El consultor ganadero Víctor Tonelli avizora dos corrientes principales para la oferta de hacienda vacuna en los próximos meses. Por un lado, habrá suficiente disponibilidad de vacas para la exportación a China, gracias al refugo estacional de vacías y viejas que tiene lugar en los campos en esta época tras los tactos. Más adelante, en el segundo semestre, la oferta tenderá a disminuir porque la gran depuración de vientres ya ocurrió en 2019 y 2020 gracias a las exportaciones al gigante asiático.
Según explica Tonelli, esta oferta se enfrenta con una demanda firme. La solidez tiene su origen en el hecho de que los cuatro países integrantes del Mercosur –Brasil, Paraguay, la Argentina y Uruguay– redujeron su producción de carne vacuna en los últimos meses.
Así, la escasez permitió subir 20 por ciento los precios y les puso un piso a los negocios concretados con China, que sigue comprando porque en su mercado interno los valores se mantuvieron altos durante 2020. Para tener una referencia del efecto de la disminución de la producción sudamericana en las cotizaciones, el analista observa que hoy la carne en gancho en esos países exportadores vale 3,50-3,70 dólares por kilo versus los 2,50-2,70 dólares de seis meses atrás.
Pocos novillos
La otra corriente de oferta, la de novillos gordos, seguirá escasa por bastante tiempo, según Tonelli. La principal causa de ese comportamiento es el reducido encierre que hubo en los corrales en los últimos meses.
Este hecho ha provocado una polarización en el abastecimiento del mercado interno. Por un lado, una proporción limitada de animales jóvenes livianos de calidad, bien terminados, se orienta a la población de alto poder adquisitivo dispuesta a pagar altos precios. El resto de los consumidores, de menor poder de pago, es abastecido con animales engordados a pasto o con suplementación medida de maíz, que muestran una brecha de precio del orden del 15% con la anterior categoría.
La escasez también reina entre los novillos pesados y es lo que explica que no caigan los precios de exportación de carnes de calidad, pese a la volatilidad que muestra el mercado europeo y al retiro temporario de Israel hasta que se vuelvan a hacer faenas con rabinos y ritos Kosher. La volatilidad de las compras del viejo continente se refleja en los precios de la cuota Hilton: en enero y en febrero de este año se cotizó a 8000 dólares por tonelada; en marzo subió a 13.000, y en los últimos días se derrumbó nuevamente a 9000 dólares.
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