Las lluvias cambiaron el ánimo, pero hay reticencia para realizar planteos ofensivos por la certeza de que no bajarán las retenciones; Milei podría superar a Néstor Kirchner en un indicador
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Con la mejora de las condiciones climáticas en buena parte de las zonas agrícolas, aunque con excepciones en regiones necesitadas de humedad, la campaña 2024/25 se encamina con una tendencia más positiva respecto de lo que se proyectaba hace un mes. Ya hay otro ánimo con las sembradoras en los lotes.
En el aspecto económico, la reducción de la brecha cambiaria por la convergencia entre el dólar oficial y los financieros despeja una de las tantas asimetrías con las que se desenvuelve el agro. No obstante, la persistencia de la presión impositiva, reflejada en los Derechos de Exportación (DEX) y la incertidumbres sobre cuándo se levantará el cepo obligan a mantener una actitud de cautela. Esto es lo que impide que haya un giro en las estrategias de producción hacia posiciones de ofensiva en los paquetes tecnológicos y en las inversiones de mediano plazo.
Al respecto, la última encuesta del Centro de Negocios y Alimentos de la Universidad Austral, que elabora el índice Ag Barometer, señala que el Índice de Confianza del Productor argentino tuvo una caída de del 5% (139 a 132) en septiembre respecto de la medición de julio pasado (ver página 3).
A su vez, en septiembre “la caída en el índice de Expectativas Futuras (150 vs 161) representa un -6%, siendo mayor a la caída en el índice de Situación Presente, que representa sólo un -1% (105 vs 106)”, señala el informe.
El relevamiento afirma que uno de los principales efectos de la caída del Índice de Expectativas Futuras está en la situación financiera que se proyecta para los próximos 12 meses. “Hay un descenso del 11% (146 vs 164)”, dice el estudio.
Pero del trabajo de la Universidad Austral surge un dato inquietante. “El 65% de los productores no piensa realizar inversiones en activos fijos en los próximos 12 meses”, sostiene.
¿Por qué es preocupante? Se suponía que el cambio de signo político en la Casa Rosada iba a significar para el campo un incentivo para liberar las fuerzas productivas de la intervención del Estado que había caracterizado a la última versión de la administración kirchnerista. “A pesar de la significativa baja de la inflación, que es el gran logro del presidente Milei y la estabilidad cambiaria (que parece durará por varios meses), los productores argentinos en su mayoría piensan que aún no es momento para realizar inversiones en activos fijos y, por lo tanto, uno de los componentes de la Demanda Agregada (Inversión), no hará grandes aportes a la reactivación de la actividad económica, que es el gran desafío que enfrenta el Gobierno”, puntualiza el informe.
En ese escenario, es curioso que se identifique al campo como uno de los sectores “ganadores” del actual modelo, poniéndolo en un pie de igualdad que a la energía o la minería, para los cuales el Gobierno ha diseñado el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).
De hecho, esta semana, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció en la red social X (exTwitter) la aprobación de los tres primeros proyectos de inversión del RIGI por US$1500 millones. Ninguno de ellos es del agro.
Retenciones
Con menos algarabía, los productores agropecuarios realizan una inversión y un gasto anual de 13.800 millones de dólares solo para sembrar soja, maíz y trigo, de acuerdo con una estimación realizada por la Bolsa de Cereales de Córdoba. Al calcular la inversión por período presidencial, ese monto supera los US$55.000 millones. No hay tuit ministerial para destacar ese dato. Y aunque no deje de ser conocido, llama la atención que ese nivel de inversión se lleva adelante con el elevado nivel de DEX.
Hay otras cifras llamativas. Según ese mismo trabajo de la entidad cordobesa, la administración Milei ya embolsó US$5680 millones hasta septiembre pasado por los DEX en trigo, soja y maíz. A ese ritmo, si no hay modificaciones en la política de los DEX, Milei habrá superado al final de su mandato a Néstor Kirchner en cuanto al aporte de DEX del agro ya que en el período 2003/2007 el ingreso por retenciones fue de US$18.790 millones, si se toman los datos de la Bolsa de Cereales de Córdoba. El liderazgo en ese triste ránking lo mantiene Cristina Kirchner que, en un contexto de precios elevados de los granos, capturó US$37.380 millones en su primer mandato y US$38.000 millones en el segundo.
En 21 años de retenciones, según la entidad, el Estado capturó de la renta del agro US$150.000 millones, a valores de septiembre pasado, solo por los DEX a la soja, al maíz y al trigo. Un número para hacer reflexionar a quienes creen que todavía “no es momento de pedir la baja de las retenciones”.