Las nuevas tecnologías nos sorprenden cada día en cada charla formal o informal y no dejan de asombrarnos, desafiarnos o incluso incomodarnos cuando sentimos que de algún modo nuestras actividades, funciones o tareas se ven amenazadas por alternativas disruptivas a cualquier modelo tradicional. Así vemos que en el futuro cercano, las tecnologías podrían traernos carne producida en un laboratorio a partir de células madre o aún más, carne creada a partir de moléculas puramente vegetales, que llegará para posicionarse en un supermercado justo al lado de la carne animal que consumimos comúnmente hasta hoy. Estas son realidades del mundo cercano.
La empresa NotCo, con sus operaciones centradas en nuestro vecino país de Chile, no solo está desarrollando "carne vegetal", sino que ya está comercializando mayonesa producida solo a partir de vegetales y está lanzando al mercado leche y yogur vegetal, todos productos diseñados por inteligencia artificial y producidos en laboratorio que compiten en la góndola con su versión más tradicional lado a lado.
Este proceso de innovación no solo se limita a productos, sino que incluye importantes cambios en los servicios que las compañías ofrecen. Hoy ya es posible encontrar sitios de alquiler de maquinaria agrícola en el modelo de Airbnb, que desafían las versiones más comunes de estos servicios como son los contratistas y los proveedores de maquinaria agrícola; Marketplaces para comercialización y trazabilidad de negocios de granos o para gestión de recursos humanos, disputando su lugar con las bolsas de comercio y las consultoras de RR.HH.; así como tecnologías de imágenes satelitales, drones, robótica e inteligencia artificial que replantean los diagnósticos y el tipo de insumos para el agro que las empresas deberán proveer en el futuro, y que ponen bajo análisis el papel de los ingenieros agrónomos en este nuevo escenario.
Todas estas son realidades del mundo actual, que llegaron y llegarán para hacerse un lugar entre los sistemas y mercados tradicionales, y que nos desafían a encontrar nuestro nuevo lugar en el mundo. Ante este nuevo escenario, hay al menos dos caminos contrapuestos que los actuales actores de la cadena agroindustrial podríamos tomar. Uno de ellos es no darle demasiada importancia al cambio venidero y esperar que los mercados o el resto de los actores de la cadena continúen operando como hasta ahora, y de ese modo mantengan activo nuestro actual rol aun en un escenario muy diferente.
La alternativa, que en principio parece más racional, es entender este nuevo desafío como una nueva oportunidad, y en ese camino reconvertirnos para encontrar nuestro nuevo espacio, o diferenciarnos a través de la intensificación de nuestras propuestas actuales. En este sentido, el ingreso al mercado de carne o leche vegetal, de un nuevo modelo de provisión de maquinarias o de sistemas de inteligencia artificial que den asesoramiento a los productores, no necesariamente harían que desaparezcan las versiones actuales de estos productos y servicios, sino por el contrario, podrían diferenciar nuevos segmentos de mercado que valoren de forma diferencial los productos y servicios tradicionales, creando así un segmento de especialidades.
De este modo, esta revolución tecnológica al igual que las anteriores trae consigo claras oportunidades en términos de reconversiones hacia nuevos productos y servicios, o de diferenciación de los ya existentes para enfrentar un escenario diferente. Nuevamente estará en manos de cada uno de nosotros definir cuál queremos que sea nuestro papel en el futuro del agro, el cual está en constante rediseño y construcción.
El autor es doctor en Ciencias Agrarias de la UBA y gerente de Investigación y Desarrollo de BASF