En ganadería, los valores se mueven a través de vasos comunicantes y, en mayor o menor medida, todas las categorías dependen de lo que suceda con la cotización del gordo
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La variación en la relación del precio de los toros respecto de otras categorías se comporta de manera similar según se trate del gordo o de la invernada. Los precios de los reproductores tienen una correlación positiva con los precio de la invernada y del gordo.
En ganadería los precios se mueven a través de vasos comunicantes, y en mayor o menor medida, todas las categorías dependen de lo que suceda el con precio del gordo.
Ello es así debido a que variaciones positivas en los precios del gordo afectan hacía atrás a toda la cadena. Al aumentar el precio del gordo, el invernador mejora su negocio y por ende aumenta la disputa por el “insumo” ternero (cuya oferta es en el corto plazo inelástica) y ello lleva a un incremento en las cotizaciones. Ese aumento mejora la renta de los criadores, el negocio se vuelve más atractivo y son los vientres quienes mejoran los precios.
Cuando el criador ve aumentar su renta, inmediatamente dispone de mayor capital para invertir, parte de esa renta se destina a la compra de reproductores. De tal manera, termina generándose un círculo virtuoso que potencia a toda la cadena productiva. La situación sucede a la inversa cuando el precio del gordo cae y genera un círculo vicioso en él que todos ganan menos, y puede que llegue hasta la descapitalización cuando la caída es muy importante.
En muy común escuchar que el precio de los toros, se exprese en equivalentes de kilo de novillo, o kilos de ternero. La variabilidad de los kilos de ternero que se requieren para comprar un toro, es mayor que la de los kilos de novillo. Esto es así, ya que la variación de los precios de la invernada es sustancialmente mayor a la de los precios del gordo.
Tal afirmación puede confirmarse al analizar los precios del novillo y del ternero. Para ello se puede estimar la desviación estándar, que es quien mide el grado de dispersión de los datos respecto del valor promedio. Entre más dispersa es la distribución de datos, más grande es su desvío.
La distribución de precios del novillo tiene un desvío estándar del 24% respecto de su promedio, mientras que para el ternero se sitúa por encima del 33%, lo que demuestra a las claras la mayor dispersión de valores de la invernada respecto del gordo. En el 95,4% de los casos el precio del novillo se ubicó (en moneda constante de noviembre 2022) entre los 403 y 136 $/kg; mientras que el 95,4% de los precios del ternero se ubicaron entre los 555 y 113 $/kg.
De tal manera, es esperable, que la variabilidad de los kilos de ternero que se requieren para comprar un toro sea mayor que la variabilidad en los kilos de novillo requeridos.
Esto se debe a las características intrínsecas de cada categoría. Los desvíos respecto de la media de precios del ternero son mayores a las del novillo. Por eso, los precios del ternero varían de manera más que proporcional que la del novillo.
Precios
En el caso del gordo, al modificarse la demanda, la oferta del novillo puede variar en el mediano y corto plazo, a través de cambios en el peso de faena, los tiempos de engorde, y/o las categorías a faenar. En cambio, ante una variación de la demanda de terneros, la oferta de terneros puede cambiar a lo sumo a un año vista. Es esta oferta determinada en el tiempo es la responsable de que la variación en el precio se deben a un cambio, básicamente, en la demanda. Ello no significa, bajo ningún concepto, que la variación del precio de los reproductores tenga una mayor asociación con la variación del precio del novillo que con el ternero.
De hecho, al analizar el comportamiento del precio de los toros respecto de ambas categorías, encontramos que, la evolución de los precios promedio de toros en los últimos 10 años (entre mayo y octubre de cada año) se correlaciona mejor con el precio del ternero que con el del novillo.
El promedio de kilos requeridos para comprar un toro expresado en kilos de novillo es de 1976 (+/- 515 kg). La correlación entre ambas categorías es de 0,43. En kilos de ternero, se requieren 1487 kg (+/- 414 kg ) para comprar un toro.
La correlación con el precio del ternero es más alta (r2 = 0,50) que la existente con el precio del novillo. Ello estaría indicando que las variaciones en el precio del ternero explican mejor las variaciones en el precio de los reproductores que lo que lo hacen las variaciones en el precio del novillo.
Las respectivas correlaciones reflejan que el valor de los toros está más relacionado con los valores de la invernada que con los valores del gordo. La explicación tiene su lógica, ya que el toro es uno de los bienes necesarios para la producción de terneros y, por ende, una parte importante en la estructura de costos de la actividad cría.
El criador está dispuesto a invertir en genética en la medida que la renta de su negocio se lo permita. Los reproductores, y a través de ellos el aporte genético al rodeo, es una de las principales inversiones necesarias para el mejoramiento de las cualidades del plantel.
La variación en los precios de la invernada están altamente correlacionados con la renta de la cría. A la vez, existe otro factor condicionante del negocio de la cría: el precio de la vaca (gorda, conserva y manufactura). En la actualidad puede representar más del 30% de los ingresos de un modelo de cría en equilibrio. De tal manera, la evolución del precio de la vaca condiciona también el valor a pagar por los toros.
Al analizar la evolución del resultado de la actividad cría, medida a marzo de cada año, desde el 2012 al 2022 se puede comprobar que las variaciones en los precios de los reproductores son explicados en un 59% por las variaciones en el resultado de la actividad. Se toma marzo como mes parámetro ya que es el momento del año en que la mayoría de las explotaciones de cría definen sus resultados.
Dentro de las variables analizadas de menor a mayor, el precio de los toros es explicado por:
- Con el precio del novillo, con un r2 = 0,43
- Con el precio del ternero, con un r2 = 0,50
- Con el resultado de la actividad cría con un r2 = 0,59
El autor integra Econoagro
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