El presidente del BID brindó una charla en la Universidad Georgetown en la cual reiteró sus prioridades
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WASIHNGTON.- Ilan Goldfajn estaba cerrando su primera presentación pública en la Universidad Georgetown cuando Alejandro Werner, su antecesor en el Fondo Monetario, bromeó con que iba a tomar una pregunta “de la izquierda” después de haber tomado algunas de la derecha. Goldfajn había destacado antes la importancia del diálogo, y remató: “Mejor del centro”.
El intercambio ofreció un momento liviano en lo que fue, por espacio de una hora, un ida y vuelta –por momentos, monótono– anclado en los problemas de América latina y los desafíos que Goldfajn ve en su nueva etapa como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Disciplinado, Goldfajn estructuró toda su ponencia alrededor de las prioridades que marcó en su primer discurso como presidente del banco, hizo hincapié en la necesidad de ampliar la participación del capital privado en el organismo multilateral y planteó un dilema: la gente demanda respuestas, soluciones y más servicios a gobiernos con pocos recursos.
“Las sociedades ahora tienen menos paciencia con los gobiernos, quieren ver resultados”, dijo. Y luego, al hablar sobre democracia y desigualdad en la región, dijo que América latina necesitaba más “protección social”, casi ausente en algunos países.
Godlfajn fue presentado por Werner, director del Instituto para las Américas de la Universidad Georgetown, para una conversación de una hora. Ambos se conocen bien y desde hace mucho tiempo. Goldfajn fue el sucesor de Werner en el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el Departamento del Hemisferio Occidental. Desde ese lugar, ambos lidiaron también con los avatares económicos de la Argentina, y con el gobierno de Alberto Fernández.
“Fue un honor seguir tus pasos en el FMI”, arrancó Goldfajn, apenas comenzó su exposición. Distendido, le agradeció a la gente que hiciera tiempo para ir a escucharlo en el Día de San Valentín.
En la mirada de Goldfajn, la gente en América latina quiere más bienes públicos, menos pobreza, menos desigualdad, y desigualdad en varias dimensiones, incluida la desigualdad de género. Y existe una percepción de que los gobiernos no están logrando sus objetivos. “Los gobiernos han sido elegidos con el mandato de cambiar todo esto. Y al mismo tiempo, en una región donde los recursos fiscales son escasos, entonces los recursos para cumplir todas las promesas no están”, señaló.
Para encarar ese contexto, Goldfajn planteó la necesidad de ampliar el financiamiento privado de los proyectos del BID con los esquemas de Participación Público-Privada, o “PPP”. Además, indicó que los recursos del banco son sagrados, y que es importante usar los recursos de una manera más efectiva. No dijo cómo, y tampoco mencionó si, como prometió su antecesor, Mauricio Claver-Carone, buscará una ampliación del capital del BID.
“Más participación del sector privado, más efectividad, y tenemos que hacer las cosas mejor”, resumió en un momento de su exposición.
Goldfajn asumió el pasado 19 de diciembre luego de ser elegido con amplio respaldo político tras el escandaloso despido de Claver-Carone del banco. Como parte de su llegada al BID, el Gobierno dijo que acordó la designación de tres cargos, dos vicepresidencias y un nuevo Instituto enfocado a la igualdad de género. De momento, ninguno de esos cargos ha sido definido.
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