Para la Mesa de Enlace, que antes del encuentro con el presidente Alberto Fernández estaba haciendo malabares para contener la presión de las bases inquietas frente al Gobierno, la reunión con el jefe de Estado dejó un claro saldo favorable. No solo porque el sector logró frenar una suba de las retenciones e intervenciones, sino porque al interior de la agrupación se fueron con la sensación, al menos por el momento, de que lograron hacer pie con su argumento respecto de que la producción tiene una baja incidencia sobre los precios finales en góndola y lo que hay que ver son otros costos, impuestos y hasta el rol que juegan otros actores.
Hace unas semanas, en plena puja entre el Gobierno y el campo cuando se cerraron las exportaciones de maíz, medida luego revertida, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires brindó datos contundentes con respecto a la participación de las materia primas. "El maíz representa el 21% del precio del pollo entero de Precios Cuidados, el 13% de los huevos, 12% del pollo trozado, 10% del pechito de cerdo, 8% de la leche y 7% del asado. En tanto, el trigo representa el 13% del precio del pan", dijo en ese momento la entidad.
"No va a haber incremento de retenciones, no va haber intervención en los mercados", señaló Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) al salir del encuentro. Después, se refirió a la otra satisfacción del sector: "Se entendió que nuestra participación en el precio final es baja".
Según pudo saber LA NACION, una de las partes de mayor debate en el encuentro fue cuando se habló de la incidencia del maíz en los precios finales de los productos que llegan a la góndola. Fernández, indicaron fuentes del ruralismo, que se mostró atento por este cultivo, habló de un 50% de incidencia del cereal en el precio del pollo, pero las entidades insistieron que no superaba el 20%.
Un relevamiento de la Sociedad Rural Argentina (SRA) en base a diversas fuentes refleja que en la medida que el mercado permita un traslado de precios al consumidor, un aumento del maíz del 50% impactaría en un traslado a precios al consumidor del 0,5% en el caso de una caja de cereales para desayuno, 1% en el caso de una gaseosa de cola y un 6% en el caso de un litro de leche. En el pollo de un kilo según el reporte se daría un 12%.
Maíz, trigo y carne son tres de los productos que sigue con atención en el Gobierno. Por eso se hará un análisis de las cadenas en las reuniones que se realicen en próximos encuentros.
Este es otro saldo positivo para las entidades gremiales del campo. Lograron poner la discusión de una forma integral en la agenda de próximos encuentros. La Mesa de Enlace no veía a Fernández desde el 23 de diciembre de 2019, cuando había aumentado las retenciones.
"Como no tienen información fidedigna llegan a resultados equivocados", apuntó Chemes, el dirigente que le preguntó a al jefe de Estado si iba a haber más retenciones o intervención y recibió como respuesta un "quédense tranquilos". El dirigente apuntó que en el sector también están "tranquilos" al menos por ahora.
"A nosotros nos toca producir más y eso pedimos. Para eso necesitamos que no haya más impuestos", señaló, por su parte, Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro. "Se ha establecido una hoja de ruta, el diálogo, con la claridad de que no va a haber suba de retenciones. Se habló de la federalización de la economía y el asociativismo, el sector productivo debe producir alimentos sustentables", añadió.
Según pudo saber LA NACION, una de las partes de mayor debate en el encuentro fue cuando se habló de la incidencia del maíz en los precios finales de los productos que llegan a la góndola
La escalada del renovado conflicto entre el campo y el Gobierno había empezado la semana pasada cuando la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, no descartó una suba de retenciones como mecanismo para parar los precios de los alimentos. Luego siguió con las declaraciones del mandatario amenazando con más retenciones o poner cupos para exportar. Del otro lado, desde el agro, se había contestado con la posibilidad de medidas de fuerza.
En soja las retenciones están en el 33% para el grano y se encuentran en 12% para el trigo y el maíz. En estos últimos dos cultivos todavía el Gobierno tienen por ley la facultad para subir tres puntos más. Más allá de eso debería hacer pasar el tema por el Congreso.
En las actuales circunstancias, con gran parte del trigo ya vendido y para el maíz en un importante avance, una suba de tres puntos más en ambos cultivos solo aportaría una recaudación extra de US$120 millones cuando estos dos productos ya aportarán por derechos de exportación más de 1200 millones de dólares. Es decir, el Gobierno se podía enfrentar a un conflicto que en términos económicos no iba a generar mucha mayor recaudación.
Mirando más allá, hay otro dato clave: con US$8500 millones, el ingreso por retenciones para este año se perfila en 2500 millones adicionales respecto del último ciclo agrícola por la suba de los precios internacionales.
En tanto, según datos de la SRA, clima mediante este año el agro podría lograr exportar por un valor récord de US$37.600 millones solo de cereales y oleaginosas. Son casi US$10.300 millones de dólares más que el año pasado. En este contexto, los dirigentes ponen el foco en la situación general de la economía. "El aumento de las retenciones o los cupos no es la solución. Para generar expectativas la economía se tiene que sanear, aquí hay falta de ingresos por la inflación, hay que sanear la economía", dijo Daniel Pelegrina, presidente de la Rural.
Como dato de color, en la reunión, de la que también participó el canciller Felipe Solá (exsecretario de Agricultura de Carlos Menem), los ruralistas notaron una activa participación de este funcionario. "Solá nos apoyó muchísimo en todo momento", contó Chemes.
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