La prueba genómica posibilita conocer temprano las características productivas que desarrollará un animal a partir de la composición de su ADN
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Apenas nacidos, mediante una técnica sencilla, se puede determinar el potencial productivo de terneros y terneras para producción de carne o leche. Con esos datos luego se pueden elegir, por ejemplo, las mejores hembras para retenerlas y destinar el resto a venta. No es necesario esperar muchos meses para evaluar su desarrollo, su fertilidad o su resistencia a enfermedades.
¿Cómo se puede obtener esa información fácilmente? Con una prueba genómica, un procedimiento que analiza una muestra de ADN de cada animal y evalúa sus fortalezas y debilidades mediante marcadores. Los bovinos tienen 30 cromosomas que contienen el ADN.
Expresado de otra manera: la prueba da un análisis genético completo de los machos y de las hembras y permite predecir su desempeño posterior en condiciones de producción.
El test analiza miles de marcadores incluidos en el genoma bovino, que se traducen en rasgos productivos y permiten predecir si un animal será “muy bueno”, “bueno” o “malo”.
Así, esta técnica permite ganar tiempo en la evaluación de hembras y reproductores bovinos. “En el pasado todo lo que sabíamos acerca del potencial genético de un toro joven eran los antecedentes de sus progenitores. No había manera de saber si este reproductor tenía los genes que aseguraran que fuera mejor que sus padres. Había que esperar cuatro cinco años para medir el desempeño de su progenie en fertilidad, longevidad, salud y producción”, afirma Fernando Testa, gerente general de Select Sires & Juan Debernardi.
“Ahora, antes de comprar ese toro, se puede hacer una prueba genómica, con lo que se garantiza que se adquiere el candidato a padre con la más alta calificación, porque se comparan sus caracteres productivos de manera temprana contra los de una población de referencia”, explica.
Pruebas
Las pruebas genómicas se pusieron a disposición de los usuarios a partir de la codificación del genoma bovino y del desarrollo de computadoras capaces de procesar gran cantidad de datos. Se basan en que hay lugares en el ADN de cada animal -los marcadores- relacionados con diferentes rasgos de importancia económica.
Hay que aclarar que no todas las pruebas genómicas son iguales. La confiabilidad de la información que va a recibir el productor depende del tamaño de la población de referencia utilizado: cuanto más grande es esa población, mayor es la confiabilidad. Por otra parte, no todas las pruebas genómicas ofrecen los mismos rasgos genéticos; en lechería hay tests que ofrecen rasgos de salud para resistencia a enfermedades que están altamente relacionados con la mejora de la economía y de la eficiencia del establecimiento, mientras que otros no los ofrecen.
¿Quiénes pueden utilizar actualmente la prueba genómica? “Prácticamente se emplea en el 100% de los centros de inseminación del mundo, en muchas cabañas que ofrecen reproductores para carne y leche, y en asociaciones de razas bovinas. Por ejemplo, Angus y Holando tienen convenios con distintas empresas que realizan pruebas genómicas a sus asociados”, señala Testa.
Las pruebas genómicas también pueden ser realizadas por productores comerciales, como los dedicados a la producción de leche. “El caso más frecuente es el del tambero eficiente, con muy buen manejo reproductivo y adecuado confort de sus animales, que le permiten disponer de más terneras que las necesarias para la reposición del rodeo. Por medio de la prueba genómica temprana –que cuesta 35-40 dólares- se puede quedar con las mejores de esa generación y darles un manejo diferencial, mientras orienta a la venta a las restantes”, precisa el directivo.
Beneficios
En reproductores lecheros, la prueba genómica permite conocer su futuro desenvolvimiento en caracteres como conformación, desarrollo de la ubre, patas, fertilidad, resistencia a enfermedades y longevidad, entre otros. Así, el productor puede quedarse con animales que contienen un muy buen pool de genes.
En hacienda destinada a la producción de carne suministra datos de facilidad de parto, habilidad materna, peso al nacer, al destete y al año, estatura, calidad de la carne, rendimiento de la carcasa y eficiencia de conversión de alimento en carne, entre otros rasgos.
Un aspecto relevante es qué hacer con la información que genera la prueba genómica. Testa dice que “los datos sirven si se usan para tomar decisiones; si se desarrollan para satisfacer la curiosidad, resultan un hobby caro”. Entonces, en un rodeo comercial, por ejemplo, es fundamental tener claro, antes de comenzar con la genómica, los pasos a seguir una vez recibida la información.
El test de cada animal va a servir fundamentalmente para hacer un ranking por alguno de los rasgos de mayor importancia económica para el establecimiento. Una vez dado ese paso, hay que estar decidido a:
- Eliminar aquellos que por su genética ya se ve que no van a ser rentables dentro del establecimiento.
- Reproducir agresivamente a aquellos que lo van a ser, utilizando, en casos extremos, hasta semen sexado y trasplante embrionario[FT1].
- Darles la mejor crianza posible para que puedan expresar su potencial genético como adultos.
“Si el responsable de la prueba puede utilizar la información recibida para realizar al menos dos de estas tres recomendaciones, el test genómico es una inversión sumamente rentable para el productor”, explica.
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