Andrea Sarnari, quien fue elegida presidenta de la Federación Agraria Argentina (FAA) el viernes pasado, afirma que la competitividad de los productores mejorará con la baja de las retenciones a la soja
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El viernes pasado, Andrea Sarnari fue elegida presidenta de la Federación Agraria Argentina (FAA) y entre sus objetivos está comenzar a generar propuestas para que los productores agropecuarios puedan mejorar su rentabilidad, especialmente en un contexto de alta presión fiscal que afecta a buena parte del agro. Ahora, la flamante representante de la entidad en la Mesa de Enlace, buscará impulsar una reducción de las retenciones, incentivos como financiamiento para la ganadería y programas y proyectos para las economías regionales. Así lo expresó en una entrevista con LA NACION.
Sarnari, cuyo objetivo es potenciar la FAA, resaltó la importancia de fortalecer la representación de los productores y renovar la agenda gremial. Además, remarcó la urgencia de implementar medidas que alivien la presión fiscal, especialmente de cara a la siembra de la campaña gruesa 2024/25, y la necesidad de promover la reducción de las retenciones a la soja que hoy tributan un 33%, para mejorar los márgenes.
—¿Cómo tomaste la elección del viernes?
—Con mucha responsabilidad y compromiso para con la Federación Agraria y sus federados. También, es un reconocimiento a mi trabajo y compromiso de militancia. No soy alguien nuevo dentro de la Federación; me conocen desde hace mucho tiempo y saben quién soy y de dónde vengo. Es un reconocimiento a esa capacidad, a ese trabajo, a esa militancia, al compromiso, a la trayectoria.
—Por primera vez la Mesa de Enlace va a tener una mujer en el equipo. ¿Cómo te ves en ese lugar?
—Tiene mucho de simbólico el hecho de que haya una mujer sentada en la Federación Agraria Argentina y la Mesa de Enlace. Me genera alegría y entusiasmo y que sirva de muestra para que muchas mujeres se sumen y vean que se puede, que podemos estar en esos lugares; tomar una responsabilidad. Lo venimos haciendo en las organizaciones de base, filiales o cooperativas, pero pasa invisibilizado por no tener el rol o la visibilidad que tiene la Mesa de Enlace, que implica mucho. Ojalá que este sea un camino que sigan muchas, y que se convierta en algo natural, como está pasando también con Eloísa Frederking en la vicepresidencia de la Sociedad Rural Argentina.
—Se habla mucho del cupo femenino en lugares de poder...
—No tiene que ver con el género, sino con la capacidad; yo lo siento de esa manera. Los varones han ocupado lugares que antes no ocupaban: roles más domésticos y de hacerse cargo de actividades o de responsabilidades que eran casi exclusivas de las mujeres. Eso nos permite tener espacios para poder estar más activas en responsabilidades institucionales. Acá lo que se valoró, al menos lo que pasó en la Federación Agraria, es la trayectoria, compromiso y trabajo, también con una impronta de renovación con la juventud. Eso es lo que vale y no el género. No es una cuestión de que estamos por cupo. En ningún lugar de la institución existen los cupos.
—¿Cuáles son los objetivos y a dónde apunta hoy la Federación Agraria?
—Veníamos poniendo sobre la mesa algunos reclamos que son fundamentales en momentos críticos, como los que estamos atravesando los productores en la Argentina. Necesitan de un trazado de una agenda concreta y convertir a la Federación Agraria en una herramienta de propuestas, no solo de denuncia o de reclamo, sino tener propuestas concretas para poder salir del momento crítico en el que estamos.
—¿Cuáles son esas propuestas con las que la Federación comenzaría?
—Lo primero y urgente tiene que ver con algunas medidas puntuales que generen alivio fiscal. El sector ya no soporta la asfixia fiscal que tenemos en las producciones, y puntualmente en la puerta de la campaña de soja que se está por iniciar. Necesitamos una señal clara y una señal del Gobierno respecto de la promesa que hizo en campaña de quitar las retenciones, pero que haya un camino de reducción. No estamos pidiendo que las eliminen inmediatamente, pero que haya una reducción para la soja en esta campaña donde tiene el porcentaje más alto (33%). El Estado puede hacer un esfuerzo en reducir esas retenciones para que los productores tengamos la espalda y la rentabilidad necesaria para producir. El resultado va a ser más producción, y a más producción los recursos para el Estado van a ser los mismos, porque vamos al exportar más, vamos a producir más. La ecuación es ganar-ganar. La propuesta es esa: propositiva y el esfuerzo tiene que ser de ambas partes. Nosotros producimos y el Estado nos reduce la presión.
—¿Estas propuestas las impulsarían a partir de su rol en la Mesa de Enlace?
—Sí, con la Mesa de Enlace conversamos y viene en esta línea de trabajo. Hay que dar una propuesta concreta y decir de qué manera nosotros, los productores, pensamos que podemos hacer el esfuerzo y qué esfuerzo hace el Estado. Hay voluntad de parte del gobierno, nos escuchan, nos dan la razón, pero estamos necesitando también que haya una medida concreta. Ese es el rol que tiene la Mesa de Enlace hoy, de seguir insistiendo para que se efectivice esa promesa.
—Más allá de la carga impositiva, ¿cuáles son los gestos que espera el productor de parte del Gobierno?
—Tiene que haber medidas de fomento al desarrollo agropecuario. Por ejemplo, de la ganadería. Hay que tener incentivos: líneas de crédito y financiamiento de diferentes maneras. Tiene que haber un Programa Ganadero que devuelva a la Argentina la ganadería. Hay que trabajar fuertemente por ese lado. En cada una de las economías regionales, hay que estar atentos y con sus particularidades, porque uno no puede decir que hay una medida para todas las economías porque son diferentes. Me parece que el financiamiento accesible para poder producir y poder mejorar los canales de comercialización debe ser una política de Estado.
—¿Cuáles son sus orígenes dentro del sector productivo?
—Vengo de familia totalmente chacarera y agropecuaria de toda la vida. De parte de mi papá, mi bisabuelo era inmigrante y vino a trabajar al campo. Mi abuelo ya estaba en la chacra familiar en la que estamos hoy. Cumplimos 100 años este 2024 en ese campo. Los papás de mi mamá eran inmigrantes portugueses y ganaderos en Portugal; criaban cabras. Vinieron a la Argentina y se instalaron en el campo en Bolívar. Las dos familias, nacidas y criadas en el campo fueron las que me dieron origen a mí. Mi abuelo [el dueño del campo] siguió siendo arrendatario y en 1948 obtuvo recién la titularidad de la tierra y se convirtió en propietario. Ahí hacemos ganadería y agricultura, las dos cosas, aunque cada vez más ganadería, pero hacemos las dos cosas. Es bien chacra tradicional.
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