El consumo de carne de cerdo se incrementó 4,5% en el primer trimestre de este año respecto de igual período del año pasado; en las granjas hay más automatización y se apunta al concepto de una sola salud
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La industria nacional de carne de cerdo cada año se vuelve más competitiva y con mayor prestigio a nivel mundial. El panorama actual indica que las exportaciones totales del 2022 cerraron en 9502 toneladas y la demanda interna ha crecido en los primeros meses del 2023. Esto representa un aumento de 9,3% durante el primer trimestre del año, con un consumo per cápita de 16,87 kg/hab (un 4,5% más respecto del año pasado).
Pese a las consecuencias que ha dejado la sequía, el país posee excelentes condiciones a nivel geográfico y sanitario para continuar creciendo, autoabasteciéndose y exportando. Gracias a estrategias implementadas por el sector, los precios de la carne de cerdo han subido menos que los salarios básicos, evitando una pérdida de poder adquisitivo para la población. Esto refleja la fortaleza y preferencia de los consumidores argentinos por la carne de cerdo.
En contribución a lo anterior, factores como las nuevas tecnologías están dando un valor agregado en todos los procesos y etapas de la producción, lo que permite automatizar los sistemas y evitar errores en el traspaso de los informes y posterior realización de reportes. Otro beneficio es que esto permite asegurar la satisfacción de las necesidades básicas de los animales en todos los dominios de Bienestar Animal (nutrición, salud, ambiente, comportamiento y estado mental), logrando mayor eficiencia en la realización de las tareas, en el desarrollo sustentable, en los recursos de las granjas y en el capital humano.
En la Argentina ya existen granjas altamente tecnificadas y son consideradas de esta forma porque se utilizan avances tecnológicos, de manejo, nutrición, sanitarios y genéticos; lo hacen con un control estricto de animales y personal, así como de medidas sanitarias.
La transformación tecnológica sobre la base de datos está dando beneficios en la toma de decisiones, por ejemplo: los registros de la vida del animal mediante tecnología RFDI permite trazar todo el ciclo de vida de los animales, desde el nacimiento hasta la faena y procesamiento de la carne a través del registro de todos los eventos significativos en el ciclo de vida de los cerdos.
La rentabilidad es uno de los temas principales y eso involucra la eficiencia en el uso de los recursos. Así también la salud es otro eje que cada vez tiene mayor preponderancia en cada eslabón de la cadena con distintos puntos: bienestar animal y seguridad alimentaria, uso racional de antibióticos, seguridad operacional, digitalización y trazabilidad de los procesos de vacunación y sustentabilidad.
La industria porcina se encuentra en constante evolución, adaptándose a nuevos desafíos y empleando tecnologías innovadoras para mejorar el bienestar animal y la calidad del producto final. Por eso, se reconoce la importancia del sector en lograr un equilibrio entre la salud humana, animal y ambiental, trabajando en armonía con el concepto de “una sola salud”.
El autor es Techincal de MSD Salud Animal Región Sur Chile-Argentina
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