Luces amarillas, un sector otra vez en guardia. Luego que la vicepresidenta Cristina Kirchner expresara, el viernes pasado en un acto en La Plata que para 2021 hay que "alinear salarios, precios, sobre todo los de los alimentos, y tarifas", en el campo temen que eso pueda traducirse en el regreso de viejas políticas de intervención que afectaron al agro cuando la mandataria estuvo al frente del Estado.
Durante el gobierno de Cristina Kirchner se aplicaron fuertes controles sobre la carne y en productos como el trigo y el maíz. Se hicieron a través de permisos para exportar, conocidos como Registro de Operaciones de Exportación (ROE), y con cupos a las exportaciones. En la carne vacuna, por ejemplo, hubo ventas al exterior cuotificadas en los últimos años de su gobierno donde no se podía exportar más de 200.000 toneladas, muy por debajo de las 700.000 toneladas que se habían superado en 2005.
Por la combinación de ROE más cupos, que en ese momento hicieron que una vaca valiera menos que un par de zapatillas, además del fuerte impacto de una sequía en 2008/2009, se liquidaron con ventas forzosas 10 millones de cabezas ganaderas (el stock bajó de 58 a 48 millones de ejemplares). Además, hubo un costo en materia de empleo con miles de puestos perdidos en los frigoríficos y al menos 40 plantas cerradas.
En el caso del trigo, las intervenciones sobre el mercado llevaron a que en una campaña la siembra cayera al menor nivel en más de 100 años y se perdieran más de dos millones de hectáreas de superficie con el cereal.
Pese a las intervenciones, la carne y el pan, por ejemplo, no dejaron de subir porque las medidas restrictivas ocasionaron menor oferta. Hubo un discurso de defensa de "la mesa de los argentinos" que ocasionó todo lo contrario. Además, el precio no aumentó solo por la materia prima, sino por otros costos asociados al producto final.
Todas esas trabas fueron removidas en diciembre de 2015 cuando asumió Mauricio Macri. El trigo recuperó área y pasó a una producción récord, además de generar una mayor recaudación impositiva con otros impuestos, como Ganancias, ya que se bajaron las retenciones en su momento. En 2018, por ejemplo, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires demostró en un informe que, sin retenciones, el producto bruto triguero creció 132% versus lo que representó en 2015 (de 1545 millones de dólares a 3591 millones de dólares). Además, se expandió 29% la recaudación para el Estado, alcanzando en 2018 los US$725 millones.
En la carne, con Macri se recuperaron las exportaciones y se reabrieron más de 20 plantas frigoríficas que habían cerrado.
En lo que va del gobierno de Alberto Fernández no se aplicaron ROE ni cupos para vender al exterior, pero, tras la frase de la vicepresidenta, resurgió el temor. Para Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la frase de Cristina "genera preocupación".
"De todo lo que sea control de precios, muy por el contrario de que va a asegurar el abastecimiento, la verdad es que la historia demostró que generaron reducción de la producción", señaló el dirigente. Para Chemes, pensar en esto es "entrar en un círculo vicioso" porque implicaría una caída de la producción general, además de precios firmes para los productos.
"No creo que sea una solución (intervenir), nos genera preocupación porque este sistema lo que hace es limitar el aumento de producción que es lo que hace falta", agregó el presidente de CRA.
"Parecería que no tiene memoria de lo que ocurrió cuando intervinieron los mercados; perdimos 10 millones de cabezas", alertó Víctor Tonelli, consultor, respecto del mercado de ganados y carnes.
"Ya hay sobrada experiencia de que cuando el Estado quiere delinear la vida de los argentinos el inexorable fracaso nos espera. Todo responde a la misma actitud ya que quieren manipular los mercados, la Justicia, más adelante la Constitución; en definitiva quién sí y quién no", reaccionó Matías de Velazco, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).
"Los seres mesiánicos siempre nos han llevado al desastre ya que su mesianismo responde a un objetivo de salvación personal o a una carencia brutal de la calidad de un estadista. Desde Carbap le hemos pedido varias veces al Presidente que no se deje manejar por esas voces irresponsables y nefastas que militan dentro de su espacio político", agregó De Velazco.
Para un industrial ligado a la producción de harinas, las palabras de la vicepresidenta "están dadas en un contexto de un año que fue desastroso". Agregó que de ellas "se desprenden que se podrían profundizar algunas medidas directas al congelamiento de precios o la profundización de precios cuidados".
Según este empresario, se debería "fortalecer el mercado interno", pero con una "agenda más amplia" y considerando que este año las exportaciones del sector ayudaron ante el creciente déficit fiscal.
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