El gremio de los trabajadores de la industria láctea, Atilra, comenzó el sábado pasado en las empresas del sector un quite de colaboración que se prolongará hasta el próximo domingo. La medida la implementó en rechazo a una oferta salarial de las compañías. En el sindicato dicen que no se afectará el abastecimiento de productos lácteos. En la industria, en cambio, temen por inconvenientes en la elaboración y faltantes en algunas zonas.
Los empleados en la industria, que suman unos 28.000, no harán así ni horas extras ni trabajarán los días francos. En las empresas los trabajadores están en "estado de alerta" ante eventuales nuevas medidas del gremio. En las empresas dicen que un eventual paro podría agravar la situación. En este contexto, si bien sigue el quite de colaboración, el Ministerio de Trabajo citó a las partes para este miércoles.
Atilra venía solicitando un ajuste salarial en línea con la inflación acumulada en lo que va de 2020, que ya trepa al 15,8%. Las empresas ofrecieron por el período enero-junio un 13,6%. Además, una suma no remunerativa de $12.000, a pagar en tres cuotas de $2000 (agosto, septiembre y octubre) y dos cuotas de $3000 (en noviembre y diciembre). En las empresas señalan que todo esto da un incremento del 28%.
"Es un 13,6% más sumas no remunerativas; en total se llega a un 28%. El 13,6 va derecho incluido al básico", contó un empresario.
Por otra parte, con respecto a la obra social, donde el gremio señala que tuvo una fuerte suba de costos ligados a la pandemia de coronavirus, las industrias ofrecieron un "aporte por única vez de $9000, en tres cuotas de $3000, los meses de agosto, setiembre y octubre, este aporte solo por cada trabajador/a afiliado a Ospil".
"El ofrecimiento no solamente es escaso en su cantidad, sino que está ofrecido solamente por cada trabajador afiliado a Ospil y no sobre cada trabajador comprendido en la CCT 2/88 como corresponde ya que se trata de un sistema solidario que debe atender a distintos tipos de beneficiarios/as, muchos de los cuales no pertenecen a la actividad", dice un documento del sindicato.
En rigor, un acuerdo por el que estaban trabajando el sindicato y la industria se trabó en este punto. Para el sindicato, falta una actualización de los aportes y retroactivo en línea con lo que ocurrió con la pandemia de coronavirus. Para el gremio, se han registrado casos de coronavirus que demandaron su atención y, en esta línea ponen énfasis en las prestaciones y los aportes.
Según fuentes del sindicato, la discusión de este punto pasa por unos $170 millones.Pero para la industria es mucho más. "La industria llegó a ofrecer aportes extraordinarios por los afiliados a la obra social de Atilra por $180 millones, pero ahora piden $300 millones", se quejó una fuente de la industria.
"La industria ha formalizado durante la negociación múltiples ofertas procurando acercar posiciones. Tan es así que desde hace ya semanas las partes han llegado a un acuerdo respecto del incremento salarial solicitado para el mes de julio, e incluso en la audiencia del viernes 14 de agosto (última reunión), las partes llegaron a un acuerdo respecto de los incrementos sucesivos a aplicarse los meses posteriores. Lamentablemente, las pretensiones del sindicato se han ido modificando, alejando en cada reunión la posibilidad de un acuerdo, y hoy Atilra pide un aporte extraordinario mayor de lo que surge de la ley y del propio convenio colectivo para la obra social sindical", expresó la fuente consultada de la industria.
En este contexto, apuntó que "la industria considera que no está en condiciones, ni cree que corresponda, de hacer pagos extraordinarios a la entidad sindical Atilra, tal como se viene exigiendo audiencia tras audiencia". Detalló que las cámaras empresarias para evitar el conflicto "accedieron incluso a incorporar una contribución extraordinaria a Ospil, obra social de Atilra, por cada trabajador de la industria láctea que revista al presente como afiliado a la misma".
En un comunicado, el Centro de la Industria Lechera (CIL) alertó que "de concretarse las amenazas de los dirigentes sindicales podrían faltar leche y sus derivados en los próximos días en distintos puntos del país".
"Pese a los reiterados esfuerzos de las empresas, demostrados en las numerosas ofertas hechas en la mesa de negociación, los líderes sindicales de Atilra mantuvieron su postura inflexible en torno a un pedido de aporte extraordinario adicional de 16 mil pesos por cada empleado y a las cuentas generales del sindicato sin un fin específico", dijo el CIL. Añadió que esto "representaría casi 400 millones de pesos en unos pocos meses (por encima de los $300 millones que calcularon algunas fuentes), que se suman a los aportes convencionales y legales que las empresas ya vienen realizando, y a otro aporte al sindicato que si bien en su origen fue considerado extraordinario, nunca pudo ser discontinuado a pesar de que año a año las empresas han planteado su necesidad de eliminación por la falta de justificación y el gran impacto que tiene en los costos de la industria".
Escenario complejo
En las industrias agregan a este cuadro una situación en el negocio que consideran complicada por la falta de actualización en los precios de sus productos y, también, por el incremento de costos.
Respecto de este último tema, la semana pasada la industria difundió un informe privado que alertaba que el sector cerrará 2020 con el nivel más bajo de actividad de los últimos 10 años en productos claves.
"De acuerdo al estudio realizado por la consultora Claves, basado en datos oficiales y fuentes privadas, el deterioro sectorial durante la última década en el rubro de la leche fluida marcará una caída del 33 %, en tanto que, en el caso del yogur, la contracción proyectada para este año alcanzará el 27%", señala el documento. Agrega que "la elaboración de leche se reducirá en 593.000 litros, en tanto que la retracción en materia de yogur alcanzará a 134.000 toneladas".
Los industriales sostienen que desde 2010 "el yogur perdió presencia en el 24 % de los hogares del país, lo que significa que más de 3,2 millones de familias argentinas dejaron de consumir este alimento considerado esencial".
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