Don Hilario Cuadros nació el 23 de diciembre de 1902, y fue bautizado en Nuestra Señora de Loreto, en Guaymallén, Mendoza el 1ro. de febrero de 1904; hijo de Anselmo y de Carlota Romero. Don Anselmo era de Chile y dueño de una barraca en la Calle Larga, en la Media Luna (hoy localidad Pedro Molina) de Guaymallén; y nieto paterno de Hilario Cuadros y María Josefa Prado.
La música y el canto eran habituales en la familia, Hilario comenzó a tocar la guitarra haciendo dúo con su hermano Guillermo. Por el año 1926 comenzó a cantar con el sanjuanino Domingo Morales, El Quiñao, formando el dúo Cuadros -Morales. Ya en 1929 con las incorporaciones de Alberto Quini y Roberto Puchio formaron Los Trovadores de Cuyo.
Autor del gato “Cañadita alegre” que refleja sus vivencias en esa avenida ancha junto al carril nacional, adornada por los geranios de los Sosa, Aldao, los cantares de Romero, Guzmán, Godoy, Quiroga y los Torres. Allí vivía tranquilo para soñar en su rancho criollo de puro gusto tradicional, donde se cantaban y bailaban zambas, cuecas y tonadas bajo un parral, también recuerda las maestras de la Escuela 23 y el Boliche La Movediza.
Con la cueca “Carlota y Magdalena” junto a A. Andrada, evoca a las hermanas Romero - su madre y su tía -. Con profundo sentido sanmartiniano, dedicó varias obras al prócer y su gesta heroica. Las cuecas “Los sesenta granaderos” junto a Félix Pérez Cardozo, composición que forma parte del patrimonio musical argentino; “Bandera de los Andes” con M. López; “San Martín” junto a F. Pérez Cardozo y “El sargento de Ayacucho” con J. Quintanilla; las canciones “El Plumerillo” con J. Quintanilla y “El Manzano de Tunuyán” donde recuerda al histórico Manzano, testigo del fraternal abrazo que el valeroso Olazábal brindara al Gran Capitán; la canción cuyana “El clarín de los titanes” junto a E. Fratantoni; los valses “Fray Luis Beltrán” junto a C. de la Fuente y “Mi madre de Corrientes” con J. Quintanilla dedicado a la madre de San Martín y la tonada “Glorias andinas”.
Sus creaciones como la cueca “Cochero e plaza”; la canción “El niño y el canario” con E. Fratantoni; el aire serrano “La canción del jarillero” y la cueca mendocina “La yerba mora”, entre tantas otras han enriquecido nuestro folklore.
En la radio
Para el año 1938 Los Trovadores de Cuyo constituyeron uno de los mayores éxitos de radio Fénix; desde Buenos Aires sus composiciones de arte nativo fueron ampliamente difundidas. También en radio Belgrano tuvieron un popular programa conocido como “Bajo un parral cuyano”, y precisamente con este título en 1954 fue registrada una obra teatral de Cuadros y Roberto Torres Maure.
Hilario Cuadros partió en 1956, un 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María. Julio Perrée en la revista Danzas Nativas de enero de 1957 realizó un comentario digno de destacar: “Poco antes de fallecer, Hilario Cuadros, quizás presintiendo la cercanía de su fin, llamó a un sacerdote amigo (el mismo que años antes había bendecido su guitarra), y le dijo: Creo que he cumplido con Dios y con la Patria”.
Las crónicas de la fecha de su partida, destacaban el valor artístico de Cuadros y la pérdida para el folklore nacional, pero también su espíritu caballeresco y bondadoso y su natural don de gentes.
En la revista Folklore, se informaba que la Asociación Cuyana de Buenos Aires instituyó el Día de la Tonada, el 23 de diciembre, fecha del nacimiento de Cuadros, “quien fuera uno de los grandes cultores de este género, tradicionalista y señero luchador por las cosas de nuestra tierra”. Finalizamos con la canción “Hilario Cuadros” compuesta por Atahualpa Yupanqui:
Se ha cortado el bordón de tu guitarra/cuando la paz del alma florecía/Cuando muere un cantor la tierra mía/una canción junto al dolor amarra.
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