Según un informe del Ieral, las ventas al exterior finalizarán en US$2750 millones, una caída real interanual del 28% debido a la reducción de precios internacionales
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CÓRDOBA.- De mantenerse precios y volúmenes relativamente estabilizados hasta el cierre de este año, el complejo bovino exportará unos US$2750 millones, lo que implica US$1050 millones menos que en el 2022, equivalente a una caída real del 28% en la comparación interanual. Se trataría del menor aporte de divisas del sector de los últimos cuatro años (apenas por encima de 2018).
Los datos se derivan de un trabajo del economista del Ieral, de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, quien plantea que hay que seguir de cerca la evolución de los envíos a China, tanto volúmenes de consumo e importaciones, como disposición a pagar, la evolución del ciclo ganadero (”muy posible reversión”) y el flujo de animales que se envíen a faena.
También dice que hay que prestar atención al escenario macroeconómico y de política económica, el nivel del tipo de cambio real y las condiciones para los exportadores que perfilará el nuevo Gobierno y el impacto sobre el consumo local de un “proceso de corrección macroeconómica y fiscal, que puede combinar precios relativos más altos para todos los productos de exportación con caída de ingresos en segmentos de población de ingresos fijos”.
El mes pasado las exportaciones totales del complejo bovino -carne vacuna enfriada y congelada, menudencias, huesos- sumaron 53.600 toneladas, un ajuste del 4,7% respecto a octubre y de 15% interanual. Fue el segundo mes consecutivo con caída en los volúmenes, ya que septiembre también fue negativo (27% menos intermensual). Por el “muy buen” desempeño de los primeros meses, las ventas afuera se ubicaron entre enero y octubre 4% pasado por encima a las registradas durante igual período 2022 (635.700 toneladas peso producto versus 611.500 toneladas).
A pesar de esa mejora en volúmenes, el valor exportado está ajustando fuerte respecto del año pasado, debido a la caída de las cotizaciones internacionales, según Garzón. El precio medio de las exportaciones se ubica un 30% real por debajo del 2022 y 28% menos que la media de los últimos cinco años. Es uno de los valores más bajos de los últimos 20 años.
El 70% de las exportaciones en octubre último fue de carne deshuesada (44.800 toneladas promedio al mes), el 17% de huesos y carne con hueso (10.500 toneladas) y el 13% restante son menudencias (8300 toneladas). El 89% del valor total se generó en la venta de carne deshuesada (US$214 millones promedio mes), el 6,3% en la venta de huesos y carne con hueso (US$15,3 millones mes) y el 4,7% en la de menudencias (US$11,3 millones mes).
China sigió siendo, y por amplísimo margen, el principal mercado destino de los envíos argentinos. Desde que empezaron las operaciones, en 2017, el país permitió un aumento “sin precedentes de los volúmenes exportados, y también ha generado un cambio estructural en la composición” de los envíos. Los de menor valor y más comoditizados -como las carnes congeladas de calidad media y baja, y los huesos- son los más favorecidos.
Garzón también analizó la evolución de las exportaciones en los últimos cinco años: el crecimiento responde en gran medida al rubro “huesos y carne congelada con hueso”, particularmente por las mayores ventas de huesos, un subproducto de la faena que comenzó a ser “demandado (y valorado) por el mercado asiático”.
Los envíos de productos de mayor valor (cortes deshuesados, enfriados y congelados) se mostraron más estabilizados. Entre el 2019 y este año (siempre tomando diez meses de cada año) los volúmenes exportados totales del complejo crecieron al 4,3% promedio anual, los de carne deshuesada lo hicieron al 0,7% anual, los de menudencias se contrajeron al 2% y los envíos de huesos y carne congelada con hueso, avanzaron al 72% anual.
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