Genética del Este, que trabaja con campos en la Patagonia, Santiago del Estero, Santa Fe y Buenos Aires, logró el rótulo de “B”; qué significa
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CÓRDOBA.- La Argentina tiene la primera cabaña bovina con certificación “Empresa B” a nivel mundial. Es Genética del Este, una empresa especializada en innovación ganadera. Cuenta con unas 10.000 cabezas de ganado en aproximadamente 100.000 hectáreas distribuidas en Chubut, Santiago del Estero, Santa Fe y provincia de Buenos Aires. Comercializa en todo el país: entre 2021 y 2022 vendió 2067 cabezas de ganado por unos 200 millones de pesos.
Las “empresas B” son aquellas que miden su impacto más allá de lo económico y que apuntan a un triple impacto; incluyen en sus estatutos objetivos económicos, sociales y ambientales. Ezequiel Sack, creador y presidente de Genética del Este, afirma a LA NACION que trabajan con esas premisas y que, a lo largo de los años, tuvieron la “virtud de no entrar en modas”.
“No competimos por la ganancia de peso, no nos tentamos con que el mejor animal es el que se arma en un laboratorio -dice-. Hacemos una ganadería de preguntas y las respuestas las da la naturaleza, cuando la mayoría hace al revés”.
Sack comenzó a los 18 años a trabajar en el sector, “ayudado” por sus padres, quienes eran profesionales. Al comienzo la empresa se llamó San Patricio Este y más tarde cambió de nombre.
Trabaja con las razas Angus y Murray Grey y, admite su creador, fue clave la incorporación de Silvina San Martín, su esposa. “Al comienzo trabajaba malentendiendo cómo funciona la naturaleza; el cambio y el gran crecimiento se dio con Silvina”, cuenta Sack.
“Estamos convencidos de que si la actividad del campo no crea comunidad no hay progreso. Trabajamos en zonas difíciles de la Patagonia, en Santiago del Estero, en el norte de Santa Fe, donde no hay vecinos, no hay paquetes tecnológicos. Cuando empecé creía que el desafío sería encontrar el tipo de animal que se adaptase, la humedad necesaria del suelo, pero el primer obstáculo fueron los robos porque sin gente alrededor uno queda en manos de oportunistas y transgresores”, repasa.
Producción
La ganadería de precisión que realizan entiende que un animal está determinado 30% por la genética y 70% por el ambiente: “No medimos la ganancia en un ambiente modificado, no queremos que el ambiente evolucione con el manejo de los herbívoros; hacemos exactamente lo contrario”.
La empresa por el momento no exporta, aunque Sack tiene claro que los consumidores de los países desarrollados cada vez son más exigentes con las empresas. Sostiene que “toda” la tarea que ejecutan está concebida “desde una mirada integral, sobre todo lo que compromete a la humanidad”.
Admite que hay “muchos mundos”, pero que en el más desarrollado los consumidores cada vez más buscan saber que su “dinero va en la dirección correcta”. En esa línea insiste en que desde la cabaña buscan mostrar quiénes son con un “mensaje dirigido al consumidor porque los productores siempre hemos ido al commodity y es bueno que los consumidores sepan de dónde viene la carne que mastican, cómo se manejó el animal, cómo se gestionó el personal, en qué condiciones trabaja”.
La empresa siempre trabajó con ganado de bajo costo de mantenimiento y alta adaptabilidad a pastizales naturales, privilegiando el conocimiento, apostando a la tecnología de procesos y no a la dependencia de insumos, ennumera Sack.
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