CÓRDOBA.- La cordobesa Biopsa es la única compañía en América Latina que brinda soluciones de bioplásticos en base a derivados de azúcar. Desde hace poco más de un año, la firma empezó a importar los insumos pero ya tiene todo listo para invertir alrededor de US$10 millones en una planta industrializadora en esta provincia. En 18 meses estaría produciendo y vendiendo este producto.
En la Argentina se consume el equivalente a 50 kilos de plástico por persona por año (la mitad del promedio de Europa y los Estados Unidos), por lo que el mercado para los bioplásticos está prácticamente virgen. En la Unión Europea, en tanto, el 2% de los plásticos son bioplásticos y se proyecta que en 2025 la cantidad se duplicará.
Para Diego Moyano, fundador y presidente de Biopsa, la clave de los bioplásticos es que, en lugar de fabricarse con derivados del petróleo, se usan, por ejemplo, los derivados del azúcar.
Antes de iniciar la importación de insumos, la empresa investigó durante unos cuatro años las alternativas del producto y el mercado. Están fabricados a partir de materiales biológicos (azúcar, celulosa, proteínas), que la naturaleza puede renovar anualmente y, por lo tanto, tienen las propiedades de biodegradabilidad o compostabilidad (al menos 90% del material orgánico debe transformarse en CO2 tras 180 días en condiciones de compostaje controlado; tras 90 días de compostaje al menos un 90% del material original debe haberse reducido a fragmentos menores a dos milímetros).
Química verde
Los bioplásticos forman parte de lo que se llama "química verde" o "química sustentable", porque permiten disminuir y, eventualmente, eliminar el impacto que tienen los plásticos tradicionales sobre el medio ambiente.
Biopsa integra el Grupo Veco (reúne empresas sustentables) y cuenta con oficinas en Buenos Aires y San Pablo. Ya es proveedora de compañías como Unilever y Mercado Libre y la decisión de invertir en una industria se debe a que lograron la escala necesaria.
Moyano señaló que, en los comienzos, se usaban cultivos como caña de azúcar, maíz, papa, pero ahora la tendencia es avanzar a insumos del almidón, como el scrab de la industria del procesamiento de la papa.
"En la Argentina, los investigadores y el conocimiento de los bioplásticos están en el Conicet –agrega- y en Europa en las góndolas. Nuestra apuesta es brindar soluciones a las empresas y para los consumidores. Esperamos un salto muy significativo en la demanda latinoamericana", dijo.
En el país, la norma IRAM-ISO 14.021:2000 toma como referencias las de la Unión Europea para certificar la compostabilidad del bioplástico. La industria plástica los puede usar porque se procesan usando la misma infraestructura y equipamiento que se usan para los plásticos tradicionales, ya sea inyección, termoformado, extrusión y soplado
Moyano aclaró que la producción de bioplásticos no está en conflicto con los alimentos. Todos los que se fabrican hoy en el mundo demandan 0,01% de la tierra cultivable del planeta. Si el 80% de la industria plástica mundial migrara a bioplásticos (lo que se estima teóricamente posible), el uso de tierra cultivable para bioplásticos se extendería al 2 por ciento.
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