El empresario expresidente del grupo agroindustrial Los Grobo criticó el argumento de que las restricciones a la exportación sirvan para bajar el precio; “se repiten cosas que no funcionaron”, dijo
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“Es como una especie de tragedia. Se repiten cosas que no funcionaron”, dijo Gustavo Grobocopatel, fundador y expresidente del grupo agroindustrial Los Grobo, al referirse a la prórroga de dos meses, hasta el 31 de octubre próximo, del cepo a la exportación de carne vacuna que tiene cuotificados en un 50% los embarques al exterior. Desde Colonia, Uruguay, en donde se radicó hace poco más de un año, en diálogo con LA NACION el empresario analizó la situación del agro en la Argentina y su relación con el Gobierno.
Grobocopatel cuestionó el argumento del Gobierno de que las restricciones a la exportación de carne sirvan para bajar los precios al consumidor. Aseguró que “lo que la Argentina sufre no es un problema de precios, es un problema de producción”. En ese sentido, remarcó: “A lo mejor en el cortísimo plazo se logra reprimir los precios, pero en realidad lo que nosotros tenemos que lograr es que aumente la producción de la carne”.
En ese aspecto, señaló que inclusive si se quiere asegurar que la carne llegue a los sectores más carenciados, al aumentar la producción el Estado tendría más ingresos y podría subsidiar una parte del precio a quienes lo necesiten.
En ese sentido, detalló que lo que el Gobierno está haciendo es “comprimir el sistema productivo destruyendo valor”.
“Va en contra de todo, hasta de los consumidores porque la salida de este tema es que vamos a pasar nuevamente a un período donde va a escasear la carne. Los precios no van a bajar, van a tender a subir y van a estar perjudicados todos, especialmente los consumidores”, dijo.
Por el contrario, explicó que si se expande el sistema productivo se “generaría más impuestos y esos impuestos a su vez podrían generar más recursos para subsidiar a la carne y a los sectores donde más se necesita”. Añadió: “Es increíble que los errores se repitan de esta manera”.
Sin embargo, para Grobocopatel, con la carne no es la única oportunidad que Argentina pierde. El empresario explicó que en el mundo se vive un momento de expansión porque hay una demanda de alimentos cada vez más creciente, que hace que los precios sean sostenibles, y haya un fundamento positivo para los productos que vienen del agro y, en general, de casi todas las cadenas agroalimentarias.
Frente a este contexto, detalló que hay países que están aprovechando más esta oportunidad porque tienen condiciones de competitividad mayores. En el caso de la Argentina, indicó: “Podría estar produciendo, exportando y generando muchísimo más trabajo, si es que no hubiésemos cometido los errores que se vienen cometiendo en políticas públicas en los últimos años”.
Ejemplificó que Brasil creció tres veces más que la Argentina. “A veces con nuestra mirada insular vemos que en la Argentina un crecimiento del 50% es muy bueno, pero cuando lo comparamos con otros países vemos que ese crecimiento es insuficiente”, expresó.
“Hay como una sensación de qué el sector industrial dio todo lo que tiene que dar y todavía no hay conciencia de lo mucho que puede dar. Entonces eso genera una visión muy cortoplacista que impide resolver los problemas estructurales de fondo”, precisó.
Sostuvo que la burocratización de las tareas administrativas y operativas, el aumento de los costos de transacción, la presión impositiva, el efecto nocivo de las retenciones, entre otros puntos, impiden que la actividad agroindustrial sea un 50 o 100 por ciento más grande de lo que es hoy.
“La Argentina tiene la oportunidad histórica de alargar las cadenas de valor y transformar los granos en productos más diversificados, las carnes de todo tipo y también otros productos de la bioeconomía, pero esas inversiones están retrasadas. El país podría haber sido líder en eso, estamos atrasados por lo menos 6, 7 años. Es decir que estamos perdiendo el partido y yo creo que por ahí la coyuntura y los problemas cotidianos de la Argentina no nos permiten poner esos temas dentro del debate”, se lamentó el empresario.
“Creo que la oportunidad del sector agroindustrial es enorme, hay que mirarlo con esperanza. Obviamente que no es el único sector que va a ayudar en la Argentina, pero es un sector fundamental. Tenemos un gran desafío que es el incluir a muchos sectores que han quedado desplazados y yo creo que el sector agroindustrial puede ser parte de la solución”, concluyó.
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