El triple impacto empresarial significa perseguir con igual énfasis objetivos económicos, sociales y ambientales. En los últimos años, esta tendencia dejó de ser una moda pasajera para instalarse como un modelo de negocios que recibe atención de los fondos de inversión y tiene su peso específico en el mercado. Pero, ¿es posible trasladar este enfoque al modelo productivo agropecuario argentino y que se transforme en una variable más de control del sector?
La pandemia aceleró las transformaciones en todas las industrias y colocó a la sustentabilidad en la agenda del presente. Una demanda liderada por una nueva camada de consumidores que los productores no deberían ignorar. La cadena agroindustrial ha puesto en marcha prácticas de triple impacto desde hace décadas, de algunas es consciente y las ha hecho su emblema, por ejemplo, la siembra directa y su rol en la conservación de los suelos, pero aún queda mucho por hacer.
Empresas B en el agro local
Al respecto, conversé con Bernardo Milesy, Founder & Managing Partner de Glocal, el primer fondo enfocado en agrifood y agritech del mundo en certificar como Empresa B. Comencemos por explicar qué significa ser una empresa B. Es una certificación que se otorga a partir de obtener un puntaje mínimo de evaluación de impacto en determinados aspectos, como por ejemplo las interacciones con los clientes, los trabajadores, las comunidades y el medio ambiente.
Para el equipo de Glocal obtener la certificación de Empresa B fue la consecuencia de prácticas que ya venían desarrollando. “El triple impacto es una forma de hacer negocios que tenemos internalizada. Antes de certificar, cuando hablábamos de sustentabilidad con otras personas nos dábamos cuenta de que ya hacíamos un trabajo con triple impacto. La esencia estaba, sólo teníamos que revisar algunas cosas y contarlas de manera correcta y tener indicadores explícitos para nosotros y para las startups en las que invertimos”, afirma Milesy.
El caso Danone
Dentro de las corporaciones también están apareciendo posiciones que instalan las ideas de sustentabilidad y esto es un gran paso para entusiasmar a otros. En Estados Unidos algunas empresas optan por iniciativas corporativas de triple impacto mientras otras eligen certificaciones.
Danone USA se transformó en 2021 en la empresa B más grandes del mundo Pero, ¿cuál es el esfuerzo de sostenibilidad que le otorgó el reconocimiento? Danone se colocó como líder de una coalición de la industria láctea para hacer la transición de la producción lechera a prácticas agrícolas regenerativas.
El programa se llama ‘Farming for Generations’ y busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, proteger el suelo y la biodiversidad al mismo tiempo que proporcionar alimento de la mejor calidad para las vacas lecheras, apoyar la salud y el bienestar de los animales, asegurando que las vacas tengan una vida sana y libre de estrés.
Certificar es una forma de comunicar las buenas prácticas de la agroindustria porque se explicitan conductas que son irrebatibles y allí está el poder. El error más común en el sector empresarial es pensar sólo en el repago de la Certificación B. Debemos aprender a mirar el triple impacto como una forma de nuestro compromiso con el futuro y no sólo como un negocio a largo plazo, aunque esto también sucederá.
El autor es socio de Barrero & Asociados
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