Facundo Urtizbiria, coordinador Técnico Regional de Tecnovax, trazó varias recomendaciones para la actividad
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La incorporación y retención de trabajadores en los establecimientos agropecuarios constituye uno de los principales desafíos que enfrentan las empresas del sector. Esta problemática implica que siempre hay personal nuevo al que se debe enseñar desde cero las tareas a realizar.
En el caso de la ganadería, todos los aspectos del manejo de los animales, que incluyen las buenas prácticas y el bienestar animal, influyen en la productividad y la calidad del producto final, que es la carne en la góndola.
En este contexto, las empresas proveedoras de insumos destacan que los productores están solicitando capacitaciones en campo con el objetivo de lograr una gestión más eficiente por parte de su personal.
“Notamos que muchos establecimientos piden capacitación, porque tienen gente que no viene del rubro y hay cosas nuevas que se le puede llegar a explicar o formas de manejo”, comenta Facundo Urtizbiria, coordinador Técnico Regional de Tecnovax.
“También nos encontramos con que el personal tiene mucha experiencia y años de trabajo, pero eso no significa que no se pueda dar una vuelta de rosca para mejorar lo que vienen haciendo. Capacitando al personal, también se asegura que la forma de aplicación y todo el trabajo que tiene hasta la formulación de un biológico termine generando el resultado que uno espera”, agrega.
Según el técnico, es fundamental que la capacitación se adapte a las necesidades específicas del establecimiento que la solicita. Para lograr esto, explica que previamente se trabaja con el veterinario encargado, quien conoce los puntos críticos. En todos los casos se hace el principal foco en los capataces, quienes son los encargados de supervisar que el personal aplique esas medidas de manejo de la mejor manera posible.
En las jornadas de capacitación detalla que se busca mostrar que trabajar para promover el bienestar animal influye en el producto final. “Se explica que, si golpeamos a los animales, eso se traduce en moretones o pérdidas de kilos. Se muestra en imágenes la diferencia entre tratar bien o ‘a los palos’ a los animales. Eso les hace tomar conciencia, porque no lo sabían o nadie se los había mostrado”, indica.
En el caso de las vacunas, durante estas capacitaciones, explica que los participantes tienen la oportunidad de comprender la importancia de la aplicación subcutánea, así como de conocer las diferentes agujas y sus diámetros. También se les enseña por qué es importante mantener la cadena de frío y llevar una conservadora con refrigerantes incluso cuando se trata de vacunar un número reducido de animales.
“Cuando uno les explica el por qué de esos procedimientos, lo asimilan y se adaptan a esa nueva forma de manejo. De esa manera, se garantiza que el producto final del laboratorio se aplique de la mejor manera posible sobre el animal y genere la prevención de cualquier tipo de enfermedad”, agrega Urtizbiria.
Además de la parte teórica, estas capacitaciones también incluyen una componente práctica muy importante. Durante estas sesiones, detalla que se muestra a los participantes el comportamiento natural de los animales, para que el personal pueda manejarlos de una manera que genere el menor estrés posible.
Urtizbiria indica un ejemplo: “Nos ponemos en distintas posiciones dentro del brete y mostramos que, si nos situamos delante del animal, éste no va a avanzar y por ello no hay que pegarle, sino colocarse atrás. El objetivo es evitar los golpes por el bienestar del animal y, además, si nos manejamos bien con los animales, también disminuye el riesgo del personal”.
“En este caso, el estrés juega en contra de los biológicos y las vacunas, con una menor respuesta, como pasa en cualquier especie, incluyendo los seres humanos”, añade el veterinario.
La actitud de los participantes muestra la necesidad y el compromiso que tiene el personal para mejorar los trabajos que realizan todos los días, según Urtizbiria. “Uno a veces piensa que no le dan importancia a la capacitación. Sin embargo, cuando hacemos la presentación teórica con imágenes, vemos que la gente toma apuntes y hace preguntas”.
“Al finalizar la capacitación, se les entrega un certificado de asistencia que avala la participación. Vemos que la gente los recibe muy bien, los reconforta y hasta observamos que suben esos certificados a sus estados de Whatsapp o una historia en alguna red social”, señala el veterinario.
Facundo concluye: “Hoy falta bastante gente joven o con ganas y, ante el actual problema de retener personal, proponemos la capacitación para mantenerlo motivado haciendo los trabajos de la mejor manera posible. Con eso buscamos que la permanencia dentro de esa empresa o campo sea lo más larga y productiva posible”.
LA NACIONTemas
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