Según un informe del productor y consultor Néstor Roulet, esta situación agravará el faltante de divisas a pesar del fuerte aporte que ya hizo el campo en lo que va del año
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Por la baja de los precios de la soja, y considerando un estimado de mercadería equivalente que resta embarcar, la Argentina se perderá ingresos por US$553,4 millones. Esto le meterá presión al Gobierno en un momento donde, debido a la escasez de dólares y pese al fuerte aporte que hizo en lo que va del año el sector agroindustrial, ajustó el cepo a las importaciones en general.
El dato se desprende de un informe realizado por Néstor Roulet, productor, consultor y exsecretario de Agregado de Valor. Roulet tomó los precios FOB puerto argentino de mayo pasado y su nivel actual. Se registraron, en función de ese parámetro, mermas de US$25 por tonelada o un 4,48% en poroto (el FOB se redujo de 557 a US$532), 57 dólares o un 12,9% de caída en harina de soja (de 440 a 382 por tonelada) y US$40 o un 2,97% menos para el aceite (de 1346 a 1306 dólares por tonelada).
El productor y exfuncionario indicó que tomó el FOB puerto argentino porque, recordó, la soja argentina “se despegó por algunas variables del mercado internacional de Chicago desde mayo”. En rigor, pese a diversos factores de los últimos meses que impactaron sobre la plaza internacional, la baja local no fue de la misma magnitud que a nivel global.
En este contexto, Gustavo López, consultor de Agritrend rememoró que, si bien la soja valía US$588 en Chicago en abril pasado y ayer allí estaba en los 441 dólares por tonelada (147 dólares menos que el valor de abril), en esa plaza se encontraba en US$315 en octubre de 2020. Es decir, los precios en general siguen en un buen escalón.
Según el informe de Roulet, tras una producción de 46 millones de toneladas, para poroto resta comercializar y embarcar el equivalente a 3 millones de toneladas. En el caso de la harina de soja, lo pendiente para exportar ronda los 7,2 millones de toneladas. En tanto, ese volumen se ubica en 1,7 millones de toneladas para aceite.
En septiembre pasado, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó que las principales exportaciones del sector agroindustrial podrían aportar en 2021 US$36.143 millones, esto es US$12.162 millones más que en 2020. Puntualmente del complejo soja, la entidad calculó ingresos por 22.487 millones de dólares.
Por otra parte, el mes pasado la entidad proyectó que para 2022 las primeras proyecciones de exportaciones de los principales productos agroindustriales alcanzarían los US$36.328 millones, US$185 millones más que en 2021. Para el complejo soja prevé US$21.308 millones.
De acuerdo a Roulet, teniendo en cuenta la merma en el precio y lo que resta embarcar, la pérdida de ingreso para el país por la baja de la soja es de US$75 millones para el poroto. Para la harina se resignarán US$410,4 millones y para el aceite de soja no entrará un valor equivalente a 68 millones de dólares.
Considerando el total del complejo soja, según el informe la pérdida de ingresos para el país será de US$553,4 millones.
“Si el Gobierno en las últimas semanas restringió las importaciones por la falta de dólares, estos US$500 millones menos van a agudizar la balanza comercial. Al Gobierno no le faltaron los dólares de los agrodólares”, señaló Roulet.
Vale recordar que, según la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), entre enero y septiembre pasado el ingreso de divisas de la agroexportación se ubicó en 25.670.312.044 dólares, un crecimiento del 69,62% versus igual período de 2020. Se trata de un nivel récord para esta época del año en lo que va del siglo, según los registros que lleva adelante la entidad.
Lo que viene
Más allá de la pérdida de ingresos para la soja de la campaña 2020/2021, Roulet se refirió al impacto que podría tener en el ciclo 2021/2022 el límite a la exportación de maíz dispuesto por el Gobierno.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, este año el maíz cubrirá 7,1 millones de hectáreas para grano comercial (ya se implantó poco más del 21%), una mejora del 7,6% versus el ciclo agrícola pasado. En tanto, para la soja calculó 16,5 millones de hectáreas, un 2,4% menos respecto de 2020 y la superficie más baja de los últimos 15 años.
“El productor está viendo que el Gobierno interviene todo lo que es el mercado interno, como el maíz por ejemplo (de 60,5 millones de toneladas de cosecha, según el Gobierno se exportará 38,5 millones de toneladas). Antes de esto, el productor iba a reemplazar hectáreas de soja por maíz, a pesar de la variabilidad de los precios”, señaló. Para Roulet, si bien habría un 90% de los productores que ya tienen sus insumos de maíz adquiridos para hacer el cereal, existiría un 10% que podría irse “en fuga” a la soja tras la medida del Gobierno.
“El Gobierno de Cristina Kirchner incentivó en sus primeros años la sojización (interviniendo los mercados de trigo y maíz), el de Mauricio Macri buscó que se hagan más gramíneas (removiendo las trabas a esos cereal) y con esta medida intervencionista este Gobierno está promoviendo la sojización”, afirmó.
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