El gobierno provincial advirtió que el cepo no sirve como política contra la inflación; cree que reduce 24% los ingresos de más de 3500 productores
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MENDOZA.– En la tierra “del sol, del buen vino y del conocimiento” también hay lugar para la producción de carne, y por eso aumenta la preocupación del sector ganadero tras el cierre de las exportaciones. El impacto de la medida del gobierno nacional se hace sentir con fuerza en una industria que venía creciendo en los últimos años, sobre todo en el sur provincial, principalmente en General Alvear.
Por tal motivo, el gobierno mendocino puso el grito en el cielo en defensa del desarrollo de la ganadería regional, poniendo sobre la mesa el efecto negativo de la decisión de la Casa Rosada de frenar los envíos al exterior por 30 días. Las autoridades locales aseguran que la medida representa un impacto negativo de 24% en los ingresos directos de más de 3500 productores, con una pérdida estimada por productor mediano que supera los 3 millones de pesos.
“Una muy necesaria política antiinflacionaria requiere mayor análisis y mucha menor improvisación de parte de la Nación. Creemos que la crisis por la que atravesamos exige una mirada global y federal, que aumente la producción y consolide nuestro potencial exportador”, expresó el ministro de Economía y Energía, Enrique Vaquié, que analiza junto al gabinete el efecto de la medida.
En este sentido, el funcionario consideró que el incremento del precio internacional de la carne se da en todos los países del mundo. “Un ejemplo de ello puede ser Paraguay, Uruguay o Brasil, donde el incremento de los montos es similar al nuestro, mientras que los niveles de inflación anual son del 2, 6 y 8%, respectivamente. El problema de nuestro país tiene que ver con la inflación y no con el precio de los bienes”, agregó Vaquié.
Por este motivo, en el Ejecutivo local coinciden con la visión de los empresarios del rubro en que suspender las exportaciones de carnes atenta contra las inversiones a largo plazo, como es la cría de ganado. “La última vez que se tomó una medida de estas características se extendió por un lapso de 10 años, generando un desánimo muy importante en los productores. El gobierno nacional debería pensar mejor la medida porque es muy claro el perjuicio que tiene y no están claros los beneficios que pueda tener a corto plazo”, insistió Vaquié.
En el gobierno de Mendoza ponen sobre la mesa que entre 2005 y 2011 el cierre de las exportaciones terminó con la pérdida de 12 millones de cabezas de ganado, sumado a pérdidas de miles de puestos de trabajo y de varios mercados internacionales. “Esta medida genera un daño muy importante a las políticas públicas que hemos venido implementando para que el sector pudiera seguir expandiéndose como lo venía haciendo”, comentó Sergio Moralejo, subsecretario de Agricultura y Ganadería provincial, quien considera preocupante lo que ocurrió en los últimos días con el freno de un remate de 9000 cabezas de ganado en General Alvear, donde más ha crecido el sector.
Impacto negativo
“Tuvimos que desarmar todo el evento; más de 2000 cabezas tenían como destino la exportación, por eso también se suspendió el remate. El freno a las exportaciones de carne ha sido una bomba para todo el sector ganadero. Esperamos que se sume toda la agroindustria, porque el Gobierno va a ir tocando a todos los sectores”, expresó a LA NACION Andrés Vavrik, presidente de la Cámara de Comercio, Industria, Agricultura y Ganadería de General Alvear. “Hay que dar una demostración de fuerza contundente. Esto nos va a traer pérdida de credibilidad y previsibilidad”, sumó el dirigente.
El director de Ganadería de Mendoza, Damián Carbó, sostuvo: “Si bien la provincia hoy por hoy no está exportando carne de forma directa, sí lo hace a través de terceros. Un remate de estas características es muy difícil para nuestro nivel de producción y gracias al constante crecimiento de la actividad se había logrado alcanzar esta cifra”.
Por eso, las autoridades hacen hincapié en que esta medida genera pérdidas económicas importantísimas y con un impacto determinante en la realidad del pequeño productor ganadero. “Con un nivel de vida tipo clase media y un ingreso mensual promedio de 120.000 pesos, la medida reduce sus ingresos netos en 24%, lo cual lo deja muy cerca de la línea de pobreza. Esta decisión viene a golpear a los productores en general pero tendrá un efecto mucho mayor en los más pequeños”, indicó Carbó.
Mientras, los frigoríficos y carnicerías de la tierra cuyana, en medio del cese de comercialización por 9 días que dispuso el sector, se van quedando sin stock. “Estimamos que a mediados de esta semana tengamos problemas con las faenas y empecemos a sentir la escasez de carne para vender. La demanda se mantiene fuerte en los últimos días y no hay, por ahora, variaciones en los precios; pero lo que realmente nos preocupa es que se frene la producción”, comentó a este diario un empresario de la carne de la comuna de Guaymallén.
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