Será en Córdoba; Fabián López, ministro de Servicios Públicos de la provincia, señaló que la iniciativa buscará poner en valor la reducción de gases de efecto invernadero
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Frente al cambio climático, el desafío pasa por una planificada transición y trasformación para sustituir combustibles fósiles por energías renovables. En este contexto, la bioeconomía circular toma un rol fundamental como una forma de agregarle valor a la biomasa para trasformar la economía en una de desecho cero y así potenciar todas las cadenas productivas donde los biocombustibles constituyen eslabones esenciales.
Es de eso de lo que habló Fabián López, ministro de Servicios Públicos de la provincia de Córdoba, en el seminario “Sustainable Mobility: Ethanol Talks Argentina” en el hotel Intercontinental. Participó del panel de políticas públicas junto a Fábio Vinhado, director de Biocombustibles en el Ministerio de Minas y Energía de Brasil; Alvaro Simón Padros, ministro de Desarrollo Productivo de Tucumán; Evandro Gussi, presidente de la Unión de la Industria de la Caña de Azúcar y Bioenergía (UNICA); y Diego Roger, director de Biocombustibles de la Secretaría de Energía de la Nación.
Según indicó el funcionario, empezaron a trabajar y estudiar el impacto que tienen los distintos sectores en las generaciones de gases de efecto invernadero para poder buscar la mejor salida.
En esa línea, comentó que van a hacer una experiencia piloto de monetización de créditos de carbono. “En la Argentina no hay un mercado ni de créditos ni de bonos de carbono, o sea no se monetiza la reducción de gases de efecto invernadero”, explicó. Por esa razón, detalló que la idea del proyecto es hacer una valorización de emisiones de carbono y su posterior utilización o compensación por parte de distintos actores en la orbita del Ministerio.
El funcionario dio como ejemplo que en biodigestor de 1MW puede generar créditos del orden de 20.000 toneladas de dióxido de carbono equivalente. Si se toma la energía generada por el biodigestor y “se monetiza a los valores de hoy, da US$1 millón al año. En tanto, el crédito de carbono al monetizarlo es de US$$1,6 millones al año”. En rigor, indicó: “Se puede recibir más por monetización de crédito de carbono que por generación de energía”.
Según detalló, para llevar a cabo el plan realizarán una subasta en donde los oferentes van a ser distintos proyectos de la provincia de Córdoba (tanto gubernamentales, como de la sociedad civil y el sector empresarial) que están generando créditos de carbono, desplazando el uso de combustibles fósiles.
En tanto, los compradores serán contratistas de la obra pública en la órbita del Ministerio de Servicios Públicos, organismos dependientes del ministerio, EPEC, funcionarios públicos. Se les va a pedir que empiecen a calcular la huella de carbono.
El funcionario recordó que en 2020 la provincia sancionó la ley 10.721 de Promoción y Desarrollo para la Producción y Consumo de Biocombustibles y Bioenergía. A partir de allí empezó a desarrollar políticas alineadas en ese sentido y firmó un acuerdo con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con sede en Costa Rica, que hizo un estudio sobre el desarrollo bioeconómico a través de los biocombustibles en la provincia.
“El estudio nos permitió sentar las bases y las potencialidades que tiene Córdoba para trabajar en este tema. En particular, desarrollamos dos programas basados en justamente aprovechar, con una mirada de economía circular, las potencialidades que tiene tanto el bioetanol como el biodiésel”, comentó.
Esos programas son el de Autoconsumo de Biodiésel 100% (Biocba) y el programa para bioetanol Beta E85 (85 por ciento de bioetanol de maíz y 15 % de nafta), que tienen como fin incrementar el uso de biocombustibles y consolidar su producción en la provincia. En el segundo caso se busca impulsar en el trasporte el uso de motores diseñados para funcionar con nafta o mezclas con hasta un 85% de etanol. De acuerdo a su relevamiento, el 67% de las bocas de expendio estarían en condiciones de almacenar y despachar cinco productos, mientras que el 46% podría despachar seis productos (dos grados de nafta, dos de gasoil y dos alternativas de biocombustibles-bioetanol y biodiésel-).
“No es únicamente aprovechando la necesidad, obligación y convicción de migrar de fuentes fósiles a renovables. Abrazamos estos combustibles renovables, pero que a su vez forman parte de un eslabón que motoriza y agrega valor a toda una cadena en la provincia de Córdoba”, dijo.
De acuerdo a las estimaciones, al 2030 bajo un escenario conservador el 7% del volumen consumido de nafta podría darse en formato de bioetanol. De la misma forma, en el escenario moderado, el 15% del consumo se daría a partir de bioetanol y en un escenario optimista se alcanzaría el 22% del mismo.
El funcionario recordó que el año pasado de Córdoba salió el 41% de la producción de bioetanol del país, seguido por Tucumán, que representó el 26%. En tanto, Salta y Jujuy aportaron el 11%, y San Luis y Santa Fe el 10%.
También indicó que se busca aprovechar el potencial de generación de biogás con feedlots, tambos bovinos y criaderos de cerdos en la provincia. “Esto permitiría un modelo de economía circular de arraigo con despliegue territorial en toda la provincia y, que a su vez, resuelve pasivos ambientales y también en términos de emisión de gases invernadero”, indicó.
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