Lo hizo la firma ADBlick Agro, que en Lima, provincia de Buenos Aires, apunta a producir 300 toneladas de frutillas por año
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Luego de dos años de intenso trabajo y una inversión inicial de US$1,5 millones, una empresa argentina inauguró en la ciudad de Lima, provincia de Buenos Aires el invernadero hidropónico más grande del país. Producirán de manera sustentable 300 toneladas de frutillas al año.
Se trata de la firma ADBlick Agro, dedicada al desarrollo y gestión de proyectos de inversión en el agro, que anteayer presentó en un evento en esa ciudad el invernáculo de 1,4 hectáreas que alberga 270.000 plantas de tres variedades de frutillas, Albion, Monterrey y San Andreas. Esto le permitirán tener una oferta todo el año.
José Demicheli, CEO y fundador del grupo ADBlick, contó que es un proyecto que nació en 2019 después de las PASO en un momento en que “los mercados corcoveaban y se vivía un clima de gran incertidumbre”.
Sobre ese momento, recordó: “No nos iban a tirar del caballo. Decidimos tomar las riendas e ir por la micro, que son las variables que nosotros podíamos controlar. Hace dos años lanzamos el proyecto y 59 inversores confiaron y apostaron en que, a pesar del contexto, el equipo de ADBlick iba a poder llegar a este resultado”.
El invernadero fue traído de España en ocho contenedores. Federico Mouso, Líder de ADBlick Hidroponia, detalló: “Es un sistema muy innovador que nos permite tener una concentración de 190.000 plantas por hectárea, cuando a campo se trabaja a 60.000. A esta densidad la tenemos a través del sistema oscilante de NGS. Así, generamos pasillos para el trabajo en las plantas; la cosecha se hace a la altura de los hombros y se mejora notablemente las condiciones de trabajo, y todas las plantas toman sol a la misma altura”.
Para este proyecto la firma trabaja en conjunto con New Growing System (NGS), una empresa española que se dedica exclusivamente al desarrollo de nuevas tecnologías para la producción de cultivos. A su vez, desde sus comienzos, el proyecto cuenta con un comité asesor compuesto por profesionales del INTA. También la empresa cuenta con el asesoramiento externo de Ricardo Negri, Arturo Zuccarelli y Marcos Browne.
Entre las innovaciones tecnológicas se destaca el control del clima que tiene el invernáculo. “La apertura cenital de las ventanas permite que el calor evacue más rápido y que por las ventanas laterales ingrese el aire fresco. De esta manera los días de calor la temperatura es mucho menor que la de otros invernaderos. Además tenemos la ventaja de que tiene ocho metros de altura, siendo que tradicionalmente tienen hasta 3″, sostiene Mouso.
También cuenta con una estación meteorológica que permite automatizar la apertura y cierre de ventanas que protege al invernadero de posibles tormentas o vientos fuertes, y que sirve como fuente de información para la toma de decisiones.
Frente a un contexto en el que los consumidores demandan mayor compromiso con el cuidado del medio ambiente, en la firma explican que se minimiza el uso de agroquímicos.
Por otro lado, hay un control automatizado del riego. Al respecto, una computadora brinda un importante caudal de información como, por ejemplo, lo relativo al PH y se hace con un sistema recirculante. “Hace más eficiente el consumo de agua. Se redujo hasta un 90% respecto a los cultivos tradicionales y nos permite recuperar los nutrientes que es uno de los insumos más caros”, detalló Mouso.
A su vez, Mouso coontó que desde lo productivo ya se han comprobado los beneficios de este sistema. “Estamos delineando los siguientes pasos para expandirnos de manera segura, creciendo en volumen de producción en el módulo de frutillas, diversificando productos y enfrentando estratégicamente los desafíos que significa invertir en la Argentina”.
Recientemente, la compañía comenzó a comercializar la frutilla bajo la marca Zempre en comercios de la zona y en algunas de las cadenas más importantes de supermercados. Apuntan a más: “Nuestra estrategia es 360; vamos a vender a los mercados centrales, en los supermercados, en tiendas minoristas, las verdulerías boutique y de manera directa por internet. La idea es llegar a todos lados”, dijo Ramiro Magallanes, gerente comercial de la compañía.
En un futuro proyectan exportar un tercio de la producción. Demicheli remarcó: “Esto se va a hacer una vez que sepamos que tenemos calidad en tiempo y forma, y podamos prever cómo viene el flujo de calidad y cosecha”.
Como próximo paso la empresa sumará dos invernaderos más, de las mismas características, y espera estar produciendo anualmente alrededor de 900 toneladas, en un espacio de 3,36 hectáreas totalmente productivas.
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