Por la enfermedad generada a partir de la chicharrita, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se dejarán de cosechar 11,5 millones de toneladas versus las estimaciones iniciales
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El impacto devastador en el maíz de la enfermedad transmitida por la chicharrita no tiene limites: las cifras de la caída en la producción ya ascienden a los 11,5 millones de toneladas, versus lo que se esperaba al inicio de la campaña agrícola. La pérdida económica estimada es de US$2199 millones. Si bien en parte de enero último el cereal enfrentó dos semanas de falta de precipitaciones y altas temperaturas, la chicharrita se convirtió en la mayor responsable del recorte.
Ayer, en un nuevo relevamiento semanal y ante las pérdidas ocasionadas por la enfermedad, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires recortó en 3 millones de toneladas la cosecha de maíz, a 46,5 millones de toneladas. Para recordar, al inicio de la campaña se aguardaban 58 millones de toneladas. En medio de esta reducción, en lugar de los US$7942 millones proyectados como ingreso por exportaciones, ahora se esperan US$5743 millones.
Sobre el impacto de la enfermedad, dijo: “El relevamiento a la red de colaboradores durante las últimas tres semanas continúa sosteniendo una baja en los rendimientos esperados para las fechas tardías y planteos del norte del país, sumado a un aumento importante del área no cosechable”.
La entidad dijo que en varias zonas se anticipó la cosecha debido a que los planteos más afectados culminaron antes su ciclo. En tanto, en zonas como el NOA, NEA, centro norte de Córdoba, centro norte de Santa Fe, región núcleo Norte y Entre Ríos, el área que se iba a destinar para grano no pudo ser cosechada. Esto representaría el 15% de la superficie en esas regiones.
Hoy, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que la propagación de la chicharrita está generando incertidumbre en cuanto al volumen final de la oferta para la presente campaña, 2023/24. Esta situación está retrasando la decisión de fijación de precios y añadiendo una prima de riesgo a las cotizaciones futuras. Al respecto, indicó que el contrato julio de 2024 en MatbaRofex se ha ajustado en torno a los US$170 por tonelada, un aumento del 12% con respecto al mínimo registrado en febrero, cuando el contrato se cotizó en US$153 por tonelada. Por consiguiente, los precios del maíz tardío están retornando a niveles similares a los del inicio del año.
El caso de la soja
Mientras el maíz está en jaque por el impacto de la chicharrita, la soja no está exenta de problemas. Al respecto, la entidad rosarina, que prevé una recolección total de 51 millones de toneladas, señaló que podría haber un recorte en las proyecciones de producción debido a los inconvenientes para levantar el cultivo ante las condiciones climáticas adversas, es decir por la seguidilla de lluvias que dejaron lotes sin piso suficiente.
En la semana la cosecha avanzó 10,6 puntos porcentuales, al 36,2% de la superficie apta a nivel nacional. Sin embargo, exhibe una demora de 12 puntos porcentuales en comparación con el promedio de los últimos cinco años.
Hay demoras en el NEA, con apenas un 14,9% de avance. En esta región los rendimientos medios se sitúan en 12,9 quintales por hectárea, una diferencia de 10 quintales por hectárea por debajo del promedio registrado en las campañas 2017/21. Esta disparidad genera preocupación acerca del impacto final que pueda tener en la producción agrícola.
“Colaboradores del oeste de Chaco y nordeste de Santiago del Estero reportan que el estrés termohídrico durante marzo, mientras el cultivo transitaba su período crítico, ha impactado sobre los componentes del rendimiento y hasta incluso generado pérdidas en el área cosechable. De continuar dicha tendencia se podría ver afectada nuestra actual proyección de producción ubicada en 51 millones de toneladas”, informó.
La situación es más alentadora en el núcleo Norte, con un avance del 72,5% en la cosecha de soja de primera y rendimientos medios que alcanzan los 40,4 quintales por hectárea, superando en 3,6 quintales por hectárea el promedio de las campañas 2017/21. Córdoba avanzó al 30% para la soja de segunda, con rindes que promedian los 27,6 quintales por hectárea, un 15 % superior al promedio de las campañas 2017/21.
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