Según señaló Federico Bayle, cofundador y gerente de Operaciones de Dymaxion Labs, en una jornada de Don Mario, permitirá automatizar tareas rutinarias y mejorar la selección genética de los cultivos, al procesar gran cantidad de datos con rapidez y rigurosidad
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“La inteligencia artificial no va a eliminar a los agricultores, sino que va ser una ayuda para ellos; la veo como un copiloto eficaz para el productor y el asesor”, proyectó Federico Bayle, cofundador y gerente de Operaciones de Dymaxion Labs, una empresa adquirida por el semillero Don Mario en 2022.
“La inteligencia artificial les va a dar mejores capacidades, les va a permitir automatizar tareas de manera consistente y le va ayudar a usar el cerebro para razonar y no para realizar tareas rutinarias y metódicas”, reforzó. Esta herramienta “no va a generar cambios totalmente disruptivos, no va ser sinónimo de ver un robots recorriendo un campo sembrado con trigo, pero sí se traducirá en tractores que se manejarán de manera autónoma y pulverizadoras selectivas que ya reconocen las malezas y solo aplican herbicidas sobre ellas”, completó al hablar en la reciente jornada de actualización técnica organizada por el semillero.
La inteligencia artificial también va a ayudar al mejoramiento genético de las plantas, al permitir el análisis de gran cantidad de datos y facilitar los registros. Al productor le va a permitir la eliminación de las notas en la libreta y su reemplazo por el grabado de audios y la toma de fotos con WhatsApp que luego se procesan automáticamente. También será útil para reemplazar a las personas con pala tomando muestras de suelos en un lote, por drones que harán un relevamiento de la totalidad de la superficie.
Derribar mitos
Antes de mencionar estas aplicaciones de la inteligencia artificial en el agro, Bayle derribó algunos mitos que existen en la actualidad sobre esta herramienta en la opinión pública. La primera percepción errónea es que la inteligencia artificial nos va a matar a todos. “Son computadoras en una sala de servidores; si se desconectan no hay más inteligencia artificial. Pasaría lo mismo que con una tostadora. La inteligencia artificial no tiene autonomía”, negó categóricamente.
Bayle admitió que sí puede haber un mal uso de la herramienta, como cuando una persona programa un dron para que dispare sobre una ciudad, pero la responsabilidad, en este caso, sería de la persona, no de la herramienta.
La segunda percepción errónea es que la inteligencia artificial va a ser la ruina de la sociedad porque nos va a sacar el trabajo a todos. Bayle describió que esta herramienta puede ser usada para bien y para mal, igual que muchas otras. Nos podría sacar el trabajo si pensamos el trabajo como una cantidad fija. “Hoy los humanos hacemos una parte y las máquinas hacen otra. Si las máquinas empiezan a tomar más trabajo nos lo van a sacar a los humanos. Pero la inteligencia artificial puede generar mayor productividad, agrandar la torta, evitar que quede fija y que las porciones en corten de distinta manera”, explicó.
A modo de síntesis admitió que esta herramienta va a reemplazar trabajos, pero otras tecnologías también lo hicieron (por ejemplo, ya no hay más empleados de videoclubes) y se generan trabajos nuevos. Se estima que la inteligencia artificial generó cuatro billones de dólares de valor agregado en 2022 por mayor productividad y descenso de costos.
Qué es la inteligencia artificial
La inteligencia artificial es una combinación de matemática, códigos y salas llenas de computadoras, capaces de operar millones de datos públicos y privados de toda la Internet. Google, Microsoft, Hawei, Facebook y otras plataformas desarrollaron sus propias versiones de inteligencia artificial, que explotaron en 2023. Hay distintos modelos, más grandes o más chicos, para ser usados con hardwares más económicos; hay otros de código abierto que no requieren licencias y otros licenciados.
Mediante esta herramienta se pueden hacer infinidad de cosas. Por ejemplo, Google creó un asistente virtual que se puede comunicar con una peluquería y reservar turno hablando con el peluquero. Éste no se da cuenta de que habla con una máquina, asume que se trata de una persona y la comunicación les sirve a los dos: al peluquero para poder cobrar el trabajo y al que llamaba para asegurarse el turno. En la Argentina esta herramienta es utilizada por los políticos para enviar mensajes telefónicos a los ciudadanos. Estos son casos de buena aplicación de la herramienta.
Un ejemplo de mal uso podría ser una empresa que contrata un servicio de calificación de sus empleados y el algoritmo le indica que hay que despedir a 100 por cuestiones racistas, sin realizar ningún control. “Hay que controlar estas cuestiones antes de poner en marcha estos programas”, alertó Bayle.
A modo de síntesis, finalmente dijo: “La tecnología de la inteligencia artificial ya está ente nosotros, va a aplicarse y no tiene sentido intentar bloquearla. Es mejor incorporarla, hacer un buen uso y dejar que exprese su potencial para ayudar a la humanidad a ser, cada vez, más productiva”.
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