El dólar agro alcanza, hasta el momento, al 8% de las economías regionales; los productores alertan que no les llegan los beneficios
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CÓRDOBA.-El dólar agro instrumentado por el ministro Sergio Massa para adelantar exportaciones y sumar reservas sigue generando reclamos en las economías regionales que quedaron afuera. La medida alcanza al 8% de las existentes y, además, los productores insisten en que no son beneficiados, sino que el efecto se circunscribe a los exportadores. La disparada del dólar blue profundiza las urgencias de los distintos sectores por un mejor tipo de cambio. Con el dólar para las economías regionales el Gobierno esperaba el ingreso de unos US$3500 millones.
Desde la Secretaría de Agricultura remarcan que el listado no está cerrado, se irá actualizando y todos aquellos que declaren el embarque desde el 10 de abril pasado -sin importar cuándo hayan sido incluidos— podrán liquidar con un dólar a $300 pesos hasta el 31 de agosto.
Desde la mesa de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) pidieron que se contemple en lo inmediato a leche, quesos y lácteos, arándanos congelados, hortalizas (cebolla, por ejemplo) y algodón, entre otros. El pedido se lo hicieron a Mercedes Nimo, asesora de la Subsecretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional de Agricultura.
Además de las economías que no están incluidas, preocupa “cómo se va a controlar que los beneficios lleguen al productor” ya que Nimo les aseguró en el encuentro que “no existe un mecanismo formal”. En Came entienden que, salvo casos puntuales, “no es una medida para el productor, cuyas manos se esfuerzan para iniciar la cadena de valor, sino para el intermediario y el exportador”.
Héctor Linke, presidente de la Asociación Argentina de Productores Algodoneros, explica a LA NACION que llevan realizadas muchas gestiones para ingresar al listado: “No íbamos a entrar; logramos que nos incluyeran, pero todavía no lo hicieron. Los números no cierran de ninguna manera, el sector productivo está cada vez peor”.
El sector espera una audiencia, que ya pidieron, con el secretario de Agricultura Juan José Bahillo. Linke enfatiza que, mientras siguen con un dólar oficial de $220, “los precios de los insumos aumentaron el doble y hasta el triple”. Grafica con el flete desde Santiago Estero o Chaco al puerto de Rosario, que pasó de US$32 la tonelada al doble en un año. “Nos están acribillando, nos están fundiendo”, insiste.
Situación
La cosecha de algodón, según las estimaciones en su arranque, será entre 30% y 40% menor que la anterior por efecto de la sequía. “No tiene razón de ser que estemos pidiendo limosnas cuando nos tienen que dar algo que es nuestro. Con el tipo de cambio nos sacan el 100% de arranque”, dice Linke.
En lo que hace a lácteos, la Argentina exporta entre 25% y 30% de su producción. Raúl Catta, presidente de la Asociación de Productores Lecheros, apunta que para la industria un dólar a $300 “vendría bien” pero el punto son las “condiciones” que reclama el Gobierno para otorgarlo y que es un virtual congelamiento de precios en un contexto inflacionario.
Por el lado de los tamberos -muy golpeados por la sequía- el dólar agro “altera” la ecuación de los costos por la suba de los “alimentos que hay que comprar porque si no los animales no comen”. Precisa que antes de decidir un cierre, “se liquidan 10% o 20% de las vacas”.
Desde el Centro de la Industria Lechera (CIL), Ércole Felipa, presidente, ratifica que desde el primer día rechazaron la instrumentación de dólares diferenciales porque “terminan generando fuertes distorsiones”. Recuerda que se pronunciaron cuando se puso en marcha el dólar soja 1 por el impacto en los precios de la alimentación de los animales y en los arrendamientos.
“Indudablemente exportar a un dólar a $300 mejora la competitividad, pero hay empresas que dudan en entrar porque hasta el 31 de agosto quedan con precios prácticamente congelados -continúa-. Insistimos en que se atacan las consecuencias y no las causas de la inflación”.
El presidente de Coninagro, Elbio Laucirica, -quien mantuvo reuniones con distintos sectores- plantea que se necesitan “soluciones de fondo y no medidas parciales que muchas veces benefician a unos y perjudican a muchos otros, como pasó con el dólar soja 1, 2 y ahora con esta nueva versión del dólar agro”.
Sobre las economías regionales en particular, sostiene que “hay que hacer un análisis muy puntual para cada uno de los casos; hay muchas que tienen un componente exportable muy importante y esto hace que este dólar puede ser beneficioso, pero hay muchas otras que están trabajando pura y exclusivamente o en gran medida en el mercado interno y entonces este dólar no los alcanza, este beneficio no los alcanza”.
Menciona el caso de un tambo en Puan, donde los productores lecheros expresaron su “malestar por un nuevo dólar soja, no sólo por su efecto en los costos de alquiler, sino principalmente por el encarecimiento del alimento para las vacas por la harina de soja”. Agrega que el programa Impulso Ganadero “no los ayuda tampoco porque las características de la zona hacen que tengan una estructura de costos mucho más importante para la alimentación de las vacas, como es el caso de verdeos en lugar de pasturas de alta producción cómo tienen en otras zonas, más alimentos balanceados”.
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