En el sudoeste bonaerense, en el partido de General La Madrid, la familia Hidalgo desarrolla un planteo de ciclo completo, con entore de vaquillonas a los 15 meses e invernada corta, basado exclusivamente en pasturas y verdeos
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La historia de Hidalgo SA, una empresa que opera 16.000 hectáreas entre propias y alquiladas en el partido de General La Madrid, comenzó hace muchos años, con el bisabuelo materno de Francisco Hidalgo, actual administrador de la sociedad. “Domingo Bobbio trabajaba en la construcción del ferrocarril y encontró un parecido con su Italia natal en la zona de Líbano, una pequeña localidad del sudoeste bonaerense. Entonces, empezó a trabajar como contratista rural en esa zona, con arado de rejas y caballos”, rememora Francisco.
“Con mucho trabajo y esfuerzo fue creciendo empresarialmente, lo que le permitió ir comprando campo y hacienda. Luego siguieron su camino mis abuelos y mis padres -Carlos Hidalgo y Juana Bobbio- con quienes dirigimos la empresa actualmente”, agrega.
Hoy la firma es una empresa familiar con varios campos propios, que alquila fracciones cercanas en las que se desarrolla planteos agrícolas (8000 hectáreas) y ganaderos (8000) en una zona difícil, con lluvias acotadas y temperaturas invernales muy rigurosas.
La vocación de los sucesivos responsables de la empresa fue el amor por el campo y el ansia de crecimiento, para lo cual siempre se invirtieron los excedentes. El objetivo permanente fue la compra de tierra, para lo cual echaron mano a distintas herramientas: adquisición de campos con una parte con pago contado y el resto con financiación y alquiler simultáneo; compras en momentos de alta incertidumbre y baja rentabilidad de alguna actividad agropecuaria, que se trasladaba al valor de las tierras con esas aptitudes, más apoyo crediticio.
La de los Hidalgo es una historia repetida por muchos trabajadores silenciosos. Es la historia de una familia que, partiendo de la nada, con esfuerzo, sacrificio, pasión y capacidad empresarial, hizo mucho.
La empresa opera once campos propios y siete arrendados, todos ubicadas en el partido de General La Madrid. En las mejores áreas de cada campo se desarrollan planteos agrícolas y de invernada; los bajos se aprovechan para cría.
Con una cadena forrajera muy bien articulada y genética de punta entoran casi toda la generación de hembras (más del 90%) a los 15 meses y venden novillitos livianos con 18 a 20 meses, mediante una invernada corta y de bajo costo por ser totalmente a pasto. “Es un planteo que está muy afinado, al que llegamos luego de muchas recomendaciones y ajustes formulados por quien fuera nuestro asesor durante 20 años, Fernando Pacín”, explica Hidalgo.
“Desde hace mucho tiempo entoramos vaquillonas muy jóvenes, apoyados en la inseminación artificial. Esta herramienta permite producir terneros con alto ritmo de crecimiento que, si son bien alimentados, se venden como novillitos al otoño-invierno siguiente del destete sin haber consumido concentrados”, asegura Francisco. Además, el entore anticipado permitió crecer muy rápido en vientres en la empresa.
Cría
En 2021, en los campos trabajados por los Hidalgo hubo 7938 vacas en servicio, con una carga promedio de 0,9 EV/ha. El servicio es de 90 días y comienza el 20 de octubre hasta el 20 de enero, con toros de propia producción.
El tacto se realiza entre los meses de febrero y abril y se clasifican las preñeces en “cabeza”, “cuerpo” y “cola”.
“Los vientres empleados son de tamaño moderado, para tener bajo costo de mantenimiento y seguir produciendo en años desfavorables para la producción de forraje. Paren terneros de bajo peso al nacer, pero con alto potencial de crecimiento al pie de la madre y en la recría, y pueden ser terminados solo con alimentación pastoril” destaca el empresario.
En esta empresa, hace más de 20 años que comenzó a hacerse inseminación artificial a tiempo fijo. Hace siete años se expandió y hoy se aplica sobre el 40% del rodeo. Con el asesoramiento de Select Sires & Juan Debernardi, se incorporó semen de toros que dan descendencia adaptada a este sistema productivo, además de fertilidad, homogeneidad y longevidad al rodeo.
“Las vacas llegan muy bien al parto, con pocas pérdidas de terneros entre preñez y destete. La inseminación a tiempo fijo también permite evitar las colas de parición”, apunta el empresario.
Hidalgo destaca la importancia de incorporar buena genética en los rodeos: “El impacto se nota en todas las etapas del ciclo completo: en la cría se reduce la dispersión del peso al nacimiento y se promueve la habilidad materna. En la recría y terminación, se nota la diferencia en el ritmo de aumento diario de peso y en la calidad de los animales que se cargan. En el fenotipo se puede notar la evolución genética de un año para otro; el impacto es clarísimo”.
La mejora genética dio un muy buen resultado a lo largo de los años y permitió que la firma venda actualmente toros y vaquillonas para rodeos comerciales. Son animales de muy buena clase, con datos fenotípicos y genotípicos (peso y fecha al nacimiento con datos del padre, peso al año y medición de la circunferencia escrotal, entre otras mediciones).
Recría y engorde
Para terminar novillos al año del destete con un esquema exclusivamente pastoril es necesaria una cadena forrajera que suministre abundante alimento de calidad durante todo el año.
“Cuando se destetan en marzo, las terneras van a pasturas consociadas con una carga animal de 280kg/ha. Los machos van a verdeos de invierno con una dotación de 400kg/ha.
Las pasturas incluyen pasto ovillo, alfalfa y trébol blanco en las mejores lomas; en los lotes más flojos, el pasto ovillo se reemplaza por festuca. En los días con heladas se hace cierre nocturno.
Luego, en la primavera, machos y hembras van a pasturas con una carga de 900 kilogramos por hectárea. “En el mes de enero pasan a sorgos forrajeros y luego vuelven a pasturas. Este circuito “permite cargar machos de 420 kilos, luego de haber ganado 800 gramos por día como promedio, según comprobamos en las pesadas mensuales”, enumera Francisco, que es miembro del CREA Laprida.
En esa época las hembras -ya preñadas- llegan con 400 kilos aproximadamente. Su destino puede ser la reposición o la venta como reproductor comercial. La carga promedio de la invernada fue 770 kilogramos por hectárea en el ejercicio 2019/20 y la producción de carne, de 213 kilogramos por hectárea.
La cadena forrajera descripta es desflorada por la recría, pero luego se repasa con las vacas generales, que también pastorean los rastrojos de cultivos.
Corresponde aclarar que el sistema de engorde pastoril puede ser complementado con uso estratégico de grano en años desfavorables, en los que se desploma la producción de pasto.
La organización de la empresa requiere el trabajo permanente de 40 personas. Manejar un rodeo tan grande y 8000 hectáreas de agricultura obteniendo satisfactorios resultados productivos no es sencillo.
Los Hidalgo crearon un buen equipo de trabajo, con un gerente de producción -que va ha resultado-, un ingeniero agrónomo que colabora con él y dos encargados de ganadería y dos de agricultura, separados por zona de trabajo. El equipo de trbajo de la empresa familiar también incluye contadora, dos ayudantes y otros empleados. La empresa recibe el asesoramiento de los veterinarios Jerónimo y Roberto Gau.
Agricultura en una zona difícil
En 2021, la empresa de los Hidalgo desarrolló 8000 hectáreas de agricultura entre superficie propia y arrendada. Cuenta con equipo de maquinaria para desarrollar todos los cultivos por administración, excepto para cosecha de granos y pulverizaciones aéreas.
En 2021 cultivaron 2124 hectáreas de trigo, 727 de cebada, 72 de avena, 1625 de girasol, 1875 de maíz, 642 de soja de primera, 1318 de soja de segunda y 60 de sorgo granífero, con diferenciación por ambientes, lo que permitió variar la densidad de siembra y la fertilización según el potencial de cada lote.
Los cultivos de invierno ocupan el 35-45% de la superficie agrícola por su buena performance productiva y su estabilidad en la zona. Le sigue el girasol, que mostró menor variabilidad en los rendimientos que el maíz y la soja en los últimos 10 años.
Los rindes promedio alcanzados en los últimos 10 años fueron 3502kg/ha de trigo, 1918 de girasol, 2043 de soja temprana y 6019 de maíz de primera.
El equipo de maquinaria también confecciona las reservas forrajeras para complementar la alimentación invernal de la hacienda. En 2021 se hicieron 700 rollos de pasturas con excedentes de primavera y 800 de cola de cosechadora de granos finos.
Bases de la ganadería pastoril
Ante el encarecimiento de los granos, muchos ganaderos están migrando hacia sistemas de producción con mayor preponderancia del pasto. A continuación, sugerencias prácticas para transitar ese camino sin sorpresas, a la luz de lo que hacen los Hidalgo:
- El primer paso es planificar una cadena que ofrezca suficiente cantidad de pasto de buen valor nutritivo a lo largo de todo el año, complementada con reservas confeccionadas a partir de excedentes
- Hidalgo siembra pasturas de alfalfa y pasto ovillo en los lotes de mayor potencial. En los sectores de menor productividad, se reemplaza el pasto ovillo por la festuca. Las pasturas se complementan con verdeos estacionales y rollos
- Se requiere suficiente apotreramiento y alta carga animal para lograr una cosecha óptima del forraje producido. Las pasturas se pueden desflorar con novillos y completar el aprovechamiento con vacas
- Es preciso utilizar vacas de cría de tamaño moderado, fértiles y longevas, que críen terneros con buen potencial de crecimiento para alcanzar altos aumentos diarios de peso vivo durante la recría y terminación
- El plan sanitario para cada categoría de hacienda debe ser programado y estricto, a partir de conocer la base epidemiológica del sistema, que establece cuáles enfermedades son más frecuentes y cuál es el mejor momento para controlarlas
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