Durante un seminario de la Fundación Producir Conservando, Ernesto Viglizzo se refirió al rol del sector productivo
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Ernesto Viglizzo, investigador principal del Conicet, sostuvo que la “Argentina está mitigando más de lo que está emitiendo”. El exinvestigador del INTA mencionó que el sector agropecuario muestra en distintos inventarios un balance negativo significativo en emisiones de gases de efecto invernadero.
“La Argentina está capturando más gases de los que emite”, precisó Viglizzo este jueves durante el seminario “Argentina, ¿potencia o decadencia?, organizado por la Fundación Producir Conservando. El experto mencionó que el Observatorio Orbital de Carbono (Orbiting Carbon Observatory u OCO-2) que tiene la NASA, lo que hace es procesar miles de datos, que son detectados de forma satelital, para obtener este tipo de información.
Además, mencionó que “una de las propuestas de los últimos años de la Argentina, de reducir las emisiones de metano a través de los stocks bovinos, se está sobrecumpliendo”.
Señaló que es necesario instalar el tema de las emisiones de gases de efecto invernadero. “El sector público y el privado pueden llevar una propuesta concreta para evaluar la problemática del carbono, las visiones o las metodologías de cálculo, que están igualando de estos productos, o de otros productos”, afirmó. Agregó que es necesario evaluar o plantear una alternativa o visión distinta de estos problemas.
Deslizó también que, “detrás de la huella de carbono, puede haber una pantalla de países compradores”, ya que están surgiendo mapas que reflejan valores de emisiones de gases de efecto invernadero, cambios en el stock de masa, con lo cual se estaría detectando qué países no están cumpliendo con el acuerdo de París. En el futuro, lanzó, podría haber potenciales barreras arancelarias.
La visión de la toma de la huella de carbono está puesta en productos como la carne bovina, porcina, aviar, quesos, etcétera.
En este caso, indicó, cuenta no solo “el impacto ambiental, sino que juega mucho la salud”. Otra capacidad sobre el ecosistema y la captura de carbono se mide en tierras ganaderas, de pastoreo. No obstante, dijo que para quienes tienen que calcularlo, en este caso el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC- Intergovernmental Panel on Climate Change), se ha convertido en una piedra en el zapato porque todavía no saben muy bien cómo calcularlo. La medición y evaluación consiste “en sumar cada una de las cosas que hacen esas fuentes e ir restándolas del balance”. Hipotéticamente, dijo, ese balance conforma un crédito de carbono que beneficia a los países.
La demanda de carnes en el mundo
Luis Bameule, productor y expresidente de Quickfood, expuso los distintos problemas que llevan a la Argentina a mantenerse estancada en la producción y exportación de carne vacuna. El experto afirmó que “los países abiertos son los que más crecen”.
Sobre la demanda de carnes en el mundo, recordó que “ningún competidor de la Argentina atraviesa problemas” para poder posicionarse. “No hay que ir muy lejos para ver qué funciona y qué no. Por ejemplo, a las retenciones en Uruguay las llaman retracciones. La Argentina tiene un historial complicado porque, entre otras cosas, hay que sacar permiso previo para poder exportar. Nuestros competidores no sacan permiso previo y esto se va agregando al resto de las restricciones”, indicó.
“Hay cortes que no se pueden exportar, tenemos cepos y hemos tenido cupos todo tiempo. Hay intervenciones momentáneas a mediano y largo plazo”, resumió.
Recordó también que los competidores de la Argentina avanzan en acuerdos de país a país, permanentemente. “[Acá] se sigue discutiendo la necesidad de un mínimo sanitario: hay algunos formatos de faena y producción muy primitivos. Algún día tenemos que generar un mínimo sanitario, recordemos que todavía circulan las medias reses”, expresó.
Insistió que hay diferentes restricciones en el país que “no funcionan” y habló de que se han dado “ventajas” a otros países competidores.
“Si hiciéramos las cosas bien, mejoras en el destete, en el peso, estabilidad en las reglas, el stock que hoy está en 54 millones de cabezas en 10 años podría llegar a los 58 millones de cabezas”, contó. Indicó que la faena podría subir de 13 millones de cabezas a 17 millones en ese lapso de tiempo.
“Las exportaciones podrían subir 1 millón o 1,5 millones de toneladas más. Esto es rápido en términos de la producción del vacuno”, resumió.
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