El establecimiento Valle de la Puerta -productor de aceites y vinos premium- en Vichigasta, La Rioja, tendrá en un año la primera fábrica de pellets para calefacción o industria con residuos olivícolas del país. El objetivo es, por un lado, solucionar el pasivo ambiental y, por otro, generar unos US$200 extra por hectárea. La inversión prevista ronda los $60 millones.
Con 800 hectáreas de olivares –los primeros fueron plantados en 1994- de siete variedades diferentes (Arbequina, Nabali, Barnea, Picual, Coratina, Arauco y Manzanilla) el establecimiento produce unos 12.000 kilos de aceitunas por hectárea, un número que está casi 50% por encima de la media nacional.
Julián Clusellas explica que hace tiempo venía pensando una manera de mejorar la rentabilidad de la plantación y los pasivos ambientales que genera la poda. Intentó, junto a otros productores de la zona, constituir una planta para generación de energía por biomasa pero no daban los volúmenes.
"La idea de la fábrica de pellets surgió porque un día nos vinieron a comprar el orujo y la poda para ese fin; ahí empezamos a investigar", cuenta. Contrató al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) de Tucumán para investigar si la alternativa era rentable. "Tienen el laboratorio de biocombustibles más importante del país y empezaron por validar si los deshechos de los olivares son útiles; los ensayos van bien", describe.
La intención es fabricar pellets con madera pura, otros con madera y ramas y una variedad con orujo, carozos de aceitunas y residuos de hojas. "Son la opción ideal para destinar a zonas donde no hay gas natural –explica Clusella-. Dos kilos de pellets equivalen a un kilo de gas, mejora el costo de la energía para la calefacción domiciliaria o industrial".
La planta a construir, diseñada toda con maquinaria de origen nacional, tendrá una capacidad de producir una tonelada por hora, unas 5000 anuales. Respecto del pasivo ambiental, Clusellas subraya que la poda de los olivares genera casi el 70% de kilos de deshechos por hectárea que el total que se cosecha.
En la Argentina hay diferentes proyectos para generar biomasa a partir de residuos de olivares; por ejemplo en Catamarca -que concentra 28% de la superficie implantada en el país- se hizo hace un año un estudio de factibilidad de generación de energía con esos residuos y los carozos de aceitunas. El objetivo era no sólo mejorar los indicadores ambientales, sino reducir los costos energéticos de riego de los productores olivícolas y diversificar la matriz energética.
Probiomasa actuó como consultora, pero no se avanzó más. Probiomasa se creó en 2012, es para la promoción de la energía derivada de biomasa; una iniciativa que llevan adelante el Ministerio de Agricultura y el de Desarrollo Productivo, con la asistencia técnica y administrativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Apunta a incrementar la producción de energía térmica y eléctrica derivada de biomasa a nivel local, provincial y nacional.
El último estudio de Probiomasa señala que Mendoza cuenta con 19.014 hectáreas de olivares, ubicadas principalmente en los oasis norte y sur de la provincia que representan cerca del 23% de la superficie de este cultivo en la Argentina. En Salta, los olivos se cultivan en la zona de los Valles Calchaquíes, mientras que en Córdoba se concentran en el departamento de Cruz del Eje. El valor de los residuos de poda es de 2,5 toneladas por hectárea por año para el total de lo que se obtiene un total de 52.832 toneladas/año de biomasa
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