En remates del interior comienza a verse el poco interés por una categoría de animal de descarte que antes era muy demandada para la exportación de su carne a China
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Mientras la Mesa de Enlace comenzó con una serie de encuentros con gobernadores de provincias ligadas a la producción ganadera en busca de apoyo en contra del cierre a las exportaciones de carne vacuna, empieza a verse el grave perjuicio de la medida del gobierno nacional, que redujo al 50% lo que se puede vender al exterior.
En los remates feria de los pueblos, los productores chicos, que cargan sus pocas vacas de descarte del campo a las rurales para ser vendidas, hoy no encuentran compradores para la llamada “vaca china”, que es el animal que llegó al final de su ciclo productivo y se coloca en ese mercado. China venía siendo el mayor comprador de carne de la Argentina: se llevaba el 75%. Ayer, en un remate en la Sociedad Rural de Federal, en Entre Ríos, sin precio los lotes de vacas de categoría conserva para industria pasaron de largo en la subasta y tuvieron que regresar al campo, sin poder venderse.
Antes del cierre de las exportaciones, el kilo de la vaca manufactura se pagaba bien, más de $100, y el pequeño productor encontraba ahí una manera de hacerse de dinero para acomodar su economía. Pero ahora, al no ser una categoría que se consume en el mercado interno, nadie la compra.
“Ahora no solo han caído los precios de manera estrepitosa sino que han desaparecido los interesados”, contó a LA NACION José Colombatto, presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer).
Nicasio Tito, vicepresidente de Farer que estuvo presente en el remate en Federal, dijo a este medio que ahora los compradores para China ni aparecen por las ferias. “No vienen más. Ahora no lo compran ni a $50 el kilo. El perjuicio es para el productor. Es una desazón para el productor chico que no puede afrontar los gastos de comida y lamentablemente la va a dejar morir”, describió.
Para Colombatto, esto, que empezó a suceder en algunos remates de la provincia se va a replicar rápidamente en otras regiones. Consideró que lo que pasa con los productores “como efecto dominó se va a trasladar al resto de la cadena cárnica y, por ende, a la sociedad”.
“Suena duro pero es una realidad que golpea directamente a los pequeños productores que llevaban tres o cuatro vacas de su campo a la feria local porque no tienen la estructura ni la posibilidad de darle de comer o de hacer algún verdeo para engordarla”, indicó.
“Esta película ya la vimos en el gobierno de Néstor Kirchner. Se destruye sin fundamentos un mercado que estimula y fomenta la economía en los pueblos del interior”, añadió.
Para Diego Etchegoyen, presidente de la Sociedad Rural de Federal, quienes implementaron estas medidas no entienden que lo que deja de ganar ese pequeño productor, que antes recibía hasta $45.000 por una vaca, y ahora no le pagan ni siquiera $18.000, deja de volcarlo a la comunidad o pueblo donde vive.
“Esa plata que no le pagan a los ganaderos más chicos por la vaca manufactura lo único que hace es empobrecer a las ciudades, porque es plata que no se vuelca porque no está. En el campo no tienen pasto para darle, ahora están buscando comprar fardos y rollos para reserva porque no le gusta ver morir a sus vacas en el campo y quieren sostener como sea su producción”, aseguró. “Ahora, sin ese mercado, van a morir el doble de los animales que antes”, añadió.
En este contexto, Colombatto describió que para los tamberos la situación es aun más alarmante: “Esto es la espada de Damocles para los tamberos, un sector que ya viene muy golpeado de antes y esto termina de liquidarlos”.
Asimismo, describió que también los frigoríficos de la zona están en estado crítico, donde ya hace un tiempo empezaron a tomar medidas al respecto, primero dieron vacaciones a sus empleados, luego la garantía horaria y suspensión de tareas. Alertan que vendrán los despidos.
En esta provincia está Procesadora Ganadera Entrerriana SA, de capitales chinos y que tiene 350 empleados. La planta está ubicada en la localidad de San José, en el departamento de Colón. Fue afectada por la medida del Gobierno porque colocaba 75% de su producción en China.
“Estas restricciones a la ganadería va a hacer estallar las economías de todas las provincias. Es un combo perfecto para que implosione el interior, aunque ya vimos que el Gobierno no toma nota de la situación que se avecina”, afirmó el presidente de Farer.
Señaló que los gobernadores perciben el problema. “Ellos, los mandatarios provinciales, son los que tienen la llave para la solución del conflicto e intermediar para que el Gobierno tome en cuenta que con estas medidas todos perdemos”, finalizó.
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