Desde Néstor Kirchner a Javier Milei ningún funcionario a cargo del área agropecuaria del gobierno logró permanecer durante todos los mandatos presidenciales
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En los últimos 20 años, ningún gobierno pudo mantener durante cuatro años en su cargo al responsable de los asuntos vinculados con la producción agropecuaria del país, la que genera el mayor ingreso de divisas por exportaciones de bienes. La inestabilidad y los cambios de rango en la estructura gubernamental ha sido la constante.
En febrero de 2007, Néstor Kirchner reemplazó a Miguel Campos por Javier de Urquiza, entonces subsecretario del área. El primero había llegado al gobierno del patagónico por recomendación de Felipe Solá, exsecretario de Agricultura de Carlos Menem.
Urquiza, que había sido funcionario con Kirchner en Santa Cruz, mantuvo un fuerte enfrentamiento con Campos. Lo de “enfrentamiento” no es metafórico: se pelearon a puño limpio en la Secretaría de Agricultura. Aún así, Campos fue quien más duró en el cargo en comparación con quienes lo sucedieron.
Cristina Kirchner mantuvo a Urquiza en cuando llegó al gobierno, pero lo reemplazó en julio de 2008, tras la derrota por la resolución 125, por Carlos Cheppi, entonces presidente del INTA, y redactor del capítulo agropecuario de la plataforma electoral del Frente para la Victoria en 2003. En ese documento ya olvidado se podía leer que las retenciones al agro iban a bajar si la situación fiscal lo permitía. En su despacho del INTA, Cheppi tenía una fotografía del dictador venezolano Hugo Chávez. Años después fue embajador argentino en Venezuela.
Otro perfil
En septiembre de 2009, con la intención de evitar una nueva 125, poco más de un año después, Cristina Kirchner eligió a un político en vez de un técnico en el área de Agricultura y la transformó en ministerio. Designó a Julián Domínguez, un dirigente del peronismo del interior de la provincia de Buenos Aires.
Domínguez duró dos años y dejó la cartera agrícola en diciembre de 2011 para pasar a la presidencia de la Cámara de Diputados. “No tengo problemas en ser una escribanía del Gobierno”, dijo a poco de asumir en la Cámara baja. Su reemplazo fue Norberto Yahuar, entonces secretario de Pesca. Dos años después, en octubre de 2013, Yahuar se postuló como diputado nacional por Chubut, pero tuvo una mala performance electoral y Cristina Kirchner le pidió la renuncia. Fue reemplazado por Carlos Casamiquela, entonces presidente del INTA, que daba sus últimos pasos en la administración pública. Volvió el perfil técnico al área.
Con Mauricio Macri en el poder, a partir de diciembre de 2015, tampoco hubo estabilidad. Su primer ministro de Agroindustria fue Ricardo Buryaile, exvicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y dirigente del radicalismo formoseño. Su nombre había sido impulsado por el entonces ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay. Tras casi dos años en el cargo, fue reemplazado en noviembre de 2017 por Luis Miguel Etchevehere, presidente en ese momento de la Sociedad Rural Argentina (SRA).
Macri, en rigor, ya había pensado en Etchevehere como ministro en diciembre de 2015, pero cedió frente a los pedidos de sus socios de Cambiemos y de sectores de la agroindustria que no querían ver a un dirigente rural en ese cargo. En septiembre de 2018, la cartera agrícola volvió a bajar de rango y pasó a llamarse “Secretaría”, como gesto para exhibir una baja del gasto público tras la crisis financiera que ya afectaba al gobierno de Cambiemos. Menos de un año después, en julio de 2019 y poco antes de las fatídicas PASO, el propio Macri, en la Exposición Rural de Palermo, le devolvió a Agricultura el rango ministerial.
El regreso del peronismo, en diciembre de 2019, mantuvo la regla de la inestabilidad y el cambio de rango de los gobiernos para el campo. Alberto Fernández volvió a darle carácter ministerial a Agricultura y designó a Luis Basterra, un expresidente del INTA y diputado por Formosa, de estrecho vínculo con el gobernador Gildo Insfrán. En rigor, Fernández barajaba el nombre de Gabriel Delgado, especializado en economía agropecuaria y formado en el INTA. Por pedido de Cristina Kirchner, Fernández designó a Basterra. Pero el formoseño no llegó a cumplir dos años en Agricultura: en septiembre de 2021, Julián Domínguez regresó a Agricultura. El nuevo paso del peronista bonaerense fue breve. Al degradarse nuevamente la cartera de Ministerio a Secretaría , con la designación de Sergio Massa al frente del Palacio de Hacienda, Domínguez dejó el cargo en agosto de 2022, reemplazado por Juan José Bahillo, un dirigente del peronismo de Entre Ríos y exintendente de Gualeguaychú, proveniente de una familia dedicada a la producción agropecuaria y dueña de una cadena de helados.
Con el gobierno de Milei, la inestabilidad en Agricultura fue todavía mayor: no pasaron siete meses que ya fue reemplazado el secretario de área y volvió a cambiar el nombre.
Cabe recordar que en estos más de 20 años de inestabilidad de nombres y cargos, el Estado recaudó del campo más de 200.000 millones de dólares en concepto de derechos de exportación (retenciones).