Desde José María Paz hasta Juan Manuel de Rosas estuvieron en La Merced, de los Figueroa, en San Andrés de Giles
- 4 minutos de lectura'
Tomás Figueroa (1711-1759) natural de Santa Fe, sargento Mayor, casado con Rita Casco, figura en el censo de 1744 en la Cañada de la Cruz en tierras realengas con cinco hijos y un esclavo. Entre 1755 y 1759 conformó la estancia de Figueroa con la compra de los terrenos que pertenecieron a la viuda de José Ruiz de Arellano.
Por aquellos años hay registro del personal de la Estancia, como el peón indio José que se comprometió para casarse con María, esclava de su patrón; pero con un adelanto de dinero que recibió, el indio huyó. Figueroa prefirió que la novia abandonada se casara con su esclavo Francisco; el casamiento finalmente se registró en la Parroquia San Antonio de Padua en San Antonio de Areco el 23 de mayo de 1758. En el censo de San Antonio de Areco de 1789 a Pascual Antonio de Figueroa (hijo de Tomás) se lo menciona como casado, con Casa de teja propia, con 2750 varas de tierras, 200 caballos, 800 vacunos y 800 ovejas.
El camino aledaño al establecimiento era el conocido Camino Real al Alto Perú. Este camino Real generó la visita de viajeros y personalidades que hicieron un alto en lo de Figueroa. En septiembre de 1820 escribió desde allí el coronel Blas José Pico un oficio al gobernador Manuel Dorrego relatando la deserción que experimenta en su tropa.
El general José María Paz, en sus Memorias póstumas, describe cuando fue conducido preso desde Santa Fe hasta Luján en septiembre de 1835: “Esa tarde llegamos a casa de un Figueroa, gran amigo de Rosas, según supe después, e inmediatamente me alojaron en una pieza aislada, donde se colocaron centinelas dobles, y se tomaron todas precauciones”. En efecto Mauricio Figueroa (nieto de Tomás) figura en el informe del 3 de agosto de 1831 realizado por el Juez de Paz del partido de San Antonio de Areco como: “Casado de 38 años, Prestó auxilio de ganado al Ejército Restaurador. Es honrado, buen federal y amante del Superior Gobierno”.
Juan Manuel de Rosas estuvo en la Estancia de Figueroa en varias oportunidades: en abril de 1831 le escribió desde allí a su ministro de Gobierno: “Desde Morón hasta este punto no hay más que tierras, ganados vacunos y caballos muertos y por morir. Los ganados que no han podido, por sus dueños ser sacados para los campos en la nueva frontera, los unos han perecido y los otros están por morir. Tales son los efectos de la seca extraordinaria que padece la provincia.” Y en diciembre de 1834, tuvo un encuentro con Facundo Quiroga, allí escribió la carta conocida como “Carta de la Hacienda de Figueroa” dirigida al Tigre de los Llanos y que fuera encontrada entre las ropas del riojano en Barranca Yaco.
Dentro del actual partido de San Andrés de Giles hubo tres postas oficiales sobre el Camino Real: Cañada del Sauce ubicada entre Villa Ruíz y Azcuénaga con Bernardino Rodríguez como maestro de posta, funcionó entre 1830 y 1870; Cañada de la Cruz, entre Carlos Keen y Villa Ruíz, desde 1771 siendo Celestino Rodríguez su dueño; y Cañada de Giles o Posta de Figueroa desde 1850, el maestro de posta fue el dueño del lugar Juan Pío Figueroa (bisnieto de Tomás), esta Posta estaba a cuatro leguas de Cañada del Sauce y a 3 leguas de la Posta de Morales en el río Areco.
El casco de la Estancia cuenta con casa principal, dependencias, un galponcito/gallinero y un galpón. Las dos casas tienen techo con tejas francesas, y las paredes son de adobe y ladrillo. Es destacable el buen estado en que se encuentra y las pocas modificaciones que sufrió la edificación original, además de estar tanto tiempo en poder de la familia Figueroa.
En 1990, la estancia “La Merced” por Ley N° 10.965 se instituyó Monumento Histórico Provincial y este año por Decreto N° 616 se declaró Monumento Histórico Nacional al casco de la Estancia, también conocida como Posta de Figueroa, en San Andrés de Giles.