Algunas empresas del sector exportador de granos y de molienda de oleaginosas que operan en la Argentina fueron afectadas por el ciberataque global. Seguramente, los expertos en temas informáticos dedicarán varias horas a analizar qué falló y cómo trabajar para prevenir futuros episodios. Probablemente también aparecerán quienes sospechen de diversos sectores ya que, casi con seguridad, este tipo de situaciones generarán muchas consultas y harán que se eleve en muchas compañías el presupuesto en seguridad informática.
Pero en el caso de aquellos que participan de una u otra forma en la comercialización de productos agrícolas lo que tienen que rescatar y resaltar es que en el sector la palabra aún mantiene su valor.
Si bien es algo natural para quienes están inmersos diariamente en la compraventa de granos que los negocios se cierren de palabra, que recién al día siguiente se generen los contratos, y que pese a que éstos pueden pasar días, semanas o hasta meses sin ser firmados nadie negará la operación, para quienes no están relacionados con el campo todo esto parece una lógica imposible.
A diario se negocian miles de toneladas, que representan miles de millones de pesos y todo se hace de palabra, algunas operaciones en recintos de Bolsas de Comercio o de Cereales que albergan operadores de las grandes traders y también operadores de casas corredoras, que seguramente con sus clientes concertan operaciones telefónicamente o, más actual aún, simplemente con un mensaje escrito o de audio vía Whatsapp.
Un operador de una de las empresas víctima de estos ataques declaró que podían seguir operando parcialmente porque hay confianza ciega en el sector. Por eso, están emitiendo pagos en base a la información que reciben de los corredores de cereales y cierran operaciones anotándolas en un cuaderno sin poder asegurar a los vendedores qué día lograrán poner en marcha los sistemas para recibir la mercadería comprada y, por ende, tampoco saben cuándo se podrá liquidar y pagar el resultante de estas operaciones.
Está claro que la operatoria no es absolutamente normal, que la situación no será sostenible en el tiempo y esto necesita una solución cercana en el tiempo, pero hay compañías de otras industrias que directamente tienen que paralizar absolutamente todas sus operaciones y que, además, no pueden generar nuevos negocios hasta tanto solucionen esta situación. Por todo lo expuesto, no hay duda alguna que son destacables las ventajas que genera la tranquilidad del respeto por la palabra empeñada.
El autor es analista
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