En la Argentina desde hace tiempo se trabaja mucho en lo que es bienestar animal bovino. Hoy ya no es tan común encontrar lo que 30 o 40 años atrás era moneda corriente en una manga de trabajo: perros, gritos, palos, apretadas, arreos desde atrás en filas interminables, etc.
Se ha avanzado muchísimo en ese sentido y encontramos que las nuevas generaciones de ganaderos van tomando con naturalidad nuevas modalidades de trabajo como el uso de banderas, trabajo a pie, la disminución del estrés, el trabajo con grupos menores, etc. Hoy es común escuchar sobre especialistas que recorren establecimientos dando charlas sobre manejo ganadero moderno y, lo más llamativo, el altísimo nivel de interés y receptividad del personal que las recibe.
En menor medida, pero también a paso firme, vemos que las nuevas instalaciones que se construyen para el trabajo con hacienda están diseñadas con criterios que buscan una mayor comodidad y seguridad para el trabajo humano, así como cumplen mayores estándares de bienestar animal. Aún estamos lejos de que sean habituales los diseños de corrales al estilo de la famosa estadounidense Temple Grandin, pero sí se ha generalizado la utilización de modernas casillas de operar que favorecen la funcionalidad y un mejor trato del animal.
Mejores sistemas y métodos de trabajo, unido a instalaciones más seguras y amigables contribuyen enormemente a la integridad de quienes trabajan con hacienda y al propio bienestar de los animales.
De lo que poco se habla, o poco se sabe, es del gran beneficio que genera la genética de selección moderna en beneficio del bienestar animal. Desde hace más de treinta años la tradicional selección fenotípica, morfológica o funcional, se ha visto enriquecida por la posibilidad de añadirle criterios objetivos de selección. Fue a través de los DEPs que pudimos elegir animales que parían terneros más livianos, que destetaban más pesado, que mejoraban tal o cual característica carnicera o, más modernamente, que convertían mejor el alimento en carne. Pero simultáneamente con estas mejoras “productivistas” hemos logrado importantes avances en lo referente al bienestar animal.
Hoy la Asociación Argentina de Angus brinda a través de su programa ERA un DEP de Docilidad por medio del cual es sencillo seleccionar los animales que incorporarán mansedumbre a los rodeos. Es sabido la enorme importancia del trabajo con este tipo de animales, no solo por la seguridad de quienes trabajan, sino por el propio beneficio del animal, quien al sufrir un menor grado de estrés hará de su permanencia en corrales o potreros una experiencia menos traumática y más amigable.
La selección por DEPs de bajo peso al nacer ha generado en los distintos rodeos una verdadera “revolución” al disminuir tremendamente los problemas de atascamiento en los partos. Ello ha traído aparejado no solo el beneficio económico de una menor pérdida de terneros y madres, sino también la increíble mejora en el bienestar animal de esa madre que pudo parir tranquilamente su cría, sin demoras, estrés, ayudas, tirones, ni cesáreas.
También se están implementando los DEPs de sanidad de pezuña, que conducirán hacia animales cuya conformación de pezuña y pie les facilite su desplazamiento en nuestros sistemas pastoriles y de largos desplazamientos. Eso también es bienestar animal.
Hoy se está trabajando en nuevos DEPs que detectarán aquellos animales de peleche temprano y que por lo tanto obtendrán un mayor bienestar cuando les toque ocupar regiones más cálidas. También sobre el DEP de PAP que identifica a aquellos que soportarán mejor la altura sobre el nivel del mar, teniendo un mayor confort en esas zonas.
En Estados Unidos ya se está trabajando sobre un DEP de longevidad, el que indudablemente también tendrá una enorme relevancia sobre este aspecto.
Como vemos, los avances en la selección objetiva a través de la genética no solo facilitan mejoras en la producción, sino que también tienen un enorme y directo impacto sobre el bienestar animal.
Hoy en día cada investigador que trabaja en estas cuestiones, tanto en la Argentina como en el extranjero, tiene en cuenta que cualquier mejora que se logre en la selección objetiva de diferentes características que afecten la producción de carne, deberá considerar un beneficio adicional hacia el bienestar animal y no un perjuicio. Entiendo que estamos frente a un caso donde el avance de la ciencia, en este caso la genética de carne, no está solamente al servicio del hombre que selecciona, sino también de los animales involucrados. Genética y bienestar animal, hoy van de la mano.
El autor es vicepresidente de la Asociación Argentina de Angus
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