Tras la detección de la enfermedad en aves de corral en Mainqué, Río Negro, se puso en marcha un operativo para contener el foco que derivó en la suspensión de exportaciones
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Luego de que ayer el Gobierno informara que se detectó el primer caso de gripe aviar en aves de corral y suspendiera las exportaciones de productos avícolas, el vicepresidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Rodolfo Acerbi, explicó que se trató de una “falla de bioseguridad”. En diálogo con LA NACION, el directivo del organismo sanitario contó detalles del hecho y la metodología para sacrificar los animales del establecimiento.
Según contó, el lunes pasado desde la granja donde se detectó el foco, en Mainqué, provincia de Río Negro, los notificaron que amanecieron con 1500 pollos muertos en un galpón de 22.000, algo que les “llamó poderosamente la atención”.
“Lo que pasó en Río Negro fue una falla de bioseguridad y en eso queremos recalcar que hay una resolución, 1699 de 2019, que es muy buena y que es el veterinario de registro de la granja con el granjero los que tienen que estar muy atentos en el trabajo de bioseguridad”, dijo el funcionario.
Tras la notificación, el personal del Senasa concurrió a hacer una evaluación y encontró que ya habían muerto 4000 pollos y eso los “alertó ya gravemente”. Según precisó, se tomaron muestras y se mandaron a analizar. “El miércoles a la mañana [por hoy] en el establecimiento amanecieron con 5000 aves muertas”, comentó.
Explicó que la granja fue puesta en aislamiento y se pusieron en marcha los trabajos de prevención, que son 10 km alrededor.
“Ayer a la tarde tuvimos la confirmación y previamente una reunión con toda la cámara de la carne y de huevo para notificarlas de esta situación. También disparamos todo el frente externo, preparamos todas las notificaciones para hoy muy temprano enviar a Francia, a la Organización Mundial de Sanidad Animal, la notificación del caso de influenza vial altamente patógena en un ámbito a corral”, dijo.
Explicó que, si bien se sabe que los huevos procesados o frescos y la carne aviar no transmiten la enfermedad, el certificado sanitario que el Senasa tenía con el mundo, y que ya lleva más de 12 años elaborado, en su primer renglón parte diciendo que el país es libre de la enfermedad.
“Estamos trabajando muy rápidamente, tratando con los distintos bloques de informarlos y renegociar los modelos de certificados partiendo de algunas premisas como área libre o granja libre”, manifestó.
“Mientras tanto, todo el equipo de especialistas acaba de ser desplazado a Río Negro para trabajar junto con la regional para hacer lo que se llama zona de contención. Lo que buscamos evitar como primerísima medida es que este foco tan virulento no se expanda en el territorio del Valle Río Negro”, agregó.
Sacrificio
Acerbi aclaró que “lamentablemente” todas las aves que están dentro de esa granja deben ser sacrificadas aunque tengan la apariencia de no estar enfermas. “Recordemos que el período de incubación de esta enfermedad ronda los 14 días. Así que pueden estar ya en contacto con el virus y desarrollando su enfermedad”, dijo.
La muerte de las aves es para evitar que el virus se propague. “No podemos ni siquiera mandar a faena las aves aparentemente sanas porque, si bien no le haría mal a la gente, si el camión va a transitar por rutas de Río Negro hacia cualquier frigorífico la probabilidad de diseminar el virus a través de la materia fecal es altísima”, dijo.
Por otro lado, señaló que hay que enterrar las camas (de residuos), desinfectar y hacer todo un trabajo de aislamiento y desinfección muy grande y dentro de 28 días. “Pasando dos períodos de incubación, estando la granja vacía, hay que hacer muestreos de paredes y pisos para verificar la ausencia del virus y estar totalmente asegurados de que en ese predio ha sido eliminado 100% la posibilidad de contaminación”, dijo.
Acerbi manifestó que seguramente el método que se empleará para sacrificar los animales del establecimiento es el de la inyección de dióxido de carbono. Según detalló, se cierra el galpón y se inyecta dióxido de carbono: las aves empiezan a tener sueño, se desmayan y finalmente mueren.
En cuanto a las exportaciones, hoy suspendidas, señaló que las garras de pollo son un producto “muy apreciado y exclusivo” de China.
“La suspensión de ese mercado tiene un impacto relevante porque hoy ese producto no lo pueden ubicar en el mercado argentino y, lamentablemente, lo tienen que destinar al ámbito industrial para hacer harina que después se utiliza para alimentos. El problema es que hay una brecha muy significativa en ingreso entre el valor de exportar la garra al exterior versus la harina”, afirmó.
El vicepresidente del Senasa aclaró que “la enfermedad todavía no esta controlada”, sino en una etapa de trabajo sobre terreno en tres escenarios: parques nacionales, granjas de traspatio y establecimientos comerciales. “Son tres escenarios muy amplios y el virus está circulando. Estamos tratando de circunscribirlo a parques nacionales y a traspatio y evitar que ingrese a las granjas”, manifestó.
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