El clima, los márgenes, la oferta global de aceite y los desafíos de otros cultivos hacen que se perfile como buena opción
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Una vez más el girasol asoma como una muy buena opción para el productor argentino en la campaña que se avecina. El racional que apoya esta afirmación pasa por diversos factores: el clima, los márgenes, la oferta global de aceite y los desafíos que presentan otros cultivos para la próxima campaña, por citar algunos: calidad de semilla de soja debido a las lluvias excesivas en el cierre del ciclo productivo; o las oportunidades de cambio de los esquemas de rotación en el norte por razones puntuales de la presente campaña.
Empecemos analizando el clima. Estamos saliendo de un año Niño, en donde aún vemos lluvias en determinadas zonas que están posibilitando la recarga de los perfiles, alternándose con el avance de las tareas de cosecha en gran parte del país. Sin embargo, la mayoría de los analistas ya señalan que estamos avanzando hacia la neutralidad del fenómeno ENSO para ir volcándonos a un nuevo escenario de Niña en 2024.
Cuando repasamos las últimas diez campañas vemos que comparativamente contra otros cultivos como soja, el girasol les saca ventaja en los años neutros y Niña. Esto se debe a diversos motivos, desde la excelente capacidad de exploración de sus raíces para ir a buscar el agua, siguiendo con una de las características claves como la rusticidad del cultivo a periodos de bajas precipitaciones.
La etapa más crítica es la siembra, donde es clave utilizar semillas de buena calidad y potencial genético teniendo en cuenta que el girasol, con algunas lluvias adicionales durante el periodo productivo, ya nos asegura un piso de rinde por encima del punto de equilibrio. Otro tema relacionado con el clima seco que favorece al girasol es la menor incidencia de enfermedades, lo que potencia el rendimiento.
Números
Para cerrar el tema del clima, para la previsión del año hemos realizado simulaciones con una cantidad realmente importante de datos en todas las regiones productivas de la Argentina y los resultados nos arrojan que en lotes con rindes inferiores a 3000 kg de soja la opción más rentable con los márgenes actuales es, sin dudas, el girasol en todo el país.
El segundo punto en importancia es el margen del productor. Como es de público conocimiento, todos los márgenes están más que ajustados, en muchos casos para determinados cultivos en algunas zonas son hasta negativos. Esto es principalmente por una matriz de costos altos, combinada con una baja en los precios de las commodities a nivel global que impactan en el precio local, sumando a una alta carga impositiva.
En este punto, si bien el girasol no escapa a la lógica del sector, nos encontramos con un precio que, terminada la cosecha en el hemisferio sur y recién comenzando la siembra en el hemisferio norte, está estabilizado y con algunas perspectivas positivas como hemos visto en las últimas semanas. Cuando el productor revise su estrategia productiva desde el punto de vista económico, creemos que el girasol, con los márgenes actuales, puede ser una muy buena alternativa en esta campaña ya que en muchas zonas arroja una pequeña diferencia positiva versus los cultivos competidores.
A nivel global, otro factor a tener en cuenta desde el punto de vista de la oferta de aceite de girasol es que lamentablemente sus dos principales productores, Rusia y Ucrania, continúan en guerra con impactos inciertos sobre la disponibilidad y el precio. El ministro de agricultura de Ucrania el pasado 17 de abril informó una baja en la producción de girasol en su país del 4%. Si bien parece poco, es el 14% del total de la producción de la Argentina en la campaña cerrada.
Recordemos que la Argentina es el cuarto productor global de aceite de girasol y el único con real capacidad de incremento de producción (semillas, área, capacidad de molienda y exportación) para suplir la demanda creciente de consumo. En cuanto a Rusia, si bien no se estima una baja en superficie, hay otros factores como la calidad de la semilla a sembrar y factores climáticos que hacen prever una baja en la producción de aceite para el ciclo que comienzan, es decir, estarían volviendo a rindes históricos y no a los obtenidos en la última campaña.
Por último, lo mencionado sobre las dificultades en otros cultivos y las particularidades para la presente campaña. Si bien es aún temprano para tener una estimación, El Niño está en sus últimas manifestaciones con lluvias que, si bien cargan los perfiles, dificultan las labores de cosecha e impactan en la calidad de los granos y semillas de soja. Si nos centramos específicamente en la región NEA y NOA, la campaña actual muestra al girasol como la mejor alternativa. Paralelamente la incidencia de plagas en la zona norte ha sido una noticia. Cabe destacar que todas las campañas están presentes en NEA y NOA con distintas severidades, la campaña actual ha sido la excepción con impactos que podremos cuantificar con el avance de la cosecha del maíz.
Muchos productores están buscando la mejor estrategia analizando los desafíos que presenta la campaña 24/25. En ese sentido, una vez más el girasol va a tener un protagonismo importante. A la hora de evaluar cambios en la rotación mi recomendación es que todo productor antes de decidir ir a soja debería analizar seriamente lo que el girasol puede aportarle.
Existen estudios desarrollados en zonas como el NEA y Litoral - entre los cuales se encuentra el de Sebastián Zuil, del INTA Rafaela - que afirman que las ventanas de siembra pueden extenderse con muy bajo impacto más allá de las fechas de siembra tradicionales. Las perspectivas para el cultivo son muy buenas, es una excelente opción para los productores, por lo que esperamos ver muchos lotes con girasol en la campaña que se aproxima.
El autor es gerente de Portfolio de Girasol Syngenta LAS
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