En una entrevista con LA NACION en el marco del Congreso de Aapresid, el director de la división de Soluciones para la Agricultura de BASF para Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia se refirió, entre otros temas, a los planes de la compañía en materia de sustentabilidad
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ROSARIO.- Una de las preocupaciones de la sociedad actualmente es la forma en que se producen los alimentos y el rol que juegan las empresas que elaboran insumos que sirven para su producción. En esa línea, varias firmas multinacionales han comenzado una carrera contrarreloj para generar el menor impacto ambiental, cumplir con objetivos y compromisos no solo con los gobiernos, sino con la sociedad en general. La Argentina actualmente es uno de los países ocupados en medir la huella de carbono y alcanzar un cero neto en 2050.
Gustavo Portis, director de la división de Soluciones para la Agricultura de BASF para Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia, resume que la firma se ha preocupado por desarrollar productos que tengan un impacto ambiental positivo. Esto, contó en el Congreso Aapresid 2023, para poder transformarse y adaptarse a las demandas del mercado: el 10% de sus ventas anuales vuelven en investigación.
—¿En qué están trabajando respecto de la sustentabilidad?
—Estamos muy entusiasmados en el trabajo que estamos haciendo en relación con la sustentabilidad. Sin dudas, el grupo BASF como grupo químico se ha posicionado desde hace muchísimos años, tal vez mucho antes de que la palabra sustentabilidad se transforme en una necesidad para todos. Fue la primera empresa que publicó abiertamente su huella de carbono sin la necesidad de hacerlo, pero tiene un compromiso de vincular a las demás empresas globales a la necesidad de ser transparente y a trabajar por eso. Siendo eso, el grupo se posicionó en 2018 con ciertos objetivos muy importantes desde el punto de vista de la sustentabilidad. Uno de estos objetivos claros fue reducir el 25% su huella de carbono hasta el 2030 y el otro aún más desafiante es llegar a Net zero, es decir, cero impacto en carbono para 2050. Uno de los objetivos fue que en esos años trabajamos en segmentar los portfolios a más de 80.000 productos, segmentados en los que impactan positivamente en el medioambiente y los que no. El segmento que impacta es el acerelator, porque queremos acelerar la introducción de productos que mejoran la situación de los actuales en cuanto al impacto del medioambiente o a la huella de carbono.
—¿De qué forma se va generando esa transformación?
— Los detractors de a poco se van eliminando del portfolio, que son productos que tienen la huella de carbono muy activa. Estamos transformando nuestra forma de trabajo para poder alcanzar esos objetivos que era llegar al 25% de las ventas realizadas con productos acelerator, que impactan positivamente: lo queríamos hacer para 2025. Hoy, en 2023 hemos superado ese target. Estamos en un muy buen camino. Lo otro en lo que estamos trabajando es en la transformación de las rutas energéticas donde se está haciendo una transformación para salir de la típica base de petróleo o carbón, que lo habíamos dejado por la guerra Rusia-Ucrania, muchas industrias tuvieron que volver al carbón. Estamos trabajando con inversiones altísimas para crear el parque eólico privado más grande que haya en el mundo. Nosotros enfocamos el impacto en la sustentabilidad a través de la producción, creemos que sin dudas, entre otros temas, con productos cada vez con menor impacto ambiental. Tenemos un objetivo en agro de ir mejorando todos los años el 7% nuestra huella y lo estamos haciendo. Llevamos más de 20 innovaciones alcanzadas, en los próximos tres años tenemos 25 productos en el agro para pensar en la Argentina. Muchos de ellos conectados a nuevos modos de acción, por ejemplo, dos moléculas importantes en el área de fungicidas y en el área de herbicidas, que son productos que además de son competitivamente mejor en sistemas, modo de acción, dónde impacta, son innovaciones reales. Tenemos herbicidas PP0, que en este caso hacía mucho tiempo que no se determinaba un modo de acción desde el punto de vista agrícola. En insecticidas también tenemos uno que actúa en un nuevo lugar de acción en los insectos. Con lo cual te permite con eso reducir el potencial de resistencia de malezas o insectos porque se trae un producto que no hay en el mercado y no hay problema de resistencia, pero también son productos que tienen una menor huella. Estos productos van a ser lanzados el año próximo acá. En la misma manera los productos biológicos, donde hay una larga trayectoria desde que se comenzó con feromonas y las seguimos produciendo e inoculando. Todos estos paquetes hacen a la innovación y soluciones al agricultor, pero todas ellas están conectadas con la sustentabilidad. Se colocó la investigación en un momento bien temprano para la investigación y ver si tiene impacto positivo, desde el punto de vista de la molécula, así como el punto de vista del productor, así como el impacto en la huella de carbono. Solo nos dedicamos a desarrollar productos que tengan impactos positivos, es una decisión tomada desde hace muchos años.
—¿La decisión la tomaron ustedes o fue motivada por la demanda del consumidor o productor?
—BASF siempre se ha preocupado y para poder transformarse y adaptarse a las demandas de mercado tiene que estar constantemente haciendo un pull-check entendiendo cuáles son las exigencias, pero muchos casos como la sustentabilidad, por conocimiento propio de la química ha tomado las iniciativas. Siempre ha estado transformando comunidades de plástico: entre más de 30 empresas invirtiendo millones de dólares para trabajar en procesos de reciclaje. Para 2050 van a tener impacto cero en todo lo que se produce. Nosotros tenemos expectativas en cómo ayudar al productor a ser más eficiente en cuanto a las inclemencias climáticas y cómo hacer para reducir su propia huella de carbono. Nuestro objetivo hasta 2030 es reducir hasta un 30% la huella de carbono en trigo, canola, soja, etc.
—¿Cuáles son los desafíos para que el productor pueda realizarlo en la Argentina?
— Es un complejo de situaciones. No hay uno solo. Primero el manejo de suelo y agua, que son los dos más grandes que tenemos. Sabemos claramente que la agricultura tiene un desafío y una oportunidad, donde el crecimiento de la población nos pone en jaque porque necesitamos producir cada vez más con menos, de una forma más accesible con menos recursos naturales. Nosotros aportamos con la innovación, con productos que ayuden a producir cada vez más con un impacto menor, eso mirando desde la cadena de productos, herramientas digitales, pero no solo en eso estamos trabajando con Ucropit para hacer certificación de procesos a través de blockchain, tanto en maíz como en soja, para darle herramientas al agricultor que pueda certificar un proceso y que eso le permita certificar frente a entidades que hoy pueden pagar más una tonelada de soja y maíz si viene con un proceso de trazabilidad que te demuestre que estás haciendo actividades a campo de desarrollo sustentable, entre otros. El objetivo es garantizar una trazabilidad y metodologías que vaya cada vez con menor impacto. La expectativa es que a través de todas las tecnologías podamos certificar esos procesos y entrar en el mercado de carbono y que el agricultor pueda tener un beneficio a través del certificado de carbono y que lo pueda vender hacia industrias que hoy lo necesitan. Hace 3 años lanzamos un proyecto en la Argentina llamado GO2 neutral, y nuestro objetivo ya lo tenemos cumplido. Las plantas de producción local tienen offsetting de carbono, trabajamos con proceso de reducción, en todas tenemos nuestra propia medición de impacto de carbono y nos damos vuelta y hacemos offsetting, comprando crédito de carbono con YPF, que tiene créditos disponibles, para garantizarnos que si no es a través de nosotros, hacerlo a partir de un parque eólico en el sur y plantamos más de 8000 árboles para compensar doblemente la huella de carbono.
— ¿Cómo se está trabajando para desmitificar que el uso de los agroquímicos en los alimentos está mal?
—Trabajamos muy alineados en Casafe, con quienes capacitamos a más de 45.000 agricultores sobre el uso y manipulación. Primero, estamos alineados trabajando en la ciencia, sobre todo a las personas que tienen una posición importante en la toma de decisiones, como los gobiernos, provincias, municipios, tratar de estar conectados con ellos para llevar información fehaciente y basada en la ciencia, porque creemos que lo que estamos haciendo como industria no solo está fundamentado en la ciencia, sino que es necesario e importante. Es un objetivo producir cada vez más y generar el menor riesgo de impacto ambiental, porque impacto tenemos cero, uno de los cuatro pilares es la capacitación del medioambiente, así como a las personas que los utilizan.
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