarcó el deportista reciente ganador del premio Olimpia de Plata, que también se dedica a la actividad tambera, donde todos los días del año ordeña un rodeo de 45 vacas, para producir masa para fabricar mozzarella.
“El pato es un deporte amateur, no genera plata. A mí lo que me genera algún ingreso son los caballos que tengo a pensión. El caballo en el pato es un 50%; si en el palenque tenés una buena caballada hacés la diferencia”, añadió.
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