Cepo a la carne: una entidad del campo deja abierta la puerta para una protesta

Luego de la reunión que la Mesa de Enlace, entre otros actores, mantuvo anteayer en Casa Rosada con el presidente Alberto Fernández, donde se anunció una nueva restricción al 50% para las exportaciones de carne vacuna, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las entidades que integran la agrupación ruralista, dejó abierta la puerta para una medida de fuerza contra el cepo a ese producto.

Tras 30 días de un freno a los embarques, dejando liberadas las cuotas que tiene el país, Fernández dispuso una reducción al 50% considerando el volumen mensual promedio de 2020. La medida regirá hasta el 31 de agosto próximo, aunque se podrá prorrogar. También se suspendió la venta al exterior de siete cortes, que no obstante no tienen una demanda significativa del exterior: asado, falda, matambre, tapa de asado, cuadrada, paleta y vacío.

“Lamentamos ser llevados a una confrontación, pero es necesario poner en conocimiento general que los productores y sus entidades gremiales defenderán el derecho de trabajar, comerciar y percibir el precio justo de su producción”, señaló CRA en un comunicado.

Ayer, CRA mantuvo una reunión extraordinaria de su Mesa Ejecutiva donde se consensuó los términos de su declaración pública. En tanto, convocó para la semana que viene a un encuentro de su consejo extraordinario de la organización. No se descarta que de allí salga alguna medida.

En rigor, luego del nuevo cepo para exportar carne vacuna, las organizaciones adheridas a CRA están definiendo los pasos a seguir. Esta tarde, desde las 17, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), adherida a CRA, mantendrá una reunión.

“Vamos a evaluar qué tipo de acciones o medidas se puede desarrollar dado lo anunciado por el Gobierno”, dijeron desde Carbap.

En su comunicado, en tanto, CRA remarcó que el nuevo esquema para exportar “será ineficaz y perjudicará a toda la cadena cárnica, sin resultados ciertos y duraderos en el precio en mostrador de la carne”.

“En el tiempo quedó harto demostrado el fracaso de la receta de cierres, cupos y retenciones, y el costo de ese fracaso siempre lo pagaron los extremos de la cadena, productor y consumidor”, agregó.

Como argumento para justificar la medida oficial, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dijo anteayer en una conferencia de prensa que en los últimos meses la carne se incrementó “al doble que el resto de los alimentos”.

Mientras desde CRA dejan abierta la puerta a una protesta, ayer la Mesa de Enlace pidió ver a ocho gobernadores. Solicitó reunirse con los gobernadores de Buenos Aires, Axel Kicillof; de La Pampa, Sergio Ziliotto; de Entre Ríos, Gustavo Bordet; de Santa Fe, Omar Perotti; de Corrientes, Gustavo Valdez; de Mendoza, Rodolfo Suárez; de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, y de Córdoba, Juan Schiaretti.

Desde la política también siguen las muestras de rechazo al nuevo cepo para exportar. La senadora bonaerense Felicitas Beccar Varela (Juntos por el Cambio) señaló que “destruye la inversión de años para llegar a lo que mejor sabemos hacer y desmerece el esfuerzo de miles de familias”.

“No hay inversión sin la posibilidad de comercializar libremente; resulta lamentable que este gobierno apueste a viejas medidas con las que todos pierden: los productores ganaderos, especialmente los pequeños; el consumidor porque habrá menos carne a futuro y como consecuencia más cara; y obviamente el país ya que se destruye la inversión de largo plazo, el empleo de los argentinos que trabajan en la cadena de la carne y la generación de mas divisas por exportaciones”, señaló.

También se expresó la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya). “Volvemos a remarcar que el camino no es el cupo a las exportaciones de carne. En primer lugar -y como hemos advertido en reiteradas ocasiones - esta mercadería no se consume para mostrador, tiene destino en la industria del chacinado”, indicó.

“En segundo término, esta decisión solo promueve la concentración de cortes a los grupos exportadores para la venta en grandes superficies, con el consiguiente monopolio del negocio. Así, esto lleva a la destrucción sistemática de los distintos oferentes, que hacen su faena para el consumo interno, además de representar una amenaza para las fuentes de trabajo vinculadas al consumo doméstico”, agregó.

“Las autoridades nacionales parecen no entender es que el consumidor de menor poder adquisitivo –que tendría que ser el más favorecido por esta medida- no frecuenta la grandes cadenas para abastecerse. Con esta decisión, quedan fuera de juego tanto el argentino de menores recursos como los comerciantes de barrio. Con esta competencia, que roza lo desleal, deberán bajar sus persianas”, remarcó.

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