Ezequiel De Freijo, experto de la Sociedad Rural Argentina (SRA), estimó en ese nivel el impacto desde que se reinstaló el cepo en 2019
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El presidente Javier Milei dijo hace unos días que la apertura del cepo cambiario podría darse a mitad de año. Su secretario de Agricultura, Fernando Vilella, también dijo, en el marco de la última Exposición Rural de Bariloche, que la brecha en el tipo de cambio “va a desaparecer”. Antes, dos entidades del agro, la Sociedad Rural Argentina (SRA), que conduce Nicolás Pino, y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), comandada por Carlos Castagnani, había puesto la lupa en la restricción.
“Es vital eliminar la brecha cambiaria puesto que sigue generando distorsiones en el ingreso del productor”, apuntó la SRA. “Ha destrozado la economía de nuestros productores”, señaló CRA. Esta semana, en una reunión con productores autoconvocados de Grupo Independencia, Vilella, según dijeron los mismos productores tras el encuentro, reforzó el concepto en torno del fin de la brecha cambiaria y las retenciones.
Mientras la expectativa está puesta en que se produzca, más temprano que tarde, lo mencionado tanto por el Presidente como el secretario de Agricultura, el daño generado por la restricción ha sido criticado en infinidades de veces por los productores, técnicos, expertos y la dirigencia toda. Se ha apuntado que provocó una distorsión tanto o más fuerte que las retenciones y que ambas han sido devastadoras. No por nada en varias oportunidades se ha hablado de la fuerte disparidad en valores e ingresos les quedaban a los productores argentinos versus brasileños u uruguayos que no tenían las mismas limitaciones.
“El negocio agro viene regando con la manguera pinchada: la brecha cambiaria generó un triple impacto sobre el resultado económico y descapitalizó a los productores”, señaló Ezequiel De Freijo, jefe del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Según remarcó el especialista, y es lo que ha generado las quejas, la brecha cambiaria provocó un efecto negativo sobre el precio recibido por el productor. Además, la distorsión lo que hizo fue elevar los costos para producir con insumos que, reflexionó, se terminaron acomodando a la divisa paralela. En tercer término, remarcó, la brecha lo que hizo fue encarecer el costo del dinero. A esto se sumó, vale recordar, trabas que se pusieron a quienes tenían más de un 5% de soja almacenada de la cosecha.
De Freijo fue más allá e hizo, ante una consulta de este medio, un estudio que arrojó un dato demoledor. La realidad es que, considerando soja, maíz y trigo, los tres cultivos de mayor importancia, desde que volvió el cepo, en septiembre de 2019, los productores perdieron, solo por la brecha, ingresos por más de U$S83.000 millones. El número supera incluso a la sangría por las retenciones desde también 2019: US$60.000 millones.
Al número sobre la pérdida que generó la brecha se llegó en base a estadísticas y cálculos meticulosos. En la entidad ruralista tiene la base de operaciones publicadas por Siogranos con datos que van desde las operaciones diarias, los FOB y lo pagado a los productores. También tienen el registro de cómo ha sido el tipo de cambio en las sucesivas fechas.
La pregunta es, tras el número que da cuenta del impacto generado desde septiembre de 2019, qué efecto puede tener para los productores marchar hacia lo mencionado tanto por Milei como Vilella. Para De Freijo, hay varios puntos para mencionar en esto. Uno de ellos es que ponerle fin a la distorsión debería permitir tener un sistema de precios relativo coherente para “volver a la inversión”. Al avanzarse hacia un único precio podría haber señales más nítidas sobre cuáles son los negocios en los cuales pueda ser más interesante o no ingresar.
Otro efecto en la lista de beneficios es que debería haber una caída en los insumos. Eso, indicó, ya se vio cuando en diciembre de 2015, con el expresidente Mauricio Macri, se salió en ese momento del cepo y los insumos bajaron “20-25%”.
“La alta brecha cambiaria hace que los precios de los insumos estratégicos tienden a subir en dólares oficiales, esto es así puesto que la obstaculización al dólar oficial termina opacando el mercado reflejado en aumentos de precio en dólares alterando la oferta”, señaló el especialista de la SRA.
De Freijo agrega que tener un único tipo de cambio significará que los mercados operen de forma “eficiente, con reglas de juego claras y sin distorsiones”, Se trata de un tema no menor mientras luego se avance, cuando se disponga, con las retenciones.
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