En Pergamino, Rizobacter busca elevar en casi 40% su capacidad productiva en la actividad; el rol del comercio exterior
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En un contexto de creciente demanda mundial de bioinsumos y frente a consumidores que requieren cada vez más prácticas agrícolas sostenibles desde el punto de vista ambiental, una empresa argentina invertirá más de US$3 millones para aumentar la capacidad productiva de su planta de biotecnológicos en casi un 40%.
Se trata de Rizobacter, que llevará la producción de su establecimiento, ubicado en Pergamino, de 88.200 litros a 121.200 litros de capacidad instalada instantánea.
En diálogo con LA NACION, Ricardo Yapur, CEO de la firma, expresó: “El negocio no solamente de la Argentina, sino también de exportación a Brasil, Estados Unidos y Europa nos está obligando a agrandar la planta de biológicos, que la estamos ampliando en un 37,5%. Esto nos permitirá aumentar nuestra capacidad productiva a unos 3.600.000 litros de fermentación al año [con la capacidad instalada ampliada]”.
Según detalló el ejecutivo, la decisión se tomó ante la necesidad de la compañía de producir más para dar respuesta a un negocio que “crece muy fuertemente” y ante una empresa que “cada vez gana más espacio en el mercado”.
Según precisó, en el área de biológicos la compañía ha incrementado en los últimos años su facturación en un 30 a 40% anual. “Es la prueba de que el negocio viene creciendo muy fuertemente y no solamente en inoculantes, que son nuestros productos históricos, sino también con el biocontrolador que desarrollamos junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el cual multiplicamos y vendemos por todo el mundo”, explicó.
Además de ampliar su presencia en Brasil, Estados Unidos y Europa, comentó que también están creciendo fuertemente en África. “Creemos que las posibilidades son muy grandes y por eso tomamos la decisión de agrandarnos”, agregó.
La empresa tiene como objetivo lograr que del total de la facturación un 30% provenga del comercio exterior. “Nuestros inoculantes y los biocontroladores nos ponen a la vanguardia en los desarrollos tecnológicos que van de la mano con el cuidado del medio ambiente y eso, en un contexto que así lo demanda, nos está permitiendo capturar mercado en el comercio exterior”.
Asimismo, agregó que esto posiciona a la empresa en una situación ideal para poder seguir creciendo y desarrollarse. “Nos ayuda a convencer a nuestros inversores de que tenemos que seguir apostando a la innovación y desarrollo en estos temas”.
Antecedente
El año pasado, Rizobacter inauguró un laboratorio para evaluar el impacto de las tecnologías que se utilizan en las aplicaciones agrícolas. Invirtió para ello unos US$550.000. En ese momento se informó que se apunta a “recabar datos objetivos sobre la performance de fitosanitarios y adyuvantes, tanto de síntesis química cómo biológica, que se aplican para sostener la sanidad de los cultivos”.
En esa oportunidad se indicó que se estima que un 70% de la performance de un fitosanitario está condicionada por la calidad de la aplicación. “Los adyuvantes son un insumo estratégico para mejorar los niveles de eficacia y certeza de las herramientas de control químico y biológico, la compatibilidad de las recetas y el control de la técnica de pulverización”, señaló la empresa.
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