Los feedlots, actores relevantes en la oferta ganadera, enfrentan una suba de costos que hace que hoy tengan un quebranto de $65.000 por animal
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Una vez más, el aumento de los costos de alimentación y la suba del valor de reposición de la invernada hacen que los números en los feedlots, establecimientos de engorde a corral, no cierren. En el sector aseguran que pierden hasta $65.000 por animal que alimentan, lo que equivale a una pérdida de $3 millones por camión con hacienda.
“Los dos costos principales de esta actividad, que son la alimentación y la invernada de reposición, están por encima del valor del ganado terminado”, apuntó Juan Eiras, un productor ganadero y feedlotero que es uno de los directivos de la de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF).
En ese sentido, explica que la compra del ternero o ternera flaca se hace a $1200 por kilo. Cada kilo de engorde tiene un costo que oscila entre $1100 y $1200, mientras que la venta se realiza a aproximadamente $1000.
“Es decir, que con un peso típico de consumo de 150 kilos por novillo [el kilaje que se engorda], se genera una pérdida de $200 en la compra y otra de $200 en el proceso de engorde, lo que resulta en una pérdida total de aproximadamente $65.000″, señaló. Este cálculo es sin contar los gastos extra como fletes y comisiones, entre otros.
Eiras indicó que lograr el equilibrio sería factible con un precio de venta cercano a los $1200 por kilo, siempre y cuando se ajuste según la evolución prevista de los costos de alimentación y reposición en la invernada, los cuales se espera que continúen en aumento.
Eiras destacó que el valor del ganado gordo quedó “absolutamente distorsionado” después de todos “los manoseos que sufrió en la semana posterior a las PASO, en términos de presiones, manejos y desmanejos para mitigar el aumento de esa semana”. Comentó: “La carne queda cada vez más atrapada con respecto a otros bienes de la economía”.
En relación con los costos de alimentación, Eiras dijo que vienen de un escenario de escasez por la sequía y las dificultades que hubo para sembrar maíz temprano, a lo que ahora se suma una tendencia al aumento o la revalorización del dólar oficial. Esto siendo que todos los granos y sus subproductos cotizan a dicho tipo de cambio.
“No hay manera que la alimentación de aquí a marzo baje, no sabemos a qué ritmo, pero sí siempre va a ir en aumento. Sumado a que para nosotros el problema no solo es el costo que va a tener por los altos precios, sino también porque está en riesgo el abastecimiento fluido”, precisó.
Remarcó que actualmente ya hay establecimientos que prestan servicios de engorde que cerraron el ingreso de hacienda ante la incertidumbre sobre la disponibilidad de alimento. “Hay temor de no poder conseguir alimentos más allá del precio”, expresó.
Agregó que en los planteos de hacienda propia se están buscando alternativas luego de las lluvias que mejoraron la oferta de forraje. “Tenemos una situación en donde claramente el quebranto actual, sumado a estas situaciones que se van a dar, no ayudan para nada”, afirmó.
“Resulta improbable que disminuyan ambos costos, ya que la reposición en la invernada se ve afectada por la escasez y el aumento de las lluvias [que hace que se busque aprovechar en el campo el mayor pasto]. Además, los granos y subproductos vinculados, entre otras cosas, a la cotización del dólar oficial, tampoco muestran perspectivas de reducción”, agregó.
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