La producción mundial de girasol no fue buena en el año que termina: el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estima 49,5 millones de toneladas versus 55 millones de toneladas de la campaña pasada. Como consecuencia, la producción de aceite de girasol sufrirá una baja del orden de 2 millones de toneladas (19,36 vs 21,56 millones de toneladas).
A su vez, las exportaciones rondarán los 10,8 millones de toneladas, con una caída de 27% respecto del ciclo previo. Es decir, el mundo va tener disponible menos aceite para importar frente a una demanda que viene creciendo de la mano de India y de China, que aumentan el consumo año tras año. Además, los stocks mundiales de aceite de girasol, para el cierre del ciclo 2020/21 se proyectan levemente por encima de uno vs dos millones de toneladas de la campaña anterior.
Estas reducciones se explican fundamentalmente por la caída en las producciones de Rusia y Ucrania, del orden del 15% en ambos casos. Corresponde recordar que estos países son los mayores productores y exportadores del complejo del girasol.
Todos estos factores se comportan como muy alcistas en el mercado de girasol: en Rotterdam, el aceite cotiza a 1150U$S/t, un valor muy alto comparado con los históricos, del orden de 700-800U$S/t.
Mercado interno tirante
El mercado internacional tonificado da lugar a precios firmes para la mercadería disponible y futura en nuestro país. Se pueden conseguir US$380/390/t hoy en la pizarra de Rosario, que se convierten en US$430/t cuando se agregan las bonificaciones por materia grasa.
Para la cosecha nueva también se ofrecen valores muy interesantes, con un piso de US$360/370U$S/t para marzo-abril. Sucede que hubo fallas en la producción de Chaco y de Santiago del Estero por sequía, donde se perdieron de implantar 200.000 hectáreas. Por esa razón, el área sembrada de 1,4 millones de hectáreas es menor a la del año pasado (1,6), con una perspectiva de producción de 2,8 millones de toneladas, una cosecha modesta comparada con los 3,5 millones de toneladas del año pasado.
En síntesis: hay reducciones significativas en la producción mundial y nacional de girasol y consecuentemente de aceite y, ante ello, los precios suben y configuran un buen escenario para la nueva campaña.
Los productores que tengan que hacer alguna venta anticipada para cubrir costos diversos o pago de insumos deben tener en cuenta que la base de venta son 360U$S/t para girasol marzo más las bonificaciones, que oscilan entre 20 y 50 U$S/t según punto de entrega. Quienes no tengan esas necesidades pueden considerar que los valores se mantendrán sostenidos, por lo menos, hasta mediados de 2021.
El autor es analista de mercados de AZ-Group
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