Un exhaustivo estudio de Aacrea pone de relieve la decisiva importancia de tener en cuenta el ambiente, el clima, el suelo y la variedad para obtener buenos rendimientos con un adecuado paquete tecnológico
El cultivo de cebada es una alternativa válida para el sur y sudoeste bonaerenses siempre que se tengan en cuenta todos los factores que permiten el buen desempeño del cultivar sembrado.
"Hay que definir bien el ambiente, el clima, el suelo y la variedad que permiten obtener altos rendimientos con un buen paquete tecnológico", indicó Federico Guyot, asesor del CREA Coronel Suárez, en una jornada sobre Cosecha Fina organizada recientemente por los CREA del Sudoeste.
"Por ejemplo, las lluvias, las heladas y las temperaturas de fin de ciclo juegan un papel preponderante, lo mismo que la profundidad de la tosca, la textura y el riesgo de anegamiento del lote", agregó.
Según Guyot, en el mercado existen varios materiales que se adecuan muy bien a la región sudoeste; sólo hay que conocer sus debilidades. Scarlett tiene muy alto potencial, es de ciclo largo y se puede sembrar desde el 20 de junio hasta mediados de julio.
Resulta sensible a escaldadura (Rincosporium secale), enfermedad de hoja que ataca en macollaje y comienzo de encañazón.
B1215 también tiene muy alto potencial, es de ciclo intermedio y se siembra durante todo el mes de julio. La caña es un poco más débil que Scarlett y es más sensible al brotado y mancha en red (Drechslera teres), enfermedad de hoja.
De calibres menores que otras variedades, aspecto ya contemplado en los contratos. Otras variedades de buen comportamiento son Barke, MP839 y Ayelén.
Los mejores antecesores de la cebada siguen siendo el girasol y la soja, pero también se comporta satisfactoriamente sucediendo al trigo, maíz, sorgo y pasturas. La fecha de siembra depende del ambiente y de la variedad usada.
En suelos con tosca o muy arcillosos convienen las implantaciones tempranas, realizadas a fin de junio, aunque estén más expuestas a enfermedades de hoja.
La densidad de siembra también depende de las variedades y de la fecha de siembra, pero varía entre 200 y 250 plantas logradas por metro cuadrado.
"De los tres factores que definen el rendimiento -espigas por metro cuadrado, granos por espiga y peso de 1000 granos-, el primero es el más importante", indicó Guyot.
Por esa razón se debe fertilizar temprano para aumentar la cantidad de macollos por planta. Los otros dos factores son más difíciles de modificar que en el cultivo de trigo.
"Cuando se planifican cultivos de alto potencial, se deben asegurar 110-120 kg de nitrógeno total por hectárea Aentre lo disponible en el suelo y lo aportado por la fertilización", aconsejó el técnico, quien destacó que "en la región sudoeste generalmente se obtienen muy buenas respuestas a la aplicación de 60 80 kg de fosfato diamónico por hectárea". Por otra parte, en las rotaciones con soja de altos rindes también se observan respuestas al agregado de azufre.
Control de malezas
En opinión de Guyot, en el control de malezas no es recomendable usar Metsulfuron en fechas cercanas a la siembra. Otros herbicidas se aplican igual que en el cultivo de trigo. Para elegir el producto para controlar la avena fatua en cebada cervecera, se puede tener en cuenta la evaluación realizada por Mario Vigna y Ricardo López de la EEA Bordenave.
En un trabajo reciente, los profesionales señalan que "la interferencia de las malezas gramíneas constituye una limitante para la producción del cultivo de cebada cervecera en el sudoeste de Buenos Aires.
La avena fatua es el principal problema por las dificultades que presenta su manejo y control, y por la presencia de sus semillas como contaminantes del producto cosechado".
Los profesionales advierten que "la disponibilidad de herbicidas eficientes para el control de gramíneas en cebada cervecera es limitada".
El herbicida usualmente utilizado, el diclofopmetil, resulta deficitario para el control de plantas a partir del macollaje y presenta resultados variables de acuerdo con la condición ambiental. En el último año ha crecido el uso de iodosulfuron + metsulfuron, principalmente por razones de menor costo relativo, aunque no está evaluado el comportamiento de este herbicida sobre los diversos cultivares disponibles en el mercado. El uso de herbicidas es una de las herramientas difícilmente sustituibles en un programa de control de avena fatua.
Ensayos
En el campo experimental de Bordenave se realizaron ensayos para determinar la sensibilidad relativa de siete cultivares de cebada cervecera a cinco graminicidas selectivos: diclofopmetil, iodosulfuron, tralkoxidim, clodinafop propargil y fenoxaprop.
Los resultados mostraron que las diferencias de rendimiento entre herbicidas y testigo fueron importantes, y que el herbicida más fitotóxico dentro del mes de aplicación resultó ser el fenoxaprop.
Estos resultados permiten ser optimistas respecto de la disponibilidad de alternativas químicas adecuadas para el control de avena fatua en cultivos de cebada cervecera en las próximas campañas.
Para proteger a los cultivos en ese período crítico hay que hacer un seguimiento de la aparición de los síntomas y no atrasarse con la aplicación cuando se supera el umbral de control. Guyot afirmó que la cebada ha crecido en superficie hasta ocupar un 25% del área de cosecha fina del CREA Coronel Suárez.
En los últimos 4 años alcanzó un rinde 10% superior al trigo. Esto permite aumentar la secuencia cosecha fina/cosecha fina con menores riesgos de enfermedades.
El exigente cuidado de la sanidad
El período crítico de ataque de enfermedades en cebada abarca los 20 días antes de la floración (a diferencia del trigo, que se extiende desde 20 días antes hasta 10 días después).
Para proteger a los cultivos en ese período crítico hay que hacer un seguimiento de la aparición de los síntomas y no atrasarse con la aplicación cuando se supera el umbral de control.
Las principales enfermedades de hoja son la mancha en red, la escaldadura y la ramularia.
La mancha en red se manifiesta durante la encañazón y con bajas temperaturas. La variedad Scarlett es la más sensible. La ramularia produce una enfermedad de hoja muy virulenta en encañazón y llenado del grano. También el cultivar Scarlett es el más sensible.
Los fungicidas más usados para controlar estas enfermedades son los triazoles (más baratos) y sus mezclas con estrobilurinas (más caros y de mayor residualidad).
En cuanto a la calidad de grano, debe decirse que el calibre es una de las condiciones de recibo y causa de rechazo, pero últimamente las malterías muestran mayor flexibilidad que en el pasado.
Otro factor que se considera importante es el contenido de proteína.
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