La Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) dijo, aunque sin fecha, que llevará adelante medidas de fuerza en reclamo de una demanda salarial a la cooperativa con sede en Sunchales, Santa Fe
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SANTA FE.- El conflicto entre la láctea SanCor, con sede en el oeste de esta provincia, y la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) no parece tener respiro. Después que la cooperativa radicada en Sunchales lograra evitar el remate de 700.000 kilogramos de quesos por incumplir una garantía de pago, el gremio que conduce Héctor “Etín” Ponce encontró el momento para presionar por presuntos incumplimientos de la oferta salarial que la industria realizó en su momento y lanzó un paro nacional, aunque sin fecha, en toda la industria. En rigor, en un comunicado señaló que dispuso “medidas de acción sindical que afectarán todo el arco nacional de la industria lechera”.
El escrito, que como se dijo no precisa fecha del comienzo de la protesta, tampoco hace referencia al tipo de medidas que resolvió aplicar y a qué industrias impactará su decisión. Solo señaló que “pese a las múltiples denuncias efectuadas y promesas incumplidas, que incluyeron la oferta firmada por sus autoridades y aceptada por los trabajadores, SanCor continúa adeudando salarios y cuotas sindicales de obra social, mutual y fiscales de sus trabajadores, que retiene indebida e ilegalmente, agrandando la deuda mes a mes de manera exponencial y constante”.
Y agregó: “Todo ello, sumado al hecho de que se niega a suministrar ocupación efectiva al personal que se encuentra a disposición, habiendo sustraído el flujo de caja diario colocándolo fuera de loa orbita de la empresa mediante una maniobra detectada y denunciada oportunamente por los delegados, que tiene como pantalla la forma de un fideicomiso de administración financiera”. Ante consultas realizadas esta tarde, no fue posible encontrar precisiones desde el sector gremial, mientras desde la cooperativa se evitaron comentarios al respecto.
En tanto, fuentes de la industria láctea consultadas por LA NACION afirmaron que, hasta el momento no han recibido ninguna notificación oficial por parte del gremio sobre posibles medidas de fuerza. Sin embargo, afirmaron que están “en alerta para ver qué sucede” y consideraron que cualquier medida de este tipo sería “desproporcionada”, ya que no se trata de un asunto que las demás industrias puedan resolver.
“Sería realmente muy negativo que esa medida ocurra. Además está vinculada a una cuestión en la que nosotros no podemos negociar absolutamente nada. No es una cuestión inherente a nuestras empresas. Así que estamos observando con preocupación el panorama y esperemos que se pueda llegar a algún acuerdo entre la empresa y el gremio y no tengamos que padecer una medida de fuerza”, dijeron.
Situación
Tratando de justificar el endurecimiento de su postura, aun cuando Atilra aceptó oportunamente continuar las negociaciones en base al ofrecimiento salarial realizado por la empresa, con el fin de destrabar definitivamente el conflicto, el gremio sostuvo en el comunicado de las últimas horas que “las medidas de acción sindical son una forma de reclamo directo habilitada por ley y que no está en los trabajadores encontrar soluciones a la empresa, sino que es una obligación de quienes la conducen. El trabajador y la trabajadora solo reclaman lo que les pertenece”.
Sobre la protesta lanzada, Atilra sostuvo que “las medidas se iniciarán de manera inminente y sorpresiva, con un cese de actividades dentro de todo el acto de la industria lechera del país” y que “el inicio, tiempo de duración y modalidad de las mismas será anunciada oportunamente”.
Como explicó este diario oportunamente, en las últimas asambleas de trabajadores de SanCor se advirtió cierto cansancio de las bases y una firme intención de cerrar el prolongado conflicto, que se hizo más evidente desde agosto del año pasado cuando Atilra ordenó asambleas de empleados en sus lugares de trabajo que impidieron la normalidad en los procesos de elaboración de productos para su posterior distribución y comercialización.
La apuesta grande de Atilra se dio a mitad del año pasado cuando buscó convalidar un proyecto de empresarios, algunos cercanos al kirchnerismo, para controlar la láctea. Sin embargo, el proyecto de abortó en pocos meses porque los fondos pretendidos debía aportarlos el Banco Nación y, además, el gobierno nacional cambió de signo político.
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