Para Stuart Blake y Rafael Martínez Desanzo, esto se tiene que tratar a fondo, con fundamentos científicos y entre los distintos actores para avanzar sobre las regulaciones nacionales e internacionales
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Un debate ecológico, con fundamentos científicos y que trate a fondo el problema que está generando el desmesurado aumento de la población de guanacos en la Patagonia. Esa es la propuesta de expertos y productores para unificar ideas y proyectos entre las fundaciones, los funcionarios, legisladores y los productores agropecuarios de las zonas afectadas. Sin embargo, está claro que el control solo puede ser posible con un “permiso social” para sacar a miles de estos animales de las áreas productivas. Además de una habilitación internacional y nacional.
La propuesta de sentarse a hablar está “sobre la mesa” y dirigida a fundaciones como Rewilding Argentina y WCS Argentina, que tienen presencia en esas provincias. El problema no es el guanaco, sino la cantidad que hay, advierten. Para llegar a buen puerto, insisten, todas las partes tienen que sentarse a hablar porque para los productores el fin de todos es el mismo “conservar”.
“Hay un crecimiento exponencial del guanaco impulsado por el cambio climático. Los porcentajes están entre un 10% y 20% y año tras año esto se convierte en un número muy grande”, dijo el biólogo Stuart Blake a LA NACION. El problema ha ido in crescendo. Para el experto, con estudios en dinámica poblacional, desde 1984 hubo una secuencia de inviernos leves que han posibilitado su población. Desde ese año a la fecha solo se registraron cuatro inviernos importantes que pueden morigerar el aumento de estos mamíferos. Los inviernos más fríos desde entonces fueron en 1995, 2020, 2021 y 2024. De acuerdo con el biólogo, este animal presenta su índice de mortandad más alto durante los crudos inviernos.
“Hay una secuencia de inviernos leves y no se muere de manera natural. Antes había un 30% que moría. Hoy, la mortandad natural es 5%. La fertilidad sigue en el mismo porcentaje por año [10-20%] y esto se vuelve exponencial: el 93% de los guanacos hembras están constantemente preñadas; si no se mueren, paren. Tienen crías entre los 3 años y los 20 años”, agregó Blake. Ratificó que es imposible contabilizarlos. No obstante, si no se controlan, el incremento va a ser aún más alto cada año. Antes de la introducción del ganado ovino en la Patagonia, se estima que habitaban en ese entonces al menos 22 millones de guanacos.
“La pelea campo contra el guanaco lleva décadas y no ha ido a ningún lado, porque la gente de la ciudad odia a los campesinos. Si tenés 30.000 hectáreas sos latifundista para la gente. Lo que no saben es que esas 30.000 hectáreas en Santa Cruz no valen nada. No se puede seguir con ese argumento. Están destruyendo la historia y negando la forma de llevar un campo”, sintetizó el biólogo.
Rafael Martínez Desanzo, un productor de Santa Cruz, reafirma el problema de sus pares de la Patagonia, a donde también se le suma la batalla con el puma. “La oveja no destruye todo si se hace con una carga controlada, porque se va rotando”, sostuvo.
En esa región del país el puma es el depredador natural del guanaco. Para el productor, el puma genera un problema económico que lleva al desfinanciamiento de los productores y genera temor en la población. El guanaco, en tanto, provoca “un problema ecológico” y puede “devastar la Patagonia”. Estos problemas han llevado a muchos productores a abandonar sus campos o venderlos a las fundaciones u ONG para reservas ecológicas.
“Lo que es más triste es que un gaucho no vende choripanes en la ruta 40 y no atiende turistas. El gaucho tiene su ganado porque es su manera de vivir. Por ejemplo, si a un tipo le ofrecen US$200.000 los agarra y se quedan [las ONG] con la tierra. Ahí dicen que no hay que tocarla. Vienen, rompen y tiran abajo todo lo que hizo el paisano desde hace 100 años”, describió.
Martínez Desanzo, cuyo campo cuenta que está en Gobernador Grégores, en el departamento Río Chico de esa provincia, sostiene que lo que propone es conservar al productor, ya que también es parte del sistema. “Lo que propongo es conservar al productor, que es parte del sistema. Los dos [fundaciones y sector productivo] tenemos el mismo fin que es el conservacionismo. Si quieren tener Jurassic Park adentro, perfecto, pero alambrado. ¿Qué mejor que tener tu Jurassic Park en la Patagonia? No hay nada mejor”, ratificó.
“Tenemos que sentarnos con Rewilding y todas las ONG que sean para plantear el problema, ellos no son más conservacionistas que un productor”, aclaró. El empresario afirmó que está de acuerdo con la inversión extranjera, siempre y cuando esta se de en el marco de las condiciones adecuadas, sin afectar a los productores que están en la Patagonia.
Para avanzar en un programa de control de la población del animal, la Argentina tiene que poner en marcha el plan nacional de manejo del guanaco y que beneficie a todos por igual. Si bien hay proyectos provinciales que apuntan al uso y aprovechamiento de la carne del guanaco y la fibra para la comercialización, se tienen que plantear regulaciones provinciales y brindar un marco legal, dijeron. En tanto, el biólogo propuso interrumpir el ciclo de fertilidad de los animales para controlar el aumento.
Regulaciones
La Argentina tiene que pedir a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites) bajar un nivel de protección a estas especies y que permita una mayor captura y comercialización. En la Cites convergen todos los problemas de flora y fauna que pueden estar en peligro de extinción.
En 1991, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) le pidió a la Argentina un plan de manejo para la especie del guanaco. En ese momento se estableció un plazo de dos años para entregarlo, pero finalmente no ocurrió. Así, bajo las normas de la UICN se establecieron las restricciones contra el guanaco. Por defecto en esa organización, si no hay un plan de manejo se ubica a esa especie en la lista y después se trabaja para sacarlo de la lista. No obstante, este trabajo de actualización de la población de guanacos en la Patagonia no se ha hecho hasta ahora.
La autoridad argentina ante la Cites es Daniel Ramadori, quien responde a Federico Caeiro, director Nacional de Planificación y Ordenamiento Ambiental del Territorio de la Subsecretaría de Ambiente de la Nación. Para avanzar en la categorización del guanaco en la Cites, Ramadori tendría que hacer una propuesta a la UICN para bajar un peldaño al guanaco: esto se vota ante un comité. Si se consigue mayoría, el guanaco puede bajar una categoría.
“No es una cuestión política, sino una batalla ideológica enorme detrás de escenas. Cada especie o grupo de especies de la UICN tiene un grupo de especialistas para informar cómo están las especies”, precisó el biólogo. El problema acá es que ninguno se enfoca con respaldo poblacional en números. El INTA Santa Cruz publicó un informe sobre la capacidad productiva y los efectos del guanaco sobre el pastizal. “Sabemos que el guanaco come pasto, que daña el campo y que es difícil controlar los números. Si esto sigue así va a haber un crecimiento exponencial”, aseveró. En síntesis, la idea es que todos convivan en el mismo sitio, pero dentro de su espacio. Para esto tiene que llevarse adelante un diálogo fluido y que respete las posiciones.
Andrés Novaro, de WCS Argentina, dijo a LA NACION que hay varias propuestas sobre la mesa para tratar el tema del guanaco. “Nuestra ONG está orientada al diálogo permanentemente con los diferentes sectores; con el sector ganadero hablamos permanentemente. De hecho, nuestra organización convocó una reunión e históricamente hicimos reuniones de trabajo sobre el tema del guanaco. Estuvieron los representantes de las provincias y representantes del sector ganadero. No necesariamente falta tanto para ponerse a hablar. Estamos conversando con el gobierno de Santa Cruz, por ejemplo, para manejar este tema”, detalló.
Coincidió que podría darse un encuentro general para establecer un diálogo con los diferentes actores involucrados. “Estamos pensando en cómo hacer un diálogo en simultáneo con todos los actores para tener las distintas opiniones. Hay muchos productores que tienen en este momento una situación complicada en su producción; eso hace necesario un diálogo y hacerlo pronto”, aseveró.
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