En el primer bimestre de 2023 la molienda de la oleaginosa totalizó 3,439 millones toneladas, la segunda peor marca de los últimos 10 años, contra los 2,921 millones de toneladas de 2013
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La industria aceitera de soja de la Argentina está pagando cara la política de exportaciones anti-valor agregado implementada por sucesivos gobiernos cuando decidieron aplicar retenciones a la exportación del 31 y de 33% a los aceites y a los subproductos del complejo soja.
Un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario indicó que hoy la industria aceitera está atravesando uno de sus peores momentos en toda su historia. Se consolida la baja de la participación de la molienda de soja argentina entre países del Mercosur. En este sentido, el procesamiento industrial de la soja en nuestro país cerró 2022 con una baja del 10%. Sin considerar el complejo panorama que se espera para el poroto en la inminente campaña 2022/2023, los datos de molienda del año pasado profundizan la tendencia bajista de la Argentina en la molienda del Mercosur. Al respecto, en 2022 la participación argentina en la industrialización del bloque fue la segunda más baja desde 1988.
Los datos de molienda de soja confirman “la década perdida”. Estamos en el segundo peor registro en la última década: en el primer bimestre de 2023 la molienda de soja totalizó 3,439 millones toneladas, contra el peor registro, de 2,921 millones de toneladas, de 2013. Brasil crece en capacidad instalada de procesamiento de soja, mientras que en la Argentina la tendencia es totalmente opuesta.
Veamos cómo ha evolucionado la capacidad de molienda de soja en estos últimos 10 años: mientras en la Argentina se redujo la capacidad de molienda en 1760 toneladas por día, llegando ahora a 204.671 toneladas anuales, contra las 206.431 toneladas de 2013, en Brasil la capacidad de molienda aumentó en 64.382 toneladas por día, pasando de 138.055 toneladas anuales en el 2013 a 202.337 toneladas para 2023. En una década la capacidad de molienda de Brasil casi iguala la capacidad de procesamiento de la Argentina.
Y todos estos indicadores son los que explican por qué Brasil podrá ser este año el primer exportador mundial de harina de soja, superando a la Argentina por primera vez en toda la historia.
El abastecimiento mundial de harina de soja está mayormente concentrado en tres jugadores principales, entre los cuales Argentina ha sido, desde 1998, el principal exportador. Sin embargo, el relativo estancamiento que ha tenido la producción de soja argentina se combina este año con una brutal sequía para derivar en una proyección de molienda de soja 2022/2023 de apenas 28 millones de toneladas, el menor volumen desde 2004. Ello es, incluso por debajo de la molienda de las últimas grandes sequías, que afectaron los ciclos agrícolas 2008/2009, 2011/2012 y 2017/2018.
El informe de la BCR indicó, en sentido opuesto, que Brasil augura para la nueva campaña una producción de soja récord de 153 millones de toneladas, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, 23,5 millones de toneladas por encima del volumen del año anterior. Como consecuencia de ello, la industria brasileña podría también conseguir el mayor volumen de procesamiento de su historia, con cerca de 53 millones de toneladas, dando lugar a una previsión de exportaciones de harina de entre 21 y 23 millones de toneladas, según distintas fuentes. De ser así, el vecino país podría volver a erigirse como principal exportador mundial de harina de soja, destronando a la Argentina, por primera vez en 26 años.
El autor es presidente de Pablo Adreani y Asociados
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