En el sudeste bonaerense, el cultivo tiene un rol fundamental, pero enfrenta riesgos que requieren una mayor eficiencia
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En Alea y Cía, el sistema de producción se basa en siembras propias y asociadas con eje en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. Uno de los cultivos con mayor superficie en la rotación de la empresa y, en general, para los productores en la región, es el girasol, tanto linoleico como oleico. En estas últimas cuatro campañas la superficie se ha ido incrementando de manera exponencial, pasando de 1,6 millones de hectáreas en la campaña 2020/21 a dos millones de hectáreas esta última temporada, un crecimiento impulsado por el precio.
El cultivo de girasol es siempre una excelente opción, tanto como un cultivo antecesor de cebada, trigo u otros cultivos de invierno. Pero este año los números, por lo menos a la fecha, no lo acompañan y nos hace evaluar alternativas y analizar más en profundidad qué es lo que está pasando con los costos y el margen de la oleaginosa.
Arrancamos por los costos: en los últimos cuatro años, los costos de producción de girasol aumentaron en dólares entre un 65 a un 70%, donde solamente el precio de la bolsa de semilla aumento un 100%. Haciendo un análisis de las últimas campañas, los rendimientos de indiferencia (RI), que no es más que el rendimiento que necesita un productor para cubrir sus costos, en campos someros del sudeste, pasaron de 1,55 toneladas por hectárea en el ciclo 2020/21 a 2,27 toneladas por hectárea esta nueva campaña.
O sea que, en esta última proyección, en un campo alquilado en la zona de San Cayetano, por ejemplo, se necesitó para no perder que el girasol tenga un rendimiento de casi 2300 kilos. Los promedios de rendimiento de esos campos oscilan entre los 1700 y los 2000 kg/ha, por lo que, con los precios FOB actuales, el margen bruto es negativo.
En campos de mayor potencial, donde los suelos son profundos y mejores regímenes pluviométricos, estimamos rindes de 2,8 toneladas por hectárea. Los RI pasaron en las últimas cuatro campañas de 1,98 a 2,6 toneladas. Con un margen muy bajo y un riesgo muy alto.
Un tema no menor es que en las últimas campañas se comenzó a tener grandes problemas con Phomopsis de tallo y de capítulo. La primera es la que produce mayores pérdidas de rendimiento. Phomopsis Helienthi es una enfermedad que requiere mucho manejo de procesos, como densidad y fertilización, donde la elección de un material de buen comportamiento es base para que las mermas de rendimiento no sean graves, y aun así hay riesgo. El manejo con fungicidas es errático y todo depende de la época de aparición de la enfermedad, de las condiciones y la carga de inóculo tanto in situ como en lotes vecinos, ya que las ascósporas vuelan kilómetros.
Campos que en esta zona no bajaban de los 3000 kilos por hectárea de promedio hoy ya estamos presupuestando como mucho 2800 kilos por hectárea. En caso de que haya infección en el capítulo, también afecta, aparte del rendimiento, la calidad de cosecha, produciendo factores más bajos debido al castigo por materias extrañas.
Opciones
En esta zona el girasol tiene un rol fundamental, tanto por sus características agronómicas como también por ser el mejor antecesor para producir cultivos de invierno la campaña próxima. Por lo cual es muy difícil descartarlo. Su competidor natural por posicionamiento es la soja y el maíz, este último complicando la rotación hacia fina, ya que entrega los lotes tarde.
El tema es que en esta zona la soja de primera productivamente no camina, los rendimientos son erráticos y, en general, el girasol siempre es una mejor opción. El margen bruto de la soja en el sudeste tampoco es bueno, por lo que el girasol seguiría en carrera, a excepción de campos de menor potencial, donde posiblemente el maíz se adapte mejor. Combinando estrategias de fechas de siembra tardías, ciclos cortos y no tanto, para diversificar y cosechar temprano, algún lote puede entrar luego para cultivos de invierno la próxima campaña.
Para Agustín Baqué, analista de mercados, con un patrón ENSO Niño fuerte proyectado para la primavera/verano del hemisferio sur se podría ver un impacto negativo en la producción de palma de Malasia e Indonesia, versus un impacto positivo en la producción de maíz y soja en Sudamérica, lo cual coloca a las oleaginosas con alto porcentaje de aceite. En este caso el girasol es una buena alternativa atractiva para la campaña de gruesa 2023/24.
La película del girasol podría mejorar pero la foto de hoy no es buena. Se debe estar preparado y, más que nunca, encima de los números; no cerrar lotes con herbicidas que no nos permitan cambiar el plan de siembra. Luego de uno de los peores años agrícolas, hay que ser más eficiente que nunca y estar encima tanto de los lotes como de los números.
El autor es responsable de la unidad de siembras de Alea y Cía
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