Por las trabas para los pagos al exterior, hay empresas que bajaron su producción, según indicó Martín de Gyldenfeldt, gerente de la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (Caicha)
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La Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (Caicha) alertó que cada vez está más cerca de quedarse sin algunos insumos claves para la producción, que no se fabrican en el país, y que por las restricciones impuestas por el Banco Central (BCRA) no se le permite importar. Hay empresas que han tenido que bajar sus niveles de producción para no cortar la fabricación de algunos de sus productos, según advirtieron en la entidad.
“Seguimos teniendo problemas, las fábricas siguen trabajando, pero los insumos cada vez están más cerca de agotarse. Los precios del producto terminaron subiendo [en la organización hablan de 40% para el cerdo en pie] porque el productor incrementó el valor del cerdo en pie y eso se trasladó a los cortes de carne y fiambres. A esto se suma que el precio de los insumos suben por la falta de ofertas”, indicó Martín de Gyldenfeldt, gerente de Caicha, en diálogo con LA NACION.
Según indicó, las firmas siguen sin ser habilitadas para el pago con acceso directo al mercado único, libre de cambios, de algunos ingredientes y aditivos básicos para la producción. Entre ellos, el nitrito de sodio, las tripas celulósicas y las tripas colágenas, que se usan para todo lo que sea embutir salchichones, mortadelas, entre otros productos. También ácido láctico, por ejemplo.
“Tampoco la pepsina, que es la encima que se utiliza para diagnosticar triquinosis en la faena del cerdo, está autorizada. Si no hay pepsina no se puede faenar, ahí se detendría directamente toda la cadena de producción”, indicó.
Vale recordar que, a mediados de julio pasado, en diálogo con este medio el directivo alertó que el BCRA con la normativa 7532 del BCRA había pasado a licencias no automáticas con pago a 180 días a los cortes porcinos que son materia prima para elaborar productos chacinados y salazones. Apuntó que eso para la industria significaba “el cierre de importaciones”.
La industria trabaja con producción nacional, pero completa sus necesidades con algunos productos específicos de Brasil, fundamentalmente la pulpa de jamón, paleta, panceta, bondiola y tocino. Además de otros 25 insumos que “son básicos y no se fabrican en el país”.
Según los datos aportados por el consultor Juan Luis Uccelli, en julio último las importaciones porcinas cayeron un 23,9% respecto al 2021. Mientas este año fueron de 1940 toneladas, el anterior fueron 2547 toneladas.
Gyldenfeldt indicó que en las ultimas semanas, mediante la comunicación 7565, el BCRA, por un lado, habilitó que se pudieran girar las divisas para los productos que estaban en tránsito y/o que ya habían llegado al país. Es decir, que puedan ser liberados y dirigidos a las fábricas o empresas importadoras.
Por otro lado, permitió que algunos insumos ingresen al mercado libre único de cambio para que puedan ser importados. No obstante, el directivo lamentó que “son muy pocos, solo entre cinco y seis de los 25 que necesitan”.
“La mayoría de los insumos que necesita la industria de chacinados y las materias primas, que son cortes porcinos, siguen sin poder importarse por las comunicaciones que dieron origen a este problema”, continuó.
Como consecuencia, explicó que “hay fabricas que están disminuyendo la producción en algunas líneas para no cortar el producto. Producen menos para tener continuidad, aunque en menor cantidad”.
Además, Gyldenfeldt indicó que “empezaron a aplicar subas en los productos de aproximadamente un 15% en el último mes y en los cortes frescos al mostrador arriba del 40%”.
Para el directivo, lo que hace que la situación sea aún más “grave” es que “solo puede hacer la importación la fábrica mientras en el sector los importadores son empresas importadoras que abastecen a las fábricas”.
“Es un sector en el que predominan las pymes. Si bien hay fábricas que importan, son muy pocas”, concluyó.
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