Reanudadas las exportaciones tras los brotes de aftosa de 2001 y de 2006, se abren oportunidades de negocio con el gigante asiático
PEKIN.- En un elegante suburbio de Pekín aparece de repente un obelisco blanco de unos seis metros de altura, idéntico al que preside la avenida 9 de Julio. Se trata de El Obelisco, un restaurante chino que prepara asados y que se convirtió este mes, con un pedido de 1000 kilos, en el primer importador formal de carne vacuna argentina a China desde la reapertura del mercado, en julio pasado.
Ha sido un camino largo desde que Pekín suspendió las importaciones de carne argentina por el brote de aftosa en 2001. Y aunque el mercado había sido reabierto de nuevo hace seis años, las autoridades sanitarias chinas frenaron definitivamente las importaciones tras un nuevo foco de aftosa en Corrientes en 2006.
En estos cinco años el mercado chino ha evolucionado. El sector de carnes se ha expandido a gran velocidad en un país donde los cambios económicos del último decenio están transformando los hábitos de consumo. Y aunque el consumo per cápita de carne vacuna sigue siendo bajo, rondando el kilo anual por persona, éste sigue creciendo.
"Es un proceso que se da paulatinamente. Nuestra misión principal es empezar a detectar los potenciales importadores chinos para armar un canal de distribución", señaló a La Nacion Miguel Schiariti, vicepresidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva). "El objetivo es que el mercado sepa que el producto está disponible", afirmó Omar Odarda, agregado agrícola de la Argentina en Pekín.
Hasta el momento 14 frigoríficos argentinos han sido habilitados por las autoridades sanitarias chinas y otros 45 adelantan las inspecciones necesarias para exportar carne deshuesada al país, según Schiariti. La importación de El Obelisco proviene del Frigorífico Gorina, en la provincia de Buenos Aires.
Y aunque la carne argentina no cuenta con el reconocimiento de los consumidores chinos, goza de mucho prestigio en el sector de productos de alto valor agregado, que ha crecido exponencialmente en los últimos años. "Nuestro target es la hotelería y gastronomía de primer nivel, porque el chino no tiene el hábito de cocinar en su casa", añadió Schiariti durante una cena de promoción de la carne argentina organizada en El Obelisco.
"Nuestros restaurantes son de influencia sudamericana y estoy esperando que alguien se anime a distribuir la carne argentina y venga a ofrecérmela", señaló el colombiano Alex Molina, propietario de Mosto y Modo, dos de los más prestigiosos restaurantes de la capital china. "Nosotros preparamos un matambre caliente, sobre todo en invierno, pero nos cuesta mantenerlo en el menú porque acá se consigue muy pequeño y lleno de grasa. Nos encantaría encontrar vacío acá", añade.
El mercado de los cortes vacunos de alto valor lo domina Australia, que acapara más de la mitad de las ventas, seguida por Nueva Zelanda. Uruguay, que también impulsa una carne de alta calidad, se ha hecho ya un nicho en el mercado chino. En lo que va de este año ha exportado a China 8820 toneladas de carne vacuna por un valor de US$ 33 millones, con lo que el país asiático se ha consolidado como su séptimo mayor comprador en volumen y el número doce en precio. En total, las exportaciones de carne uruguaya a China han crecido diez veces en tres años. Brasil es otro de los países que ha ingresado con fuerza.
"Hay espacio para que todos crezcamos. Entre más carne vacuna se consuma, más ventajas para los países que la producimos, Y ojalá eventualmente entren a China nuestros cortes Hilton", dijo Odarda.
Aunque las exportaciones de carne hacia China apenas comienzan, Pekín ya es un destino importante para otros productos cárnicos argentinos. El país ya es el primer comprador de pollo de la Argentina, copando casi una quinta parte del volumen de exportaciones nacional. Además es nuestro tercer cliente de mariscos y el cuarto de pescado.
Asimismo, la Argentina busca impulsar la venta en China de productos lácteos de alto valor agregado como suero, leche en polvo y quesos, por lo que esta semana se inauguró también una oficina de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) ubicada en El Obelisco.
"La comida argentina aún no es muy conocida aquí, pero la mayoría de quienes la prueban quedan encantados, así que nosotros esperamos que se vaya volviendo popular", cuenta Susana Tan, gerenta del restaurante con sedes en Pekín y en Shanghai.
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