Según un informe del economista Jorge Day, del Ieral, “el país se está encareciendo” en términos de la moneda oficial y eso es “motivo de preocupación” para los productos de economías regionales que no tuvieron una suficiente mejora en sus precios
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CÓRDOBA.- El secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, dio indicios de que se mantendrá el llamado “dólar soja”. El economista del Ieral, Jorge Day -después de un análisis de la pérdida de competitividad de diferentes producciones agropecuarias- se preguntó si también habrá un “dólar de productos regionales”. Para ejemplificar, ¿habrá un dólar malbec?
Según consideró, la existencia de distintos dólares es un “despropósito” ya que “fomenta los ‘rulos’, una economía más informal” y termina con “fuertes restricciones de importaciones, entre otros problemas”.
El Banco Central (BCRA), según señaló el experto, tiene el problema de que le está costando conseguir dólares oficiales baratos. Por la magnitud de las exportaciones de la región pampeana, el Gobierno impulsó el mecanismo del “dólar soja” para incentivar mayores ventas por parte de los productores. Pero hay más problemas en otras zonas.
“Los que tienen un problema son los productores y exportadores regionales, que enfrentan costos crecientes en dólares, al atrasarse el dólar oficial con respecto a la inflación, y por eso, presionan para lograr una mayor competitividad”, expresó Day.
Insistió en que, cuando el dólar oficial está barato, los costos argentinos en esa moneda están más altos, impactando negativamente sobre la competitividad exportadora del país. Claro que hay costos poco dolarizados, como los salarios. Pero cuando el dólar se abarata, esos costos aumentan en esa moneda, lo que viene ocurriendo -según el informe- desde hace varios meses, aunque no a los niveles observados previos a la crisis del 2018.
Hay otros costos dolarizados (por ejemplo, fertilizantes), cuyos precios se debieran mantener estables, pero no es así. En parte por la inflación en Estados Unidos, la dinámica del mismo mercado [la invasión de Rusia a Ucrania disparó cotizaciones que ya venían altas] y, en parte, por las restricciones a importar que reducen su oferta.
Otros costos que en el mundo están dolarizados, como el combustible, no lo es tanto en la Argentina, porque al precio se lo fija artificialmente para que no resulte tan caro. El problema es que puede generar escasez, como ya pasó con el gasoil.
“El país se está encareciendo en dólares oficiales, motivo de preocupación, y más en sectores no beneficiados con mayores precios de exportación”, expresó Day, quien se preguntó si se mantendrá esta situación de pérdida de competitividad en los próximos meses también para los productos de economías regionales.
La situación
En este contexto, explicó que hay dos puntos clave. Uno, el de los precios internacionales. Para las commodities agropecuarias pampeanas, la guerra en Ucrania ha reducido la oferta de cereales (con su consecuente mayor precio) pero, a la vez, es posible que se acentúe la política anti-inflacionaria con subas de tasas de interés en Estados Unidos, lo que fortalece el dólar y reduce los precios.
No es tan clara la situación para el resto de los productos. No están impactados por la guerra, sino principalmente por lo que ocurre en sus respectivos sectores. Les puede jugar en contra un dólar más fuerte en el mundo, que tire hacia abajo sus precios, analizó.
El otro punto es el tipo de cambio real. El economista indicó que se mantiene la amenaza de una inflación creciente y que no es “esperable” que haya un salto devaluatorio, y tampoco que el dólar oficial aumente gradualmente por encima de la inflación. De ser así, el “dólar oficial continuaría abaratándose (quizá a menor ritmo), complicando la rentabilidad de los exportadores regionales”, según dijo.
“La realidad es que el país está barato en dólares financieros y en el blue. Pero en dólares oficiales se está encareciendo, complicando a los exportadores regionales. La pérdida de competitividad comienza a preocupar en varias de esas economías”, sostuvo.
En su reporte, Day tomó como referencia 2017, año en que el dólar todavía estaba bajo, antes de la seguidilla de devaluaciones, y la soja, cuyo precio internacional aumentó mucho más que los otros productos regionales, algunos de los cuales tienen un precio en dólares inferior al de cinco años atrás.
En esos tiempos, el dólar oficial vigente equivalía a $105 a precios de hoy. Ahora está a $139, “ha mejorado bastante”, pero el problema está en la pérdida de poder adquisitivo en los últimos 18 meses (en octubre 2020, el dólar era de $172 a precios de hoy). O sea, “se está mejor que hace cinco años, pero empeorando en los últimos veinte meses”.
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